El equívoco tiene un cierto atractivo, capta la atención del observador, en quien provoca la duda que intranquiliza o la revelación insospechada. El DIORAMA representa con salero a la incertidumbre. Según la RAE, es el lienzo confeccionado con un matierial transparente, pintado en sus dos caras con figuras diferentes. Según incida la luz sobre él, apreciamos una u otra figura, de manera cambiante. Aquello que veíamos como cierto, desaparece oscilante, mientras asoman otras realidades; a su vez esporádicas, por el regreso de la primera imagen.
La luz es el principal condicionanante, su procedencia e intensidad marcan la buena visibilidad de las imágenes; si bien, la escasa fijación del lienzo, telón o tapiz colgado, lo somete al trémulo movimiento de leves corrientes de aire, que contribuyen a la visión inestable. Otro elemento decisivo son las actitudes del espectador, despreocupado e indiferente, obsesivo con otras preocupaciones o inquisitivo hacia las presencias de su alrededor. La muestra del diorama se revela bajo algunas condiciones, como ocurre con casi todo. Al menos, requiere una pizca de sana curiosidad.
Si nos informan de alguien que está peinando los vientos, asido a las rocas, imaginaremos al protagonista en aventuras montañeras. Si añaden que todo eso lo efectúa con los ojos bien abiertos y con la mente despejada; tocaremos de cerca la obra artística de CHILLIDA. La captación de las ondas vitales emanadas desde el Universo, cargadas de energías incombustibles. Así pues, según la luz, en este caso surgida de los cerebros implicados; lo que eran vientos potentes y rocas recias pasan a formar parte del auténtico pálpito de la existencia; en ese ensamblaje que tantas veces olvidamos. No cabe duda, estamos situados entre imágenes oscilantes y radicales a la vez.
Estamos inmersos en un guirigay inmenso. Con el ruido estentóreo y la palabrería desbordada, pretenden tomar la dirección de los eventos colectivos y de los correspondientes a cada sujeto en particular. Las alternativas a las algarabías y griteríos parecen remotas. Eso según se mire y los detalles a nuestro alcance. Pronto descubrimos la serena importancia de los silencios o de los SUSURROS, cuyo goteo impregna la personalidad de los individuos. Las fuertes voces enturbian los diálogos nacientes y suelen portar argumentos escondidos. Hablando quedo, cala la sospecha enfilada hacia la pretensión dominadora a fuerza de decibelios. Las disyuntivas están abiertas a los criterios ciudadanos que se ejerzan.
La sinceridad es una rara flor, de ahí la conveniencia de que nos adaptemos a las medias verdades y a la letra pequeña; en espera de algún movimiento afortunado que nos revele las manifestaciones auténticas. Que siente usted pasión por la historia. ¡Ya estamos pillados! Como paso previo, atenderá a la transparencia del cristal por el cual pretenda mirarla. Los ENFOQUES están muy dispersos. Más que alumbrar el estado de los conocimientos; informan de las intenciones de los osados historiadores al uso. El aspecto científico del asunto sufre una postergación progresiva, queda suplantado por los afanes actuales de soñadores ilusos o algún que otro alienado afincado en áreas del poder. ¿Dioses o demonios? Según la procedencia de la luz.
El realce del doblez en las versiones, adquiere prestancia sobre todo, cuando tratamos de los extremos intempestivos, que tanto nos acucian. La exclusiva reducción de cada persona a sus esferas íntimas, desligadas del resto; sólo contribuye a su aislamiento y neurosis progresiva; Una lamentable degradación sin alternativas. Por contra, hay personas creídas de su representatividad casi divina, como auténticos embajadores directos del cosmos y de los dioses; muchos personajes actuales lo atestiguan en autonomías o poltronas diversas. Uno se pregunta si será posible un EQUILIBRIO en el diorama existencial, evitando el agobio provocado por endiosados de pacotilla.
A primera vista, diríamos que cada uno está a lo suyo, subsistencia, diversiones, deseos e intereses; parece lo más normal, con las diferencias pertinentes de cada caso. Según provenga el viento del sur o del norte, la luz del sol o de la luna. ¡Quién sabe por qué! Ese primer dibujo pierde sus contornos, para mostrar otros contornos menos normales. Principalmente, el que denomino perfil de los ALIENADOS de conveniencia. Proliferan los sujetos con alardes de normalidad, pero ocupados en lo ajeno de manera abusiva. Violencia doméstica, asesinatos, negociantes de lo ajeno, hasta manipuladores de opinión. Casi todos buscan la excusa de algún trastorno psíquico cuando les descubren graves abusos. Ese cambio, va y viene.
Hay casos sorprendentes, casi increíbles. Hemos conocido de princesas con graves pérdidas de memoria, o de conciencia. ¡Vayan ustedes a precisar! Pasaban por aristócratas normales. En la nueva historia catalana salen a la luz ejemplos mágicos. En alguna obra pictórica han aparecido los colores rojo y amarillo de la bandera española, siendo así que no aparecían en la obra original, que además era anterior al establecimiento de dichos colores como representativos de la realidad española. En la Unión Europea estarán cuerdos, pero sufren trastornos de atención, cuando conciben a las sucesivas oleadas de emigrantes, sólo como un problema periférico; confiemos que no se trate de una degeneración colectiva e irreversible. ¿Apreciación? ¿Trastorno?
Encontramos una versión sutil sobre la FRAGILIDAD de la democracia, que afecta a rasgos cruciales, información, diálogo, reflexión, libertad, decisiones… Pues bien, cuando las luces informativas están debilitadas, falsificadas o apagadas; cae en cadena gran parte de la estructura. Una carencia repercute en los demás rasgos y por tanto, ensombrece todas las actividades. ¿De qué democracia hablamos cuando acumulamos una carencia tras otra? El bamboleo del lienzo democrático modifica notablemente la imagen y los resultados obtenidos. Por eso destaca lo poco cuidadosos que somos con los detalles.
En qué fase del diorama les parece a ustedes que colocaríamos la expresión del AMOR en las actuales modernidades. Del amor en sentido absoluto, como ideal; el comentario podría perder su fuste, son tantas las devaluaciones agregadas a dicha palabra, que quizá ni de entenderla fuéramos capaces. Aparecen multiplicadas las imágenes y sólo en las explicaciones de cada una nos perderíamos. ¿Amor a qué? ¿Altruista? ¿Plagado de intereses? ¿Respetuoso? ¿Hacer el amor? ¿Exclusivamente sexual? La oscilación está presente de cara a la elección personal y sus responsabilidades. Las grietas del ideal son evidentes.
La principal revelación de los cambios y la inestabilidad de las percepciones, es que no tenemos excusa; gran parte de las modificaciones intempestivas y sus consecuencias, están relacionadas con nuestra adaptación o no a la situación y la correspondiente toma de decisisiones coherentes. Precisamos de la LIBERACIÓN ante el exceso de imágenes ambiguas, que además acaban en falsificaciones al menor descuido. La reivindicación de las personas frente a los montajes es imperativa.