El simplismo es un recorte muy practicado, demoledor, pero alabado incluso por su sencillez; ahora bien, irreal, por su fijación. Queramos verlo o no, las conexiones de lo muy pequeño, traducen su dinámica inmensidad. Por el contrario, las visiones globales, dentro de lo enorme están configuradas por elementos pequeños, hastas de los que no se miden. De ahí, que nos entendamos mal entre tanta COMPLEJIDAD. Como otra característica humana, este duelo entre lo sencillo y lo complejo, nos distrae del verdadero papel de cada persona, con abusos por los excesos, con racanería enclaustrada en lo particular.

Cualquier HOJA de árbol nos sirve de esquema introductorio, dada su identidad en funciones. Las dos caras, haz y envés, presentan las credenciales. Los contornos las delimitan. El haz tiende a una relación preferente con la luz. El envés propende a los intercambios de líquidos o gases. Mientras, en su interior, actuan finos metabolismos, en plena labor participativa junto con los demás componentes del árbol. ¿Es global? ¿Es un ente individual? Si le añadiéramos un poco de cerebro, la definición todavía se complica. Siempre la misma discusión, lo particular frente a lo global. Los componentes frente al resultado final.

Es posible que la tecnología influya para una tendencia mayoritaria de casi todos los tiempos; la del arrastre de los particulares al RECLAMO de un supuesto avance general. La llegada de nuevos métodos así lo exigiría sin contemplaciones; con el interés común como objetivo declarado. Hay un evidente fundamento, nadie lo duda. El problema surge con dos brotes verdes oscurecidos después hasta la pudrición. El progreso no es neutral, tiene sus aprovechados concretos en la sombra, con los cuales queda difuminado el sentido comunitario. El ciudadano, encantado con ciertas ventajas, percibe su progresiva exclusión del engranaje, sin la aclaración pertinente; cada día lo ve más confuso.

En un primer discurso, los diferentes esquemas organizativos son necesarios. La misma supervivencia, la protección frente a las violencias o los grandes proyectos de la sociedad, salen fortalecidos por dichos ensamblajes. La autosuficiencia de cada persona es un concepto irreal. Las dependencias crean pautas en un continuo dinamismo. Hasta el momento del SALTO CRUCIAL; con unos dispositivos cargados de asombrosas cualidades, lo demás debe supeditarse a sus características. Aún dando por supuesto el bien de la mayoría, la sospecha nos lleva a pensar en las minorías y su colocación en el trato. ¿Estarán unos pocos por encima de las normas? ¿Habrá minorías aplastadas?

No son precisas sesudas reflexiones para la percepción de las diferentes varas de medir, para vislumbrar las orientaciones equívocas. Echemos un vistazo al desarrollo cultural. Está plagado de versiones encontradas, que muestran las dos caras a las que vengo aludiendo. Desde la escuela a los grados universitarios, es notoria la escasa atención prestada, o ninguna, al mantenimiento de las peculiares orientaciones particulares. Suele ser al revés, quién está en formación permanece inmerso en el plan general, con pocas escapatorias. Abundan en el concepto de NORMALIDAD, con la idea de no salirse del formato establecido. Son los peldaños iniciales, indicativos de la estructura diseñada. Demasiado amontonamiento y poco respeto a la diversidad.

La modificación de los enfoques suele ser sutil, casi nos convence. La Ética está basada en un fundamento moral, para que cada individuo actúe en consecuencia. Sin base moral, ¿A dónde vamos? Pues bien, sin mención de la base moral, la agrupación de ciudadanos delimitará lo que es ético. En un alejamiento de la moral, que permite actuaciones incluso mayoritarias, permisivas con ciertas inmoralidades. A la Ética le entró la SOLITARIA, que le comió su verdadero fundamento.

Luego vaya usted al análisis de su aplicación en maniobras paraterroristas, corrupción, prácticas sexuales, empresas, etc. Cada grupito decide sus valoraciones y cada sujeto ya no sabe la procedencia de sus impresiones. El protagonismo está desmenuzado, por consiguiente, la responsabilidad también. Entramos de lleno en el todo vale, equivalente a la frivolidad reinante.

Todos habrán podido comprobar como se trabaja con los datos históricos; también con las manifestaciones en torno a la MEMORIA. Por cierto, ¿Alguna memoria no es histórica? Por que si no lo fuera, serían meras alucinaciones o tergiversaciones. En ocasiones emiten expresiones esperpénticas; adquieren más valor los silencios, lo que no cuentan, debido al carácter fantaseador de lo recogido.

Con el agravante de que las medias verdades suelen ser ponzoñosas, con frecuencia, peores que la mentira directa. ¿De quién podremos fiarnos? El contraste entre las diferentes fuentes, incluidas las orales, es un buen sistema aclaratorio. Apenas tenido en cuenta el testimonio completo de personas concretas; el panorama conduce a la orientación colectiva modificada por los de siempre.

Por experiencias sucesivas, hemos conocido de muchos DIRIGISMOS implantados con aires potentes en las diversas sociedades; ventoleras de mucho dogma y poco respeto. Ilustración, comunismo, liberalismo, feudalismo, esclavitud, nacionalismos, fundamentalismos, democracias; en un muestrario de largo alcance. Entre tantos, no aparece ninguno capaz de colocar a todos en la misma cara de la hoja. Sin embargo, superan el concepto natural de cúpula dirigente. De algún modo, en todos aparece la coerción, hasta el engaño y la tiranía. El ánimo controlador cierra las puertas a la libre expresión del vitalismo individual, con evidentes consecuencias trágicas para una numerosa parte de la población. ¿En la que cada vez está incluida más gente?

En una entrevista, el Papa Francisco aludió al matiz clave de cualquier dirigismo. El que lo transforma de fuerza proyectiva válida para el logro de mejoras; en un entramado al servicio de estructuras y gentes, cuya intención está alejada del bien común. En la medida que se oculten informaciones y se ideen innumerables formas de coacción hacia el ciudadano, el supuesto acuerdo otorgado por estos, votos apoyos, nacen viciados. En ese RESPETO radical está la clave. El sistema con pretensiones de calidad asumirá ese ideario. De lo contrario, sus carencias están ya en el origen. Me parece que poco importa esa reflexión en las alturas de la gestión y los gobiernos.

En una mezcla de genes, costumbres e ignorancias, afrontamos un reto importante, la RUTINA, de la que cuesta salir con bien. Juegan en contra varios factores. La pereza, la falta de conocimientos, la sensación de impotencia u otras necesidades agobiantes. Como el águila que no osaba volar, porque fue criada por gallinas, quién osará esa salida de las normas; son demasiadas inseguridades, pero a veces ni se piensa en la posibilidad existente. El caso de una permanencia frustrante de cada individuo siempre en el envés de la movida social, no garantiza cosa buena; con lo cual, las insatisfacciones serán la regla. Toda una asignatura pendiente, hasta quién sabe qué repesca resolutiva con la fascinantes presencia de las personas en su integridad.