Lo del Valencia no tiene nombre. El domingo frente al Espanyol se agrandó la lista negra de lesiones de rodilla en la Liga y también, para no variar, la enfermería del club. Ni los más viejos del lugar recuerdan una plaga tan extensa de lesionados, pero lo peor de todo es que no se ha disputado ni un tercio de la competición, y las lesiones superan en la mayoría de los casos los tres meses. Las expectativas del Valencia para la temporada 2006/2007 eran pelear por las tres competiciones en las que iba a participar. Con refuerzos de lujo como Joaquín, Morientes o Edu, que se pasó toda la temporada pasada apurando su recuperación para la recta final y apenas disputó minutos, el técnico sabía del potencial de su plantilla para dar guerra en Europa y en Liga, después de inculcar a sus jugadores durante la pasada campaña cómo tenía que jugar el Valencia de Quique. Pues bien, cuando el Valencia metía tercera al comienzo del campeonato y los demás equipos se abrochaban el cinturón, a los pinchazos de sus dos ruedas traseras (Albelda y Vicente), se le sumaban nuevos contratiempos, con las lesiones de Gavilán y Moretti. Conclusión, un coche sin ruedas es difícil que avance y esté a la altura de las exigencias que envuelven al equipo, y otra es que las ruedas de repuesto también se pinchen o sufran cualquier tipo de fenómeno extraordinario y acaben por no servir, sin contar las numerosas piezas del coche que apuran su vuelta.

Por suerte para el Valencia y desgracia para los demás equipos, el motor sigue intacto, sólo se necesita acoplar las nuevas piezas de la cantera, papel difícil ante los compromisos que se avecinan y el nerviosismo de la parroquia a flor de piel, porque de seguir así, veremos a Carboni ocupando el lateral izquierdo que ha dejado Moretti. Un tal Murphy argumentaba que las desgracias no vienen solas, tal afirmación tiene su causa en el interés del Newcastle por hacerse con los servicios de David Navarro. El club inglés ofrece diez millones de euros y le triplica el sueldo al jugador, oferta muy jugosa que en otras condiciones, sería una gran operación para todas las partes, sobre todo para el central por su situación dentro del equipo y también porque ingresar diez kilos por un jugador de la cantera, mirando cómo está el mercado actual, es todo un señor regalo, vamos, se adelanta la Navidad en Valencia. Al pobre de Quique sólo le queda rezar para que sus jugadores no sufran ningún tipo de lesión y Carboni le traiga algún jugador en el mercado de invierno, aunque el técnico dice que no le gusta pedir, que se conforma con lo que tiene y con lo que suba del filial.