Reflexionó el dramaturgo austríaco Arthur Schnitzler que la tolerancia frente a la intolerancia es el peor de todos los crímenes, y que ni siquiera la intolerancia es tan grave. Al parecer, el electorado paraguayo ha hecho suyas estas premisas, y ha decidido dar la espalda a los candidatos sectarios de cara a las próximas elecciones municipales.
Es que cuando ya parecía que los vocingleros anticomunistas y maccarthystas eran una especie extinguida en América Latina, apareció en escena el Intendente de Asunción Arnaldo Samaniego para desmentirlo con declaraciones trasnochadas que nos retrotrajeron a las oscuras décadas de dictaduras anticomunistas.
Este impopular intendente de la capital paraguaya no tuvo mejor idea que responsabilizar a “infiltrados” bolivarianos y a la cadena Telesur de los graves disturbios derivados de una manifestación de repudio a su persona, recordando los discursos de moda durante la guerra fría, cuando se acusaba a los opositores de estar “vendidos al oro de Moscú”.
La repulsa ciudadana a esta actitud intolerante no se ha hecho esperar, y se manifestó con una abrupta caída de su popularidad en las encuestas.
El sondeo más difundido reveló que el equipo conformado por el diputado Oscar Tuma y la diputada Cynthia Tarragó, superaría en más de siete puntos a Samaniego si las elecciones municipales se realizaran hoy. Una segunda encuesta difundida por Tarragó amplía la diferencia a más de trece puntos, guarismos humillantes para Samaniego quien a través de prebendas y manejos clientelares había difundido rumores de haber comprado a las bases del partido de gobierno con dinero público.
Ni el apoyo del monopolio mediático anti-bolivariano vinculado a la Secta Moon ni el insistente rumor de ser el “candidato favorito” del presidente Horacio Cartes pudieron obrar el milagro esperado. Tampoco resultó auto-proclamarse “capital verde”, un estrafalario galardón que generó más burlas e ironías que aplausos entre los ciudadanos de Asunción.
Tanto es el rechazo que ha generado Samaniego, que los mismos medios relacionados con la Secta Moon como el diario ABC color han dejado de encubrir sus desaciertos, ensayando lo que pretenden pasar por críticas a su gestión.
En una de ella el diario mencionado, siempre atento a negocios inmobiliarios, señala que en los últimos cinco años la Municipalidad de Asunción acumuló 14.200 millones de guaraníes –más de US$ 3 millones– por venta o arrendamiento de tierras de su dominio. “La ordenanza obliga a destinar estos recursos a la compra de nuevos inmuebles para plazas o parques. Sin embargo, se esfumaron, no se sabe en qué se utilizó, pues no se compró un solo metro cuadrado de espacio a ser destinado para uso y goce de la población” asegura.
A pesar de este súbito interés por espacios verdes relacionados a ventas de inmuebles en los que podría tener participación el director propietario del diario, la nota se olvida de mencionar la forma en que desaparecieron los bosques en ciertas propiedades específicas.
Por ejemplo el Shopping Mariscal López, propiedad de Aldo Zuccolillo (dueño de ABC color), depredó añosos árboles en la zona de Villa Morra para ampliar sus instalaciones en la manzana adyacente de Quesada, Doctor J. Eulogio Estigarribia, San Roque González y Teniente Zotti. En el lugar funcionaba un estacionamiento.
Se trata precisamente del medio y propietario que inspiraron discursos como el que sostiene Samaniego, y que al ex presidente Federico Franco le costaron ser catalogado como golpista e ilegítimo en toda la región. A raíz de la pose ideológica inspirada por Zucolillo, Franco terminaría sufriendo escarnio, humillación y aislamiento para luego ser abandonado a su suerte por el mismo autor del libreto, que acabó contribuyendo a su desprestigio desde las páginas de su diario.
Todo parece indicar que el alcalde Samaniego, que abreva de las mismas fuentes, se dirige al mismo destino. Y nunca más oportuna la frase de que la desdicha de aquellos que desconocen la historia, es que deben repetirla.