A mi modo de ver, Podemos es un movimiento político que, a diferencia de los partidos que, desde la Restauración del siglo XIX hasta el día de hoy (con el paréntesis de 1923 a 1977) han gobernado en España, plantea como cuestión de Estado de primerísimo orden la unidad de las mayorías sociales en la defensa del interés común por encima de los intereses particulares de la banca, las grandes empresas y la Iglesia Católica.
Podemos es un movimiento popular, transversal, que quiere dar solución a los gravísimos problemas que, aquí y ahora, sufrimos la inmensa mayoría de los españoles con independencia de la ideología de cada cual: el desempleo, la precariedad laboral, los salarios de miseria, el déficit social. Podemos es, por tanto, un movimiento patriótico si entendemos la patria como el conjunto de ciudadanos y no como la suma de patrimonios.
Precisamente, por su naturaleza transversal y patriótica, Podemos provoca la ira entre los neoliberales (que confunden patria con patrimonio) y entre algunos "ortodoxos" marxistas (empecinados en su discurso ininteligible para la mayoría de los ciudadanos, que exigen de Podemos un discurso igualmente ininteligible).
El hecho de que sea transversal no impide que Podemos se alinee con la izquierda política, de hecho en el Parlamento Europeo está inscrito dentro del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea. Pues, independientemente de que los promotores de Podemos se declaren marxistas y el conjunto de sus afiliados puedan serlo o no, lo cierto es que es la izquierda movilizada (que no la nominal) la que, aquí y ahora, está defendiendo el interés general contra los excesos del capital. Y son tales los excesos del capital que hasta muchos liberales se sienten obligados a dar su apoyo a Podemos.
En definitiva, Podemos está plantando batalla al capitalismo financiero, en defensa de la democracia y en contra de la dictadura de los mercados que hoy detenta el poder político. No plantea, por tanto, la dicotomía izquierda-derecha sino la dicotomía democracia-dictadura, que, en realidad es el dilema que ahora mismo enfrentamos.
