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Sierra Cabrera, una isla en medio del Levante almeriense

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Sierra Cabrera es un oasis de vida en la seca comarca del Levante almeriense. Se levanta entre los municipios de Mojácar y Turre, justo a las espaldas de la localidad mediterránea de Carboneras, a la que se puede acceder desde la sierra a través de la pedanía mojaquera conocida como El Sopalmo.


En los últimos años ha sido tristemente célebre por los incendios que la han asolado y que casi han acabado con su fauna y flora, pero esta sierra es mucho más que un par de montes quemados. Es uno de eso lugares que merece la pena descubrir por sus innumerables encantos.


Algunos datos geológicos

Este macizo montañoso es el más importante de cuantos hay en la provincia de Almería, tanto por su extensión como por su altura, que ronda los 1.000 msnm en algunos puntos como el de La Mezquita (962m) y Arráez (919m).


Destaca, además, por su cercanía al mar, lo que contrasta cuando recibe esporádicas nevadas que cubren sus cumbres.


Desde el punto de vista geológico, podríamos decir que la sierra no es sino la prolongación de Sierra Alhamilla, de la que está separada por el río Alías.


Está compuesta en buena parte por materiales silíceos, especialmente en las zonas más bajas, mientras que las cumbres están compuestas, principalmente, por materiales carbonatados; y en ella se ha encontrado mineral rico en cobre que recibió el nombre de cabrerita.


Con su perfil irregular, Sierra Cabrera está llena de oasis vegetales que crecen junto a gargantas y escarpados picos peñascosos, lo que da una muestra de su increíble riqueza paisajística.


Vida en Sierra Cabrera

Sierra Cabrera se levanta frente a las costas del Mediterráneo almeriense. Una zona cálida que ha visto cómo su población crecía de forma desmesurada en las últimas décadas.


La sierra, sin embargo, ha sufrido un proceso inverso que ha llevado al abandono de las numerosas cortijadas que la salpicaban años atrás y de las que sólo quedan, en la mayoría de los casos, unos pocos muros de piedra y algún que otro huerto; fieles testigos de la historia de la comarca.


Entre aquellas cortijadas se encuentran La Carrasca, Los Moralicos, Jacís, Cova Negra, Aljuezar, Alcandía,Teresa, La Adelfa, Mofar, El Dondo, Cufría y Cortetes. Prueba del despoblamiento sufrido por la sierra es que sólo Cortijo Cabrera, Cortijo Grande, El Agua Enmedio y El Sopalmo cuenta con cierta población; debido, principalmente, al turismo residencial, favorecido por la cercanía de estas cortijadas a la costa.


Pero Sierra Cabrera no es sólo un oasis de vida para el ser humano. En su interior, el macizo montañoso está salpicado de manantiales de agua dulce, especialmente en su cara norte, que han favorecido los asentamientos humanos y el desarrollo de la fauna y la flora locales, protegidas en el parque natural que alberga la sierra.


Entre las principales especies de flora que pueblan la sierra, se encuentran el lentisco, el cambrón, el palmito, el acebuche, la retama, el esparto, la cerrilla y el tomillo. Así como, en mucha menor medida, vetusto recuerdo de los bosques serranos en pie hasta el siglo XVIII, alcornoques, encinas, coscojas y enebros.


Precisamente el esparto tuvo un gran protagonismo en la actividad económica de la zona, así como en la vida diaria de los habitantes de la provincia; protagonismo que sigue recordándose en algunos museos y talleres del Levante.

Además, muy ligados a la actividad humana aparecen, entre los muros derrumbados de las antiguas casas, olivos, almendros, higueras y algarrobos.


También es rica en fauna esta sierra, ya que en ella viven la perdiz roja y su más fiero depredador: el águila perdicera; pero también es hogar de jabalíes, conejos, culebras, lagartijas, zorros, garduñas y tortugas moras, una especie protegida al borde de la extinción.


Actividades y senderos

Pese al abandono de la población, Sierra Cabrera no es un símbolo muerto, olvidado por las generaciones y relegado a mero testigo de la historia y el desarrollo económico de la comarca levantina y del resto de la provincia de Almería.


En los últimos años han sido numerosos los intentos por revitalizar la sierra por parte de grupos ecologistas y turísticos, especialmente de la localidad de Ture para la que Sierra Cabrera es mucho más que un símbolo. Entre las actividades realizadas, destacan las rutas nocturnas en verano y los talleres en los que se muestran las formas de vida en la sierra hasta hace pocas décadas.


Además, Sierra Cabrera cuenta con numerosas rutas que la cruzan y ayudan al viajero a descubrir su belleza y paz singulares; entre ellas destacan la ruta entre El Sopalmo y la Rambla de la Granatilla, de unos noventa minutos de duración; y algunas propias como la Transcabrera, que cruza toda la sierra.


Por todos sus atractivos naturales y culturales, Sierra Cabrera ha pasado de ser una isla de vida para las comunidades del Levante a ser una isla por redescubrir. Una isla de vida en medio del desierto almeriense.

