De sobra es conocida ya la costumbre de los jugadores de exhibir camisetas de apoyo a las más diversas causas, especialmente a compañeros lesionados. Pero el Athletic de Bilbao tuvo un detalle que se salió de lo común: sacar una camiseta de apoyo a Asier del Horno.
Y es algo extraordinario porque Asier del Horno ya no es jugador del club bilbaino. Pero no es que no lo sea desde hace cuatro días; hace más de un año que se fue al Chelsea y desde el club londinense no volvió a Bilbao, sino que eligió militar en el Valencia de Quique Flores.
Es por ello que, siguiendo el mismo criterio, uno esperaría ver camisetas como esa el día en que otros ex-rojiblancos (Dios no lo quiera) caigan lesionados de importancia, como por ejemplo David Cuéllar y Carlos Merino (Nástic) o Jesús Mari Lacruz (Espanyol).
Por otro lado, resulta llamativo que se le recuerde a un jugador que ya no está y jugadores con ficha en el club pero sin dorsal no tengan ni una frase de apoyo público por parte de sus compañeros. En esa situación están Aritz Solabarrieta y, sorprendemente, un jugador de la experiencia en Primera, tanto en Bilbao como en Vigo, de Javi González.
En suma, que no es cuestión de criticar el detalle, que es bonito (como los jugadores del Espanyol con Puyol); lo criticable del asunto es hacerle más caso al de fuera que al de casa. Pero quizá esto sólo sea otro reflejo de la mentalidad imperante en el fútbol, donde este razonamiento es palabra de Dios.