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En 'Un toque de violencia' el realizador Jia Zhangke narra cuatro historias independientes ubicadas en cuatro provincias de la China actual

Episodios de la China capitalista

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Jia Zhangke, uno de los máximos exponentes de la cinematografía china actual, consiguió el premio al Mejor guión durante el Festival de Cannes de 2013 con esta cinta episódica que adapta una novela de Su Tong, autor, entre otras obras, de La linterna roja, llevada a la gran pantalla en 1991 por el también realizador chino Zhang Yimou. El filme presenta cuatro relatos autónomos que tienen como nexo común la violencia y la injusticia social. Zhangke los conecta a través de personajes que se cruzan, enlazando uno con otro de manera azarosa. Su objetivo es mostrar las diferencias sociales que surgen del imparable ascenso económico del gigante asiático, y cómo esas desigualdades terminan generando situaciones de extrema violencia difícilmente predecibles.

La primera de las historias, la más conseguida en mi opinión, se centra en Dahai (Wu Jiang), un minero que no está dispuesto a ver cómo los mandamases de su pueblo se enriquecen a costa de la venta de la mina de carbón que sostiene la economía del lugar. De ahí que, escopeta en mano, dé cuenta de todos y cada uno de ellos. En la segunda, la peor de las cuatro, el protagonista es Zhou San (Baoqiang Wang), a quien vimos cruzarse con Dahai al principio, un tipo violento que descubre que su pistola le puede proporcionar dinero con mucho menos esfuerzo del que supone ir de región en región en busca de trabajo. La tercera, muy interesante, describe los problemas que padece Xiao Yu (Tao Zhao), mujer que mantiene una relación con un hombre casado y tiene que soportar los caprichos de los clientes ricos que acuden a la sauna donde trabaja como recepcionista. Por último, la cuarta de las historias gravita en torno a Xiao Hui (Lanshan Luo), un joven que, harto de su antiguo jefe, que por cierto era el amante de Xiao Yu en la historia anterior, decide comenzar a trabajar en un club nocturno en el que conoce y se enamora de una prostituta (Li Meng). Jia Zhangke dota a su película de un aspecto estilizado (la dirección de fotografía de Yu Likwai es magnífica), haciendo hincapié en el uso de planos de larga duración y demostrando una notable habilidad para la captación de los entornos.

Es cierto que quizá se eche en falta una mayor unidad entre los diferentes relatos, apenas vinculados; pero, con todo, Tian zhu ding se erige como una espléndida, áspera, pesimista y, a ratos, salvaje reflexión sobre el desarrollo socioeconómico de la China capitalista.

Episodios de la China capitalista

En 'Un toque de violencia' el realizador Jia Zhangke narra cuatro historias independientes ubicadas en cuatro provincias de la China actual
Ricardo Pérez
lunes, 21 de julio de 2014, 09:24 h (CET)

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Jia Zhangke, uno de los máximos exponentes de la cinematografía china actual, consiguió el premio al Mejor guión durante el Festival de Cannes de 2013 con esta cinta episódica que adapta una novela de Su Tong, autor, entre otras obras, de La linterna roja, llevada a la gran pantalla en 1991 por el también realizador chino Zhang Yimou. El filme presenta cuatro relatos autónomos que tienen como nexo común la violencia y la injusticia social. Zhangke los conecta a través de personajes que se cruzan, enlazando uno con otro de manera azarosa. Su objetivo es mostrar las diferencias sociales que surgen del imparable ascenso económico del gigante asiático, y cómo esas desigualdades terminan generando situaciones de extrema violencia difícilmente predecibles.

La primera de las historias, la más conseguida en mi opinión, se centra en Dahai (Wu Jiang), un minero que no está dispuesto a ver cómo los mandamases de su pueblo se enriquecen a costa de la venta de la mina de carbón que sostiene la economía del lugar. De ahí que, escopeta en mano, dé cuenta de todos y cada uno de ellos. En la segunda, la peor de las cuatro, el protagonista es Zhou San (Baoqiang Wang), a quien vimos cruzarse con Dahai al principio, un tipo violento que descubre que su pistola le puede proporcionar dinero con mucho menos esfuerzo del que supone ir de región en región en busca de trabajo. La tercera, muy interesante, describe los problemas que padece Xiao Yu (Tao Zhao), mujer que mantiene una relación con un hombre casado y tiene que soportar los caprichos de los clientes ricos que acuden a la sauna donde trabaja como recepcionista. Por último, la cuarta de las historias gravita en torno a Xiao Hui (Lanshan Luo), un joven que, harto de su antiguo jefe, que por cierto era el amante de Xiao Yu en la historia anterior, decide comenzar a trabajar en un club nocturno en el que conoce y se enamora de una prostituta (Li Meng). Jia Zhangke dota a su película de un aspecto estilizado (la dirección de fotografía de Yu Likwai es magnífica), haciendo hincapié en el uso de planos de larga duración y demostrando una notable habilidad para la captación de los entornos.

Es cierto que quizá se eche en falta una mayor unidad entre los diferentes relatos, apenas vinculados; pero, con todo, Tian zhu ding se erige como una espléndida, áspera, pesimista y, a ratos, salvaje reflexión sobre el desarrollo socioeconómico de la China capitalista.

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