El paraíso en la tierra existe, la isla de Cerdeña, la segunda en importancia del Mediterráneo, ofrece la posibilidad de poder disfrutar de ella durante todo el año. Su temperatura se mantiene estable durante el año en los 17 grados. Siempre tiene ese clima tan típico de las riberas del Mediterráneo.
Si alguien busca para sus días de descanso una isla con aguas transparentes y turquesas tiene lo que busca en
Cerdeña que siempre es mucho más que una isla en la que zambullirse en sus aguas cristalinas y tostarse sobre su fina arena. Son muchas las ofertas que se ofrecen al turista cuando recala en esta isla de sorpresas mágicas. La oferta es abundante y hay para todos los gustos como vamos a ir desgranando.
Cerdeña esconde tesoros que animan al visitante a descubrirlos pateando esos senderos que se adentran en las montañas y esas ciudades llenas de historia que han ido creciendo al borde de los acantilados.
El buscador de vuelos
Jetcost (w.w.w.jetcost.es) este año ofrece vuelos desde
Madrid a
Cagliari, la capital de la isla, por 262 euros y desde
Barcelona por 102 euros, y hoteles de cuatro estrellas desde 70 euros. Antes esta conexión no existía y para llegar a la isla deseada era mucho más complicado y largo el viaje. Y también se ofrecen cursos de italiano con alojamiento en casas particulares, cursos de cocina, rutas en bicicleta, senderismo, una auténtica y placentera inmersión en la cultura italiana.
Al visitante español le sorprende especialmente encontrar abundantes referencias a España y la corona catalano-aragonesa...
Cerdeña fue propiedad de la corona catalano-aragonesa desde 1323, luego pasó a depender del Reino de España, tras la unificación de los
Reyes Católicos en 1479 por el matrimonio entre los reyes de
Castilla y
Aragón,
Isabel y Fernando. Allí permanecieron hasta 1708 cuando, tras la
Guerra de Sucesión, pasó a manos del imperio austríaco y después a la
Casa de Saboya.
Es importante conocer que la
Italia actual tiene sus raíces en tierras de
Cerdeña ya que desde esta tierra partió
Garibaldi en 1861 para conseguir la unión de
Italia.
Arquitectura española, catalán en Alghero
La presencia de la vieja
Corona de Aragón y de los catalanes se observa en la arquitectura y en el catalán que se habla en
Alghero. Los especialistas distinguen en la isla un estilo arquitectónico propio, deudor del gótico catalán y con influencias de la Italia continental. Los mejores ejemplos se encuentran en el norte. La catedral de
Sassari o el casco viejo de
Alghero en el que podemos admirar el
Palazzo Machín o la iglesia y el claustro de
San Francesco.
El barroco español dejó su poso en las ciudades más importantes del período colonial. Destaca la catedral de
Cagliari, pese a la fachada remozada por
Mussolini a imagen y semejanza del
Duomo de Pisa. En su cripta reposa el rey de la
Corona de Aragón Martín el Joven que murió de paludismo.
El catalán que se habla en
Alghero también aparece en los rótulos del casco viejo de la ciudad. Se conservan fiestas populares relacionadas con los caballos que fueron introducidos por soldados de la Corona catalano- aragonesa muy parecidas a las fiestas que se celebran en
Menorca por
Sant Joan.
Para
Jetcost la más curiosa de esas cabalgatas es la
Sartiglia, se celebra en la población de
Oristano durante el carnaval. Los jinetes enmascarados deben ensartar al galope una estrella de hierro introduciendo sus espadas en un pequeño orificio. Durante años en el
País Valencià se celebraron las llamadas
“corregudes de joies” donde el premio se lo llevaba quien cabalgando a pelo, sin montura, ensartaba un palo en un anillo colgado sobre la meta de la carrera. Tal vez es una prueba más de las afinidades existentes entre los antiguos pueblos de la corona de
Aragón de la cual se dice que durante años todos los peces que surcaban el
Mediterráneo llevaban en sus espaldas grabadas las cuatro barras de la bandera del viejo reino.
Pero además de las facilidades de hacer turismo histórico también hay rincones secretos donde disfrutar de la soledad sin agobios, son aquellos lugares de los que hasta que uno no visita la isla y bucea en ella no sabe, nadie le explica nada de ellos hasta que se da de bruces con estos rincones mágicos.
Baño termal en plena naturaleza
El pueblo de
Fordongiànus brinda a sus visitantes la posibilidad de tomar un baño termal al aire libre, en plena naturaleza. Se trata de las antiguas termas romanas de
Forum Traiani. Y si se quiere disfrutar de un balneario con todas las comodidades actuales se puede disfrutar de ello en
Via Tigellio, en el centro de la capital de
Cagliari.
