Transcurrido prácticamente un cuarto de Liga, el Sevilla de Juande Ramos se está confirmando, no ya como revelación, sino como aspirante claro a ganar la Liga y a revalidar la UEFA. Lástima que in extremis no consiguiera el billete para la Champions el año pasado. Sin duda, habría dado mucho que hablar esta temporada.

El bloque del mister manchego sigue creciendo y enamorando domingo a domingo. Quizá no con la estética del Barça, al menos el del año pasado, pero sí con una solvencia y una variedad de recursos enorme.

Uno observa la alineación que goleó antesdeayer a la modesta Gimnástica Segoviana y el equipo “B” hispalense se componía de Duda, Aitor Ocio, Puerta, Martí, Maresca... nivelazo. No jugaron Palop, Alves, Navas, Adriano, Polvsen, Kanouté... ¿para qué?

El Sevilla F.C. forma el plantel más completo y equilibrado de Primera División: fuerza, calidad y disciplina. Dos hombres por puesto, a cual mejor, y un gran entrenador, que administra sabiamente los poderosos recursos que ha puesto a su disposición el club, y en especial el secretario técnico Monchi y sus buenos colaboradores, Víctor Orta y compañía.

Tanto talento en el mismo equipo está dando buenos frutos, es lógico.

A ver a qué equipo se le van en un par de años sus principales estrellas: Reyes, S.Ramos y Baptista y el equipo, lejos de descomponerse crece.
Sanean de manera importante las arcas del club y fichan con criterio y relativamente barato: el crack uruguayo Chevantón, el exTottenham Kanouté – al que solo le faltaba el gol y en Sevilla lo está recuperando –, recuperan a un gran portero tapado en Valencia por Cañizares y llamado a la internacionalidad como Palop, Duda, Hinkel, Polvsen ...

Todo marcha viento en popa a orillas del Nervión. Este Sevilla es modelo de club para otros que dilapidan lo que no está en los escritos, con presupuestos ampliamente mayores.
A la chita callando se ha planrado en la elite del fútbol español, mientras sus vecinos en Heliópolis son la cara opuesta de la moneda.

Que siga la Liga, Sevilla y Zaragoza están poniendo la alternativa a los ya favoritos Barça y Valencia. Porque sobre el Real y Atlético, mais do mesmo: apatía y chispazos, pero irregularidad e inconsistencia absolutas; ambos están aún en un segundo nivel, de momento.