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Entonces, ¿de quién es la culpa de la implosión de Irak? ¿De Bush? ¿De Obama?

Pirarse a la zaga

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De vuelta a la realidad, los Republicanos no pierden guerras y los Demócratas no pierden guerras; América pierde las guerras - que es como aliados y enemigos de los Estados Unidos juzgan por igual lo que pasa ahora mismo en Irak, y como pasará a los libros de historia. Desde luego tiene mucho de verdad la valoración del analista Robert Tracinski - que para Obama era una profecía autocumplida y que, en cierto sentido primordial, para los Demócratas era en última instancia un imprescindible que la guerra de Irak se perdiera. Innegablemente perdida. Y que se considerara innegablemente perdida - aun habiendo tardado cinco años y medio desde la salida de Bush de la administración, la duración de la Segunda Guerra Mundial entera más o menos.

Hay que decir que hay culpables a patadas. Veo que el senador de izquierdas Lindsey Graham se está prodigando en los medios diciendo que hemos de trabajar con Irán para salvar a Irak del Estado Islámico de Irak y el Levante. Hablamos del mismo Lindsey Graham que venía instando a Estados Unidos a apoyar a los rebeldes sirios que intentan derrocar a Assad, el satélite iraní. La resistencia siria está dominada por los mismos tipos que ahora mismo se están haciendo con Irak - yihadistas suníes del "Estado Islámico de Irak y Siria". Piense en lo mucho que se ha borrado la frontera sirio iraquí: En el lado oriental de esta desaparecida demarcación, el sunita descontento que se levanta en armas contra un satélite iraní afincado en Bagdad es un enemigo de los Estados Unidos al que hemos de aliarnos con Irán para destruir; pero en el lado occidental de esta desaparecida demarcación, el sunita descontento que se levanta en armas contra un satélite iraní afincado en Damasco es un valiente luchador de la Primavera Árabe por la libertad que tiene todo el derecho a recibir el apoyo de los Estados Unidos. Vale que no hablamos de la parte del mundo en la que es más fácil distinguir a los amigos de los enemigos, pero la forma de superar este permanente dilema no es encontrar a los dos, literalmente, en la misma persona.

De forma que el senador Graham tiene todavía menos sentido del habitual.

También hay que decir que la antipatía del Presidente Obama hacia cualquier intervención militar significativa cuenta sin duda con el apoyo del pueblo estadounidense, que tras 13 años de conflictos lentos no ganados se ha cansado. A propósito, ni los partidarios de las intervenciones de Irak y Afganistán están a favor del conflicto únicamente. Hay un capítulo entero de mi libro America Alone, a partir de la página 158, acerca de los demás elementos de la influencia exterior a través de los que un país soberano eficaz persigue sus intereses - la diplomacia, los vínculos económicos, la cultura jurídica, la informativa, la vida cultural... Son lo que los países intermedios llaman "el poder blando" y lo que Hillary Clinton llama "el poder inteligente". El problema es sencillo: Tan torpe como los Republicanos pueden considerar que ha sido el uso de la mano dura, el uso del poder blando por parte de los Demócratas ha sido todavía más desastroso. El poder blando eficaz exige de gran claridad y mano izquierda, cosas que ni el Presidente Obama, el Secretario Kerry ni nadie parece poseer.

De ahí la retahíla de fichas de dominó:

En el año 2011, durante la Primavera Árabe, la administración Obama anunció que estaba "liderando a la zaga". Si usted se encontraba en El Cairo, en Teherán, en Moscú, en Pekín o en otro lado, eso decía mucho de la pasividad norteamericana: La superpotencia no tenía ningún interés en influenciar el curso de los acontecimientos, sino que se sometía a ellos simplemente.

