El Sevilla empató este jueves ante el Rijeka (2-2) en la segunda jornada del grupo G de la Europa League, en un encuentro que empezó ganando gracias a un gol de Iago Aspas, que estuvo cerca de perder fruto de sus propios errores y en el que Mbia rescató un punto en el minuto 91 para el actual campeón de la Europa League.

Tras la goleada sufrida el pasado sábado ante el Atlético de Madrid, el equipo nervionense tenía la oportunidad este jueves de evitar meterse en problemas de dudas en la visita a un equipo a priori inferior. Sin embargo, los de Emery jugaron un mal partido en Croacia, en el que solo sacaron un empate gracias a Mbia, que como en las semifinales de esta misma competición el año pasado en Valencia, acudió al rescate de los suyos.

Emery dispuso un once en el que introdujo varias rotaciones. El choque debía servir para recuperar la confianza perdida el sábado pasado y para implicar a más hombres en la rotación habitual. Algo que, a pesar del empate, no sucedió debido a que la intensidad de los andaluces nunca fue la adecuada para un encuentro de competición europea.

Ni siquiera tuvo un efecto estimulante el primer gol de Iago Aspas con la camiseta sevillista. El gallego firmó un gran gol en el que, después de aprovecharse de un mal despeje de Tomecak, se acomodó el balón con la pierna derecha para acabar colocando el balón con la izquierda fuera del alcance de Vargic.

El tanto fue una consecuencia lógica de un encuentro que hasta ese momento dominaba el Sevilla. Un control más fruto de la calidad y la entidad del equipo español que de una propuesta de juego pensando en sentenciar pronto el choque. De hecho, tras el gol, el Sevilla paró la producción ofensiva, buscando el final del partido demasiado pronto.

Los de Emery buscaron enfriar el choque pero el efecto solo se produjo sobre ellos mismos. El Rijeka, actual campeón de la copa croata, animado por los 13.000 incansables espectadores que abarrotaron su coqueto campo, jamás se dio por rendido. Y en la segunda parte acabaría teniendo su recompensa.

EL RIJEKA SE 'AHOGÓ' EN LA ORILLA
El duelo dio un giro de 180º en los primeros compases de la segunda parte. El polaco Kolodziejczak fue expulsado después de cometer un claro penalti que Kramaric convirtió en el 1-1. Con uno menos, el Sevilla entró en unos minutos en los que perdió el rumbo del partido por completo y el equipo croata se lo hizo pagar.

Antes de que Emery consiguiera rearmar el sistema defensivo -lo haría metiendo a Tremoulinas y Mbia-, Jugovic le ganó la espalda a Iborra, que ejercía de defensa ocasional, y estuvo cerca de poner el 2-1. Resultado que acabó llegando en el miunuto 68, cuando un disparo de Kvrzic rebotó en Carriço -que había fallado en el inicio de la jugada- para llevar el delirio a las gradas.

Los balcánicos pudieron incluso sentenciar el choque a la contra, pero el Sevilla acabaría sacando petróleo en el minuto 91. Tremoulinas centró desde la izquierda del ataque sevillista, y en función de delantero apareció Mbia para darle a su equipo un punto que a pesar del mal partido le deja líder del grupo G.