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El Estado Islámico se está convirtiendo en un enorme problema de imagen para colectivos islámicos como el Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas (CAIR) y sus aliados

¿Por qué está actuando de esta manera el Estado Islámico?

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Durante años, estos colectivos han insistido en que el islam es una religión de paz que no tiene ninguna relación en absoluto con los actos de terrorismo que se están cometiendo en su nombre con alarmante regularidad, y que los que relacionan terrorismo con islam no son los terroristas islámicos de la yihad, sino los detractores "islamófobos" del terror yihadista. Pero entonces aparece un grupo que se hace llamar El Estado Islámico, que comete atrocidades inenarrables, y que presenta públicamente cada una de ellas como la encarnación auténtica de las enseñanzas y los textos islámicos, y la campaña de confusión en la que los responsables de los colectivos llevan tantos años trabajando de manera tan asidua, y con éxito sustancial, corre peligro de venírseles encima.

Fíjese, por ejemplo, en la reciente revelación de que, según el centro de prensa de la ONU: “alrededor de 1.500 yazidíes y cristianos habrían sido obligados a la esclavitud sexual”. Un secuestro parecido cometido por yihadistas islámicos de Nigeria hace poco horrorizó al mundo, pero voluntariamente se pasa por alto el dato de que estos comportamientos tienen la aprobación del Corán. Según la ley islámica, el varón musulmán puede "hacer cautivos de la mano derecha” (Corán 4:3, Corán 4:24, Corán 33:50). Reza el Corán: “¡Oh Profeta! ¡Alá sea contigo! Hemos tomado tres esposas legales por las que hemos pagado sus dotes, y cuya mano derecha porta el permiso de Alá como botín de guerra” (Corán 33:50). Corán 4:3 y Corán 4:24 amplían este privilegio a los varones musulmanes en general, igual que este pasaje. “Cierto es que los fieles hemos triunfado: Porque aquéllos que durante sus oraciones se muestran humildes siervos, los que se alejan del mal discurso y los que cumplen el pago del impuesto, y quienes protegen sus partes pudendas menos de sus esposas y de los de la mano derecha, ciertamente no tendrán culpa” (Corán 23:1-6).

Estos pasajes no han pasado desapercibidos. El jeque egipcio Abú-Ishaq al-Huwayni hizo saber en mayo de 2011 que "estamos en la era de la yihad", y que eso significa que los musulmanes han de tener esclavos. Durante la entrevista posterior, entró en detalles:

La yihad es algo entre infieles y musulmanes. Los botines, los esclavos y los prisioneros solamente se hacen entre infieles en momentos de guerra por los musulmanes. Los musulmanes del pasado conquistaban, invadían y se hacían con países enteros. En esto convienen todos los eruditos — no hay ninguna discrepancia entre ninguno de ellos, del más irrelevante al más importante, a tenor de la cuestión de hacer botines y esclavos. El botín y los esclavos se reparten entre los luchadores, abarcando hombres, mujeres, niños, propiedades y cosas así.

Cuando se construya un mercado de esclavos, que será el mercado en el que se venderán las esclavas sexuales, que en el Corán reciben el nombre de milk al-yamin, “será el mercado de los de la mano derecha” [Corán 4:24]. Es un verso del Corán que sigue totalmente en vigor, y cuya vigencia no ha sido invalidada. El milk al-yamin es el esclavo sexual. Vas al mercado, examinas la mercancía de esclavos sexuales, y lo adquieres. La esclava pasa a ser entonces igual que tu mujer, (pero) no hace falta un contrato (matrimonial) como el de la mujer libre, como tampoco tiene que ser creyente musulmana. Todos los eruditos están de acuerdo en este extremo — no hay ninguna discrepancia entre ninguno de ellos. [...] Cuando quieras una esclava sexual, ves al mercado y elige y cómprala.

Alrededor de la misma época, el 25 de mayo de 2011, una legisladora kuwaití, Salwa al-Mutairi, también se pronunció en favor de la práctica islámica de la esclavitud sexual de la mujer no musulmana, haciendo hincapié en que la práctica se lleve a cabo según la ley islámica y dentro de los parámetros de la moralidad islámica.

Un comerciante me ha dicho que le gustaría tener una esclava sexual. Me ha dicho que no será negligente con ella, y que el islam permite esta clase de cosas. Decía la verdad. He planteado la tesitura [de este caballero] a los muftíes de la Meca. Les he dicho que tengo una pregunta para ellos, al ser ellos los especialistas en lo halal, lo que es bueno, y siendo hombres amantes de la mujer. He preguntado: “¿Cuál es la ley que regula la esclavitud sexual?”

El muftí ha dicho: “Según la ley de las esclavas sexuales, tiene que haber un país musulmán en guerra con un país cristiano, o un país que no tenga religión o que no pertenezca a la religión del islam. Y tiene que haber prisioneros de guerra”.

“¿El islam prohíbe esto?” pregunté.

