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Héctor Alonso

¿Por qué decimos futbol cuando queremos decir negocio?

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Hace tiempo que el fútbol ya no es un deporte, dejo de serlo hace ya muchos años. A pasado a ser un producto reflejo del deporte que fue. Un producto que mueve miles de millones de euros al año y ha dejado de ser esa identidad local de una ciudad que unía los domingos a los del pueblo para ver jugar al equipo de la ciudad contra el visitante.

Eso ya es historia, ahora en los equipos ya nadie hay de la ciudad que eran los jugadores que sacaban las castañas del fuego , un ejemplo de ello es que la Real Sociedad tenga sevillanos en el equipo, cosa que hace unos años era impensable, o que la cantera del Real Madrid tenga que emigrar para jugar en primera, o ver al Athletic de Bilbao con una plaga de jugadores guipuzcoanos cuando en San Mamés siempre han primado los vizcaínos.

Estamos en una época donde todo se magnifica. Ahora vemos esos estadios inmensos y dejamos de ver campos de futbol que hacían de la afición el jugador número doce del equipo local, campos más prácticos que espectaculares. Un ejemplo de ello es el viejo estadio de Atotxa y la dichosa pista de atletismo del campo de Anoeta.

Al final con tantos cambios a los seguidores del fútbol nos confunden y con la nostalgia y el añoro del fútbol pasado llamamos deporte a un negocio que quiere comprarnos también los sentimientos del pasado e implantarlos en los días de hoy.

Con todo esto lo que quiero decir es que aunque en el campo haya un balón, veintidós jugadores y un hombre de negro haciendo de juez, falta lo más importante de este deporte y sin lo cual este no sería nada, la incondicional afición, aficiones de nuevas generaciones que se mueven por el impulso del tiempo. Lo que está claro es que en el fútbol de hoy sería imposible ver a un Real Madrid con solo dos extranjeros, el resto de la plantilla de la cantera y sin jugar en la Copa de Europa (porque antes solo la jugaba quien ganaba la liga) sería un producto muy pobre, una imagen desdichada que el club blanco daría en el resto del mundo. Pero estoy convencido de que a pesar de la imagen poco comercial, para sus aficionados sería el Real Madrid más grande porque lo de casa siempre debe ser mejor que lo de fuera. Pero desgraciadamente en el fútbol de hoy lo de fuera es mejor que lo de casa . El día que eso cambió el fútbol dejo de ser el deporte de masas que era para pasar a ser el negocio de masas del siglo.

¿Por qué decimos futbol cuando queremos decir negocio?

Héctor Alonso
Héctor Alonso
martes, 21 de noviembre de 2006, 00:36 h (CET)
Hace tiempo que el fútbol ya no es un deporte, dejo de serlo hace ya muchos años. A pasado a ser un producto reflejo del deporte que fue. Un producto que mueve miles de millones de euros al año y ha dejado de ser esa identidad local de una ciudad que unía los domingos a los del pueblo para ver jugar al equipo de la ciudad contra el visitante.

Eso ya es historia, ahora en los equipos ya nadie hay de la ciudad que eran los jugadores que sacaban las castañas del fuego , un ejemplo de ello es que la Real Sociedad tenga sevillanos en el equipo, cosa que hace unos años era impensable, o que la cantera del Real Madrid tenga que emigrar para jugar en primera, o ver al Athletic de Bilbao con una plaga de jugadores guipuzcoanos cuando en San Mamés siempre han primado los vizcaínos.

Estamos en una época donde todo se magnifica. Ahora vemos esos estadios inmensos y dejamos de ver campos de futbol que hacían de la afición el jugador número doce del equipo local, campos más prácticos que espectaculares. Un ejemplo de ello es el viejo estadio de Atotxa y la dichosa pista de atletismo del campo de Anoeta.

Al final con tantos cambios a los seguidores del fútbol nos confunden y con la nostalgia y el añoro del fútbol pasado llamamos deporte a un negocio que quiere comprarnos también los sentimientos del pasado e implantarlos en los días de hoy.

Con todo esto lo que quiero decir es que aunque en el campo haya un balón, veintidós jugadores y un hombre de negro haciendo de juez, falta lo más importante de este deporte y sin lo cual este no sería nada, la incondicional afición, aficiones de nuevas generaciones que se mueven por el impulso del tiempo. Lo que está claro es que en el fútbol de hoy sería imposible ver a un Real Madrid con solo dos extranjeros, el resto de la plantilla de la cantera y sin jugar en la Copa de Europa (porque antes solo la jugaba quien ganaba la liga) sería un producto muy pobre, una imagen desdichada que el club blanco daría en el resto del mundo. Pero estoy convencido de que a pesar de la imagen poco comercial, para sus aficionados sería el Real Madrid más grande porque lo de casa siempre debe ser mejor que lo de fuera. Pero desgraciadamente en el fútbol de hoy lo de fuera es mejor que lo de casa . El día que eso cambió el fútbol dejo de ser el deporte de masas que era para pasar a ser el negocio de masas del siglo.

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