En el año 2012, tras el asalto militar bien planificado a territorio estadounidense soberano en Bengasi y el primer asesinato de un embajador estadounidense en un tercio de siglo, la administración Obama eligió simular que todo tenía algo que ver con un desconocido vídeo colgado en YouTube. El Presidente de Libia culpó del atentado a Ansar al-Sharía y lo relacionó con la rama de al-Qaeda en el Magreb, pero Obama, la Clinton, Susan Rice y su corte de eunucos en los medios convencionales se tapó los oídos y dijo "Hace mucho aire". De manera que los caballeros que saquearon la delegación diplomática y asesinaron a su plantilla siguen totalmente en libertad, pero allá en California, el productor de un vídeo desconocido fue metido en una prisión en la que languidece hasta la fecha. Una vez más, si usted se encontraba en El Cairo, en Teherán, en Moscú, en Kabul o en Damasco, esta desorientación aparentemente nociva decía mucho de lo comprometida que estaba América con esa pasividad: La reacción predilecta de la superpotencia, después incluso de un ataque sangriento frontal a su propio territorio, consiste en pedir la cuenta y salir pitando.

En el año 2013, después de que el sirio Assad hijo montara su Hama, a Obama le explotó su propia retórica en la cara. Se había apartado reflexivamente del discurso preparado y había insistido en que, si Assad cometía el error de usar arsenales químicos, supondría un "límite" para Obama. Assad se partió la caja y se puso a gasear a sus desgraciados súbditos. Obama salió inmediatamente a la palestra diciendo que, ah no, él no había impuesto ningún límite, la comunidad internacional había impuesto el límite. Y a tiempo para subrayar la idea, John Kerry garantizaba al mundo que, de ser el límite de América, cualquier respuesta militar sería "increíblemente pequeña". Lo que sonaba totalmente plausible desde Damasco, Teherán y Moscú. De hecho, les sonó a que la respuesta militar predilecta de Obama no iba a ser solamente "increíblemente pequeña", sino también indetectable. En cuanto a Bengasi, Washington salió por la puerta. Así que Vladimir Putin decidió ayudar a Obama a escurrir el bulto simulando que el asunto de "el límite del mundo" era real, y cerró un acuerdo. El acuerdo era pésimo - deja a Assad en el poder, a los mulás como patrones, y devuelve al Kremlin a Oriente Próximo como jugador importante por primera vez en dos generaciones. Al permitir que Assad salga impune de crímenes de guerra, también se permite que ninguna oposición "moderada" tenga oportunidad de deponerlo. De manera que la resistencia eficaz al régimen cayó presa de yihadistas radicales más sangrientos. Pero Putin y los mulás comprendieron correctamente que Obama les iba a dejar borrar su límite, y por eso lo hicieron.

En el año 2014, reforzados y consolidados en su éxito en Siria, el Estado Islámico de Irak y Siria se puso a anexionarse territorios del Triángulo Sunita iraquí, y luego fue más allá. En Faluya, la bandera negra de al-Qaeda ondea hoy sobre edificios levantados por efectivos estadounidenses. En Mosul se adjudicaron 500.000 millones de dólares, y marcharon hacia Bagdad en vehículos blindados profesionales proporcionados por los Estados Unidos. Ayer utilizaron proyectiles Stinger estadounidenses que los efectivos iraquíes que huían dejaron atrás. La mayor y más cara embajada de la historia de las embajadas está siendo evacuada ahora mismo. Estados Unidos está ocupado ahora mismo izando banderas tolerantes en sus misiones diplomáticas, pero cualquier diplomático bagdadí que piense en huir a la Zona Verde va a tener que darse prisa. Como antes, Estados Unidos se esfuerza en anunciar que cualquier respuesta militar será "increíblemente pequeña". Teherán ha calculado que como mínimo, podrá tener un pequeño estado chiíta al sur de Irak, y como máximo lo que pida. Es decir, en las actuales conversaciones del grupo P5+1 en Ginebra, las negociaciones nucleares no van a ningún lado y toda la acción está en los contactos entre bambalinas acerca de la "cooperación" irano estadounidense contra el Estado Islámico de Irak y Siria.

