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El púgil hispano-dominicano Jonathan "Maravilla" Alonso consiguió una exitosa victoria ante su rival José Gómez por nócaut en el tercer asalto en lo que significó un próspero debut para el olímpico.
Alonso no dejó dudas acerca de su talento y pudo impresionar al público estadounidense con una contundente victoria. Lució fuerte, con buenos desplazamientos de piernas y golpeando con contundencia, lo que se traduce como un paso importante en su salto al boxeo de pago. Marcó el tempo del combate e impuso su distancia. Lo mejor: sus combinaciones al cuerpo que le abrieron el camino de la victoria y que hicieron doblar al norteamericano. El ímpetu de vencer y el instinto de Alonso salieron a relucir cuando vio dañado a su adversario, no cesando en su ataque con combinaciones al rostro y al cuerpo hasta que el árbitro decretó la detención de la contienda en la tercera vuelta.
Y es que su manager, Pedro García, ha hecho bien los deberes al hacerse con el carismático púgil y comenzar su promoción a lo grande con un debut en una velada de Lou DiBella, nada más y nada menos que en la ciudad de Nueva York, lo que ha significado algo histórico en lo que puede ser el inicio de una apasionante carrera.
Este deporte siempre ha estado rodeado por una mística muy especial, se asocia a una forma de salir de la vulnerabilidad en entornos más humildes. En otros contextos, es una buena opción para ganar en protección, en autodefensa, y con ello en autoestima y confianza. En los últimos años, es tendencia practicar este deporte pero sin enfrentarse a golpes por parte de un contrincante.
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