En la prensa de Valladolid de hoy, sábado veintisiete de septiembre, publican una noticia, de la que todos los ciudadanos deberíamos sentirnos orgullosos, porque “el vallisoletano Alberto Alcedo – dice la mencionada noticia – se sitúa entre la elite de la investigación en España”.
A pesar de la precaria política científica de nuestro país, este joven de treinta años trabaja con denuedo y entusiasmo en averiguar a partir de la secuenciación del genoma, si una persona va a desarrollar un cáncer en el futuro, o sea, en la prevención de esa terrorífica enfermedad. Y para ello, ha montado su propia empresa: “Ac-gen Reading Life”.
La labor de éste esforzado joven le ha valido ser reconocido como uno de los diez mejores investigadores de España. No vamos a pedir la misma popularidad para los científicos, en este país de charanga y pandereta, que la que tienen Ronaldo o Messi ¡faltaría más! pero ¡por favor! señores responsables de la “cosa”, hagan un esfuerzo para que nuestros valerosos científicos no tengan que volver a decir lo que decía el premio Novel Ramón y Cajal: “investigar en España es llorar”.