Se habrá dado cuenta de que las fichas del dominó son cada vez más grandes. La Primavera Árabe fue una jugosa quimera en la que los discurso sentimentalistas sobre una "Revolución de Facebook" se dieron de bruces contra la cruda realidad de las alternativas viables a los dictadores. En Bengasi, las quimeras volátiles saltaron por los aires, pero los cínicos de las necesidades nacionales concluyen que no es un municipio importante, ni siquiera un país importante, ¿dónde está el problema pues? En Siria reforzamos a Rusia, a Irán y a la yihad, pero los que salen peor parados son los indefensos súbditos de Assad sobre todo, por lo que ¿a quién le importa? Entre Aleppo y Tikrit, el Estado Islámico de Irak y Siria ha modificado el mapa anglo-galo del Oriente Próximo por primera vez desde 1922 y ha creado un estado yihadista radical, pero oiga, probablemente podemos echar la culpa a Bush o a Cheney, ¿no?

Y así las consecuencias de una América contraída se extienden - desde las bandas yihadistas de Bengasi a los ataques con armas químicas de Siria, pasando por el estado yihadista más ricos del mundo al oeste de Irak y los ayatolás nucleares, la ficha de dominó más grande de todas. Cualquier acuerdo irano estadounidense será como el de los talibanes. El objetivo de "la cooperación" para los mulás será poner el disfraz a su entrada en Irak, mientras que el objetivo de "la cooperación" para la administración Obama será tener cobertura para su salida. De manera que los iraníes estarán sobre el terreno en el sur chiíta mientras unos cuantos vehículos no tripulados y todo bombardean el Triángulo Sunita. Los bombardeos acabarán, pero los iraníes se quedarán. Y un Irán nuclear nacerá no como paria global, sino en el seno del contexto de un acercamiento entre Washington y Teherán.

¿Y qué pasará con ese estado yihadista a horcajadas en la frontera sirio iraquí? ¿Cuál será la próxima frontera marcada por la Oficina Colonial hace 90 años en desaparecer? ¿Cuál será la próxima ficha del dominó? Si usted fuera el rey Abdalá en Ammán, ¿cuáles calcularía que son sus posibilidades de que el amigo americano le ayude a contener al nuevo califato pan-sunita? ¿Y los saudíes? ¿Qué pasa con las mayores reservas del planeta?

¿Y con las fichas que hay más allá? Miles de ciudadanos nominalmente "occidentales" - jóvenes de Gran Bretaña, de Canadá, de Europa y sí, de América - han acudido en tropel a Siria a unirse a la yihad. En los términos del caballo fuerte y el caballo débil de Osama, ellos llevan las de ganar. Pero un día se apearán y volverán "a casa" con su pasaporte occidental, habiendo adquirido montones de nuevas e incendiarias habilidades.

Las fichas más grandes del dominó todavía no han caído. Pero grandes o pequeñas, todas estas partes - los ayatolás, los yihadistas, los rusos - han cogido la distancia a Washington correctamente y, en medio del vacío de la influencia americana, todas sacan lo que quieren.

Obama se ha mantenido "increíblemente pequeño" constantemente, de El Cairo a Bengasi pasando por Damasco y Mosul, al tiempo que las fichas han ido creciendo. América se da el piro a la zaga - en un visto y no visto.

Pirarse a la zaga

Entonces, ¿de quién es la culpa de la implosión de Irak? ¿De Bush? ¿De Obama?
Mark Steyn
miércoles, 25 de junio de 2014, 08:53 h (CET)
De vuelta a la realidad, los Republicanos no pierden guerras y los Demócratas no pierden guerras; América pierde las guerras - que es como aliados y enemigos de los Estados Unidos juzgan por igual lo que pasa ahora mismo en Irak, y como pasará a los libros de historia. Desde luego tiene mucho de verdad la valoración del analista Robert Tracinski - que para Obama era una profecía autocumplida y que, en cierto sentido primordial, para los Demócratas era en última instancia un imprescindible que la guerra de Irak se perdiera. Innegablemente perdida. Y que se considerara innegablemente perdida - aun habiendo tardado cinco años y medio desde la salida de Bush de la administración, la duración de la Segunda Guerra Mundial entera más o menos.