Sierra Cabrera, una isla en medio del Levante almeriense

Francisco Cano Carmona
domingo, 24 de agosto de 2014, 06:41 h (CET)

Sierra Cabrera es un oasis de vida en la seca comarca del Levante almeriense. Se levanta entre los municipios de Mojácar y Turre, justo a las espaldas de la localidad mediterránea de Carboneras, a la que se puede acceder desde la sierra a través de la pedanía mojaquera conocida como El Sopalmo.


En los últimos años ha sido tristemente célebre por los incendios que la han asolado y que casi han acabado con su fauna y flora, pero esta sierra es mucho más que un par de montes quemados. Es uno de eso lugares que merece la pena descubrir por sus innumerables encantos.


Algunos datos geológicos

Este macizo montañoso es el más importante de cuantos hay en la provincia de Almería, tanto por su extensión como por su altura, que ronda los 1.000 msnm en algunos puntos como el de La Mezquita (962m) y Arráez (919m).


Destaca, además, por su cercanía al mar, lo que contrasta cuando recibe esporádicas nevadas que cubren sus cumbres.


Desde el punto de vista geológico, podríamos decir que la sierra no es sino la prolongación de Sierra Alhamilla, de la que está separada por el río Alías.


Está compuesta en buena parte por materiales silíceos, especialmente en las zonas más bajas, mientras que las cumbres están compuestas, principalmente, por materiales carbonatados; y en ella se ha encontrado mineral rico en cobre que recibió el nombre de cabrerita.


Con su perfil irregular, Sierra Cabrera está llena de oasis vegetales que crecen junto a gargantas y escarpados picos peñascosos, lo que da una muestra de su increíble riqueza paisajística.


Vida en Sierra Cabrera

Sierra Cabrera se levanta frente a las costas del Mediterráneo almeriense. Una zona cálida que ha visto cómo su población crecía de forma desmesurada en las últimas décadas.


La sierra, sin embargo, ha sufrido un proceso inverso que ha llevado al abandono de las numerosas cortijadas que la salpicaban años atrás y de las que sólo quedan, en la mayoría de los casos, unos pocos muros de piedra y algún que otro huerto; fieles testigos de la historia de la comarca.


Entre aquellas cortijadas se encuentran La Carrasca, Los Moralicos, Jacís, Cova Negra, Aljuezar, Alcandía,Teresa, La Adelfa, Mofar, El Dondo, Cufría y Cortetes. Prueba del despoblamiento sufrido por la sierra es que sólo Cortijo Cabrera, Cortijo Grande, El Agua Enmedio y El Sopalmo cuenta con cierta población; debido, principalmente, al turismo residencial, favorecido por la cercanía de estas cortijadas a la costa.


Pero Sierra Cabrera no es sólo un oasis de vida para el ser humano. En su interior, el macizo montañoso está salpicado de manantiales de agua dulce, especialmente en su cara norte, que han favorecido los asentamientos humanos y el desarrollo de la fauna y la flora locales, protegidas en el parque natural que alberga la sierra.


Entre las principales especies de flora que pueblan la sierra, se encuentran el lentisco, el cambrón, el palmito, el acebuche, la retama, el esparto, la cerrilla y el tomillo. Así como, en mucha menor medida, vetusto recuerdo de los bosques serranos en pie hasta el siglo XVIII, alcornoques, encinas, coscojas y enebros.


Precisamente el esparto tuvo un gran protagonismo en la actividad económica de la zona, así como en la vida diaria de los habitantes de la provincia; protagonismo que sigue recordándose en algunos museos y talleres del Levante.

Además, muy ligados a la actividad humana aparecen, entre los muros derrumbados de las antiguas casas, olivos, almendros, higueras y algarrobos.


También es rica en fauna esta sierra, ya que en ella viven la perdiz roja y su más fiero depredador: el águila perdicera; pero también es hogar de jabalíes, conejos, culebras, lagartijas, zorros, garduñas y tortugas moras, una especie protegida al borde de la extinción.


Actividades y senderos

Pese al abandono de la población, Sierra Cabrera no es un símbolo muerto, olvidado por las generaciones y relegado a mero testigo de la historia y el desarrollo económico de la comarca levantina y del resto de la provincia de Almería.


En los últimos años han sido numerosos los intentos por revitalizar la sierra por parte de grupos ecologistas y turísticos, especialmente de la localidad de Ture para la que Sierra Cabrera es mucho más que un símbolo. Entre las actividades realizadas, destacan las rutas nocturnas en verano y los talleres en los que se muestran las formas de vida en la sierra hasta hace pocas décadas.


Además, Sierra Cabrera cuenta con numerosas rutas que la cruzan y ayudan al viajero a descubrir su belleza y paz singulares; entre ellas destacan la ruta entre El Sopalmo y la Rambla de la Granatilla, de unos noventa minutos de duración; y algunas propias como la Transcabrera, que cruza toda la sierra.


Por todos sus atractivos naturales y culturales, Sierra Cabrera ha pasado de ser una isla de vida para las comunidades del Levante a ser una isla por redescubrir. Una isla de vida en medio del desierto almeriense.

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