Es lícito pensar que una consulta popular acerca de temas de interés general es un derecho ciudadano y que incluso debiera ser más frecuente su participación en las decisiones que les afectan.
Sin embargo estos eventos, como la consulta soberanista de Escocia o la que se pretende en Cataluña, pueden manipularse fácilmente. Partamos de la base de que se formula una única pregunta ¿Está de acuerdo con la independencia de nuestro territorio? Y dos únicas respuestas posibles: SI o NO. ¿Que contestaría usted? Olvídese de nacionalismos patrios, no piense racionalmente, no se deje contaminar con ideología alguna. Su más que probable opción será decir SI ¿Porque? Muy simple, por puro optimismo. Póngase en situación. Decir No significa estar en contra. Hay que tener valor y una fuerte personalidad para oponerse, normalmente, a la voluntad de la mayoría. Por eso el NO lleva las de perder desde el principio. La manipulación resulta obvia.
Busque en la historia y verá que en casi todos los referéndums los ha ganado el SI. ¿Cómo hacer entonces para que la consulta sea veraz y no se manipule? Se me ocurre una idea, hacer dos preguntas pero solamente en positivo: Opción A ¿Desea la secesión? y Opción B ¿Desea mantenerse en el estado? Así al menos la respuesta sería más sincera. Pero no se preocupe, a nadie de verdad le interesa su opinión, tan sólo ganar el dichoso referéndum.