Hay que decir que hay culpables a patadas. Veo que el senador de izquierdas Lindsey Graham se está prodigando en los medios diciendo que hemos de trabajar con Irán para salvar a Irak del Estado Islámico de Irak y el Levante. Hablamos del mismo Lindsey Graham que venía instando a Estados Unidos a apoyar a los rebeldes sirios que intentan derrocar a Assad, el satélite iraní. La resistencia siria está dominada por los mismos tipos que ahora mismo se están haciendo con Irak - yihadistas suníes del "Estado Islámico de Irak y Siria". Piense en lo mucho que se ha borrado la frontera sirio iraquí: En el lado oriental de esta desaparecida demarcación, el sunita descontento que se levanta en armas contra un satélite iraní afincado en Bagdad es un enemigo de los Estados Unidos al que hemos de aliarnos con Irán para destruir; pero en el lado occidental de esta desaparecida demarcación, el sunita descontento que se levanta en armas contra un satélite iraní afincado en Damasco es un valiente luchador de la Primavera Árabe por la libertad que tiene todo el derecho a recibir el apoyo de los Estados Unidos. Vale que no hablamos de la parte del mundo en la que es más fácil distinguir a los amigos de los enemigos, pero la forma de superar este permanente dilema no es encontrar a los dos, literalmente, en la misma persona.

De forma que el senador Graham tiene todavía menos sentido del habitual.

También hay que decir que la antipatía del Presidente Obama hacia cualquier intervención militar significativa cuenta sin duda con el apoyo del pueblo estadounidense, que tras 13 años de conflictos lentos no ganados se ha cansado. A propósito, ni los partidarios de las intervenciones de Irak y Afganistán están a favor del conflicto únicamente. Hay un capítulo entero de mi libro America Alone, a partir de la página 158, acerca de los demás elementos de la influencia exterior a través de los que un país soberano eficaz persigue sus intereses - la diplomacia, los vínculos económicos, la cultura jurídica, la informativa, la vida cultural... Son lo que los países intermedios llaman "el poder blando" y lo que Hillary Clinton llama "el poder inteligente". El problema es sencillo: Tan torpe como los Republicanos pueden considerar que ha sido el uso de la mano dura, el uso del poder blando por parte de los Demócratas ha sido todavía más desastroso. El poder blando eficaz exige de gran claridad y mano izquierda, cosas que ni el Presidente Obama, el Secretario Kerry ni nadie parece poseer.

De ahí la retahíla de fichas de dominó:

En el año 2011, durante la Primavera Árabe, la administración Obama anunció que estaba "liderando a la zaga". Si usted se encontraba en El Cairo, en Teherán, en Moscú, en Pekín o en otro lado, eso decía mucho de la pasividad norteamericana: La superpotencia no tenía ningún interés en influenciar el curso de los acontecimientos, sino que se sometía a ellos simplemente.

En el año 2012, tras el asalto militar bien planificado a territorio estadounidense soberano en Bengasi y el primer asesinato de un embajador estadounidense en un tercio de siglo, la administración Obama eligió simular que todo tenía algo que ver con un desconocido vídeo colgado en YouTube. El Presidente de Libia culpó del atentado a Ansar al-Sharía y lo relacionó con la rama de al-Qaeda en el Magreb, pero Obama, la Clinton, Susan Rice y su corte de eunucos en los medios convencionales se tapó los oídos y dijo "Hace mucho aire". De manera que los caballeros que saquearon la delegación diplomática y asesinaron a su plantilla siguen totalmente en libertad, pero allá en California, el productor de un vídeo desconocido fue metido en una prisión en la que languidece hasta la fecha. Una vez más, si usted se encontraba en El Cairo, en Teherán, en Moscú, en Kabul o en Damasco, esta desorientación aparentemente nociva decía mucho de lo comprometida que estaba América con esa pasividad: La reacción predilecta de la superpotencia, después incluso de un ataque sangriento frontal a su propio territorio, consiste en pedir la cuenta y salir pitando.

