En esto del fútbol es ya más que habitual que un entrenador caiga de su puesto pasados un par de meses (y a veces menos) de su competición. Es más, los aficionados en general controlamos tanto del tema que sabemos con certeza cuándo caerá a poco que leamos las declaraciones de su entorno.
Ejemplo del pasado: temporada 2005/06. Athletic Club de Bilbao. Jornada número 7 de liga. Declaraciones de Fran Yeste, uno de los "capos" del cuadro rojiblanco: "Mendilibar está loco si cree que podemos correr tanto en el campo" (o algo parecido). Dos semanas y dos partidos sin ganar después y entrenador a la calle.
Ejemplo del presente: esta misma temporada. Otra vez el Athletic. situación clasificatoria grave, pero menos que la del pasado año. Partido de vuelta de Copa en Mallorca. Etxeberria, capitán del equipo, se encara con Sarriugarte y le pide explicaciones por su planteamiento del partido, que acaba con la eliminación de los leones de su competición por excelencia.
¿Qué pasará con Félix Sarriugarte? Pues que si hoy pierde el Athletic en Mestalla, algo nada descabellado, el de Zaldibar tiene muchos boletos para abandonar su puesto. Y lo más curioso es que, si gana, nadie pensará en "cepillarse" a Etxebe. Y es que, claro, es más fácil echar a uno que a veinticinco, o que a siete. Y ese es el poder los jugadores. Y qué bien lo emplean cuando les interesa. ¿O nadie recuerda el partido posterior al cese de Valdano en el Madrid, cuando ganó 0-5 en San Mamés? ¿Recordaron repentinamente los jugadores cómo se jugaba bien? ¿O es que se hizo patente que frente al Rayo en el Bernabeu le hicieron la cama a un entrenador en el que no creían? Pues eso.