El estudio presentado recientemente por una afamada consultora ha venido a corroborar algo que, por mor de la experiencia, todos sabíamos: las fiestas navideñas nos van a dejar los bolsillos llenos de telarañas. Dicen los expertos que las familias españolas gastaremos alrededor de novecientos euros de media en celebraciones, regalos y parafernalias varias, y, a pesar de que la metodología empleada para obtener estos datos no es precisamente de lo más fiable, el resultado final no parece andar demasiado descaminado. Novecientos euros de media, claro, aunque habrá muchos que no lleguen a cien –ni a diez- y otros que añadan ceros a la derecha como quien lo hace a la izquierda.
Los medios de comunicación se han hecho eco de esta encuesta al tiempo que la decoración navideña va invadiendo el paisaje de las ciudades y las fachadas de los grandes centros comerciales. Los espacios publicitarios son ya patrimonio de perfumes, colonias y juguetes –pilas no incluidas-, y eso que aún estamos en noviembre. ¿Soy el único al que le parece que esta locura cada vez empieza antes? Me temo que un año de estos vamos a estar quitando la sombrilla y escuchando al mismo tiempo el “jingle bells”.
Sea como sea, el consumismo apodera de todos, también de los que el año pasado prometimos que no volveríamos a cometer tantos excesos. Habrá quien se lo tome con más calma y otros a los que les falten manos para llevar tantas bolsas repletas de bienes superfluos. No sé en qué bando se situará Esperanza Aguirre, que no tiene paga extra y a veces no llega a fin de mes.
Quienes no tendrán problemas, supongo, son los 15 personajes de ficción que ha colocado la revista Forbes como los más ricos del mundo. El tío Gilito, el jefe de Homer Simpson o Lara Croft se encuentran entre ellos. Poderoso caballero es don dinero, aunque sea en el mundo de la fantasía.