“Tajantemente no. El islam no prohíbe las esclavas sexuales. Todo lo contrario, las esclavas sexuales están reguladas por una ley diferente a la que regula a la mujer libre. La mujer libre debe de estar totalmente cubierta, a excepción de manos y rostro. Pero la esclava sexual puede ir desnuda de cintura para arriba. Es muy diferente de la mujer libre. Mientras que la mujer libre exige de un contrato matrimonial de compra, la esclava sexual no — solamente precisa del certificado de compra de su marido, y eso es todo. La esclava sexual es por tanto diferente de la mujer libre".

El Estado Islámico lleva a la práctica estos pilares confesionales, apoyándose en el Corán. Los secuestros, en tanto, se han producido en medio de una masacre inenarrable. Las víctimas fueron elegidas entre quienes se negaron a obedecer la exigencia del Estado Islámico de convertirse al islam para salvar su vida: Una mujer yazidí explicaba la semana pasada el motivo de que los yazidíes hayan abandonado la zona de Irak controlada por el Estado Islámico: “Vinimos aquí porque los terroristas dicen ‘Convertíos al islam u os mataremos’”.

El Corán dice "No hay obligación en la religión” (Corán 2:256) – un verso adorado entre los multiculturalistas occidentales no musulmanes, pero el Corán también dice que hay que combatir a los infieles "hasta que sus religiones sean todas la de Alá” (Corán 8:39). Y se insiste en que los musulmanes han de "masacrarlos" allí donde se encuentren (Corán 2:191; Corán 4:89; Corán 9:5).

También dice que los musulmanes tienen que combatir al "Pueblo del Libro" – judíos y cristianos incluidos, los considerados depositarios de las revelaciones previas de Alá – hasta que "paguen el impuesto con obediencia sumisa y se sepan sometidos” (Corán 9:29). Ésa opción de sumisión y sometimiento, sin embargo, no está abierta a los grupos que no tienen una revelación escrita que pudiera incluirlos en la categoría de "Pueblo del Libro". De ahí que los yazidíes solamente tengan las opciones coránicas de la conversión o la muerte.

Las acciones del Estado Islámico son un libro abierto, y ese libro es el Corán. Los portavoces musulmanes harían mejor en explicar la forma en que se altera el significado de los textos islámicos, pero las acusaciones en ese sentido vienen siendo difusas y faltas de referencias a los pasajes problemáticos. Mientras la negativa a afrontar la evidencia del problema persista, las matanzas también lo harán.

¿Por qué está actuando de esta manera el Estado Islámico?

El Estado Islámico se está convirtiendo en un enorme problema de imagen para colectivos islámicos como el Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas (CAIR) y sus aliados
Robert Spencer
lunes, 1 de septiembre de 2014, 07:59 h (CET)
Durante años, estos colectivos han insistido en que el islam es una religión de paz que no tiene ninguna relación en absoluto con los actos de terrorismo que se están cometiendo en su nombre con alarmante regularidad, y que los que relacionan terrorismo con islam no son los terroristas islámicos de la yihad, sino los detractores "islamófobos" del terror yihadista. Pero entonces aparece un grupo que se hace llamar El Estado Islámico, que comete atrocidades inenarrables, y que presenta públicamente cada una de ellas como la encarnación auténtica de las enseñanzas y los textos islámicos, y la campaña de confusión en la que los responsables de los colectivos llevan tantos años trabajando de manera tan asidua, y con éxito sustancial, corre peligro de venírseles encima.

Fíjese, por ejemplo, en la reciente revelación de que, según el centro de prensa de la ONU: “alrededor de 1.500 yazidíes y cristianos habrían sido obligados a la esclavitud sexual”. Un secuestro parecido cometido por yihadistas islámicos de Nigeria hace poco horrorizó al mundo, pero voluntariamente se pasa por alto el dato de que estos comportamientos tienen la aprobación del Corán. Según la ley islámica, el varón musulmán puede "hacer cautivos de la mano derecha” (Corán 4:3, Corán 4:24, Corán 33:50). Reza el Corán: “¡Oh Profeta! ¡Alá sea contigo! Hemos tomado tres esposas legales por las que hemos pagado sus dotes, y cuya mano derecha porta el permiso de Alá como botín de guerra” (Corán 33:50). Corán 4:3 y Corán 4:24 amplían este privilegio a los varones musulmanes en general, igual que este pasaje. “Cierto es que los fieles hemos triunfado: Porque aquéllos que durante sus oraciones se muestran humildes siervos, los que se alejan del mal discurso y los que cumplen el pago del impuesto, y quienes protegen sus partes pudendas menos de sus esposas y de los de la mano derecha, ciertamente no tendrán culpa” (Corán 23:1-6).