En unas cinco horas se pueden descubrir paisajes inolvidables si se toma el tren que recorre la región de la
Barbagia. Tampoco hay que perderse la visita a la Iglesia de
San Giovanni di Sinis, un templo del siglo X vecino de la ciudad de
Tharros dominada sucesivamente por fenicios, cartagineses y romanos.
Los que practican senderismo tienen un montón de propuestas como la ascensión a la
Punta la Marmona con 1834 metros, se puede hacer este paseo en cuatro horas, su premio, sensacional, descubrir un paisaje soberbio.
Los amantes de las aguas y las arenas de las playas descubrirán una larga lista de lugares en los poder gozar en solitario de la paz de las mejores y desérticas playas de la isla, especialmente en la costa este, y muy en particular en
Capo Camino y sus dunas.
Desde
Alghero es muy recomendable la excursión en barco a la
Grutta di Nettuno con espectaculares formaciones de tipo calcáreo, también se puede dar un buen chapuzón en la antigua ciudad cartaginesa de
Tharros. Sus muros llegan al borde del agua donde no es difícil encontrar restos de ánforas.
Sardos muy amables
Los sardos son amables, mucho, aman a las personas que les visitan, les tienen un trato excepcional, sin pasarse, los sardos lo que más quieren es su isla, sus formaciones, su arqueología, su forma de vida, sus calles, su historia, y por lo que más han luchado es por cuidarla, es su pequeño paraíso en el
Mediterráneo.
Es difícil ver en esta isla edificaciones que no concuerden con su historia y su idiosincrasia, es imposible contemplar construcciones que destrocen su particular fisonomía y su manera de ser.
Cuando el
Aga Khan quiso construir aquí una exclusiva zona para personas de alto nivel económico y para disfrutar de un paraíso en sus vacaciones e intentó “rehacer” un trozo de la bella
Costa Esmeralda, los sardos, por suerte, dieron la espalda a los deseos del gran capital y por eso ahora todas sus bellezas están a disposición de todos los que ansíen admirarlas.
Costa Esmeralda es el destino de muchos adinerados que atracan sus barcos en este espacio marítimo, algunas de las salas de fiestas y restaurantes son los más caros de la isla,
Porto Cervo, es hoy una cita mundial de ricos y acaudalados, de esos que aprendieron que esta isla de ensueño está puesta en el
Mediterráneo para gozarla todos. Y nadie tocó más allá de lo que los sardos se dejaron.
Por suerte la isla ofrece espacio para todo tipo de turistas y visitantes, siempre y cuando se respeten las normas de los sardos. Ellos quieren su isla tal y como ha sido siempre, los visitantes también.
Cestos, alfombras, joyas de coral
Esta isla es un paraíso para los que quieran llevar regalos especiales a la vuelta, aquí sus artesanos tienen una mano especial para sus creaciones. Elaboran chales y alfombras de lana, todo tejido a mano, tallas de madera, joyería tradicional con filigranas doradas, joyería de coral y especialmente tejen cestas de colores, una preciosidad. En
Tonara se pueden encontrar caramelos especiales de miel y turrón.
En la mesa sarda se sirve pescado, especialmente marisco, pero su cocina se ha adaptado a los visitantes y en su carta se encuentra carne (ternera, cordero, y sobre todo cochinillo al horno) y se puede comer paella, bullabesa o cuscús, éstas se ofrecen junto a las pastas propias de la isla como los malloreddus, macarrones de busa y los culingiones (raviolis) y queso curado que se acompaña con el delgado y crujiente pan de la isla llamado carta di música.
Vinos tinto y blanco, el primero es muy fuerte, los blancos son más ligeros y se aconseja pedir el “vernaccia” que es de color ámbar y sabor seco.
Las carreteras de
Cerdeña son tranquilas, hay poco tráfico, todo es muy tranquilo.
En pleno verano hay playas desiertas como ya he dicho antes, algunas aconsejables son
Cala Luna y
Cala Sisina, muy escondidas, paraíso total y algo más accesibles son las de
Santa Margherita di Pula (Cerca de Cagliari),
Villasimiús y la
Costa del Rey o las calas de arena entre rocas graníticas en la costa del norte o el archipiélago de la
Magdalena.
Mucho para escoger, vario, para todos, para los más exigentes y para los que les gusta descubrir bellos parajes. Y siempre para disfrutar una desconexión del estrés anual.
Cerdeña es un paraíso pero no solo ofrece aguas transparentes, no, esta isla del
Mediterráneo nos da un mucho de todo para hacernos más felices, aunque sea solo para unas pocas horas. Mejor, imposible, ¿se lo perderán?