Estos pasajes no han pasado desapercibidos. El jeque egipcio Abú-Ishaq al-Huwayni hizo saber en mayo de 2011 que "estamos en la era de la yihad", y que eso significa que los musulmanes han de tener esclavos. Durante la entrevista posterior, entró en detalles:

La yihad es algo entre infieles y musulmanes. Los botines, los esclavos y los prisioneros solamente se hacen entre infieles en momentos de guerra por los musulmanes. Los musulmanes del pasado conquistaban, invadían y se hacían con países enteros. En esto convienen todos los eruditos — no hay ninguna discrepancia entre ninguno de ellos, del más irrelevante al más importante, a tenor de la cuestión de hacer botines y esclavos. El botín y los esclavos se reparten entre los luchadores, abarcando hombres, mujeres, niños, propiedades y cosas así.

Cuando se construya un mercado de esclavos, que será el mercado en el que se venderán las esclavas sexuales, que en el Corán reciben el nombre de milk al-yamin, “será el mercado de los de la mano derecha” [Corán 4:24]. Es un verso del Corán que sigue totalmente en vigor, y cuya vigencia no ha sido invalidada. El milk al-yamin es el esclavo sexual. Vas al mercado, examinas la mercancía de esclavos sexuales, y lo adquieres. La esclava pasa a ser entonces igual que tu mujer, (pero) no hace falta un contrato (matrimonial) como el de la mujer libre, como tampoco tiene que ser creyente musulmana. Todos los eruditos están de acuerdo en este extremo — no hay ninguna discrepancia entre ninguno de ellos. [...] Cuando quieras una esclava sexual, ves al mercado y elige y cómprala.

Alrededor de la misma época, el 25 de mayo de 2011, una legisladora kuwaití, Salwa al-Mutairi, también se pronunció en favor de la práctica islámica de la esclavitud sexual de la mujer no musulmana, haciendo hincapié en que la práctica se lleve a cabo según la ley islámica y dentro de los parámetros de la moralidad islámica.

Un comerciante me ha dicho que le gustaría tener una esclava sexual. Me ha dicho que no será negligente con ella, y que el islam permite esta clase de cosas. Decía la verdad. He planteado la tesitura [de este caballero] a los muftíes de la Meca. Les he dicho que tengo una pregunta para ellos, al ser ellos los especialistas en lo halal, lo que es bueno, y siendo hombres amantes de la mujer. He preguntado: “¿Cuál es la ley que regula la esclavitud sexual?”

El muftí ha dicho: “Según la ley de las esclavas sexuales, tiene que haber un país musulmán en guerra con un país cristiano, o un país que no tenga religión o que no pertenezca a la religión del islam. Y tiene que haber prisioneros de guerra”.

“¿El islam prohíbe esto?” pregunté.

“Tajantemente no. El islam no prohíbe las esclavas sexuales. Todo lo contrario, las esclavas sexuales están reguladas por una ley diferente a la que regula a la mujer libre. La mujer libre debe de estar totalmente cubierta, a excepción de manos y rostro. Pero la esclava sexual puede ir desnuda de cintura para arriba. Es muy diferente de la mujer libre. Mientras que la mujer libre exige de un contrato matrimonial de compra, la esclava sexual no — solamente precisa del certificado de compra de su marido, y eso es todo. La esclava sexual es por tanto diferente de la mujer libre".

El Estado Islámico lleva a la práctica estos pilares confesionales, apoyándose en el Corán. Los secuestros, en tanto, se han producido en medio de una masacre inenarrable. Las víctimas fueron elegidas entre quienes se negaron a obedecer la exigencia del Estado Islámico de convertirse al islam para salvar su vida: Una mujer yazidí explicaba la semana pasada el motivo de que los yazidíes hayan abandonado la zona de Irak controlada por el Estado Islámico: “Vinimos aquí porque los terroristas dicen ‘Convertíos al islam u os mataremos’”.

El Corán dice "No hay obligación en la religión” (Corán 2:256) – un verso adorado entre los multiculturalistas occidentales no musulmanes, pero el Corán también dice que hay que combatir a los infieles "hasta que sus religiones sean todas la de Alá” (Corán 8:39). Y se insiste en que los musulmanes han de "masacrarlos" allí donde se encuentren (Corán 2:191; Corán 4:89; Corán 9:5).

También dice que los musulmanes tienen que combatir al "Pueblo del Libro" – judíos y cristianos incluidos, los considerados depositarios de las revelaciones previas de Alá – hasta que "paguen el impuesto con obediencia sumisa y se sepan sometidos” (Corán 9:29). Ésa opción de sumisión y sometimiento, sin embargo, no está abierta a los grupos que no tienen una revelación escrita que pudiera incluirlos en la categoría de "Pueblo del Libro". De ahí que los yazidíes solamente tengan las opciones coránicas de la conversión o la muerte.

Las acciones del Estado Islámico son un libro abierto, y ese libro es el Corán. Los portavoces musulmanes harían mejor en explicar la forma en que se altera el significado de los textos islámicos, pero las acusaciones en ese sentido vienen siendo difusas y faltas de referencias a los pasajes problemáticos. Mientras la negativa a afrontar la evidencia del problema persista, las matanzas también lo harán.

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Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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