En el año 2013, después de que el sirio Assad hijo montara su Hama, a Obama le explotó su propia retórica en la cara. Se había apartado reflexivamente del discurso preparado y había insistido en que, si Assad cometía el error de usar arsenales químicos, supondría un "límite" para Obama. Assad se partió la caja y se puso a gasear a sus desgraciados súbditos. Obama salió inmediatamente a la palestra diciendo que, ah no, él no había impuesto ningún límite, la comunidad internacional había impuesto el límite. Y a tiempo para subrayar la idea, John Kerry garantizaba al mundo que, de ser el límite de América, cualquier respuesta militar sería "increíblemente pequeña". Lo que sonaba totalmente plausible desde Damasco, Teherán y Moscú. De hecho, les sonó a que la respuesta militar predilecta de Obama no iba a ser solamente "increíblemente pequeña", sino también indetectable. En cuanto a Bengasi, Washington salió por la puerta. Así que Vladimir Putin decidió ayudar a Obama a escurrir el bulto simulando que el asunto de "el límite del mundo" era real, y cerró un acuerdo. El acuerdo era pésimo - deja a Assad en el poder, a los mulás como patrones, y devuelve al Kremlin a Oriente Próximo como jugador importante por primera vez en dos generaciones. Al permitir que Assad salga impune de crímenes de guerra, también se permite que ninguna oposición "moderada" tenga oportunidad de deponerlo. De manera que la resistencia eficaz al régimen cayó presa de yihadistas radicales más sangrientos. Pero Putin y los mulás comprendieron correctamente que Obama les iba a dejar borrar su límite, y por eso lo hicieron.

En el año 2014, reforzados y consolidados en su éxito en Siria, el Estado Islámico de Irak y Siria se puso a anexionarse territorios del Triángulo Sunita iraquí, y luego fue más allá. En Faluya, la bandera negra de al-Qaeda ondea hoy sobre edificios levantados por efectivos estadounidenses. En Mosul se adjudicaron 500.000 millones de dólares, y marcharon hacia Bagdad en vehículos blindados profesionales proporcionados por los Estados Unidos. Ayer utilizaron proyectiles Stinger estadounidenses que los efectivos iraquíes que huían dejaron atrás. La mayor y más cara embajada de la historia de las embajadas está siendo evacuada ahora mismo. Estados Unidos está ocupado ahora mismo izando banderas tolerantes en sus misiones diplomáticas, pero cualquier diplomático bagdadí que piense en huir a la Zona Verde va a tener que darse prisa. Como antes, Estados Unidos se esfuerza en anunciar que cualquier respuesta militar será "increíblemente pequeña". Teherán ha calculado que como mínimo, podrá tener un pequeño estado chiíta al sur de Irak, y como máximo lo que pida. Es decir, en las actuales conversaciones del grupo P5+1 en Ginebra, las negociaciones nucleares no van a ningún lado y toda la acción está en los contactos entre bambalinas acerca de la "cooperación" irano estadounidense contra el Estado Islámico de Irak y Siria.

Se habrá dado cuenta de que las fichas del dominó son cada vez más grandes. La Primavera Árabe fue una jugosa quimera en la que los discurso sentimentalistas sobre una "Revolución de Facebook" se dieron de bruces contra la cruda realidad de las alternativas viables a los dictadores. En Bengasi, las quimeras volátiles saltaron por los aires, pero los cínicos de las necesidades nacionales concluyen que no es un municipio importante, ni siquiera un país importante, ¿dónde está el problema pues? En Siria reforzamos a Rusia, a Irán y a la yihad, pero los que salen peor parados son los indefensos súbditos de Assad sobre todo, por lo que ¿a quién le importa? Entre Aleppo y Tikrit, el Estado Islámico de Irak y Siria ha modificado el mapa anglo-galo del Oriente Próximo por primera vez desde 1922 y ha creado un estado yihadista radical, pero oiga, probablemente podemos echar la culpa a Bush o a Cheney, ¿no?

Y así las consecuencias de una América contraída se extienden - desde las bandas yihadistas de Bengasi a los ataques con armas químicas de Siria, pasando por el estado yihadista más ricos del mundo al oeste de Irak y los ayatolás nucleares, la ficha de dominó más grande de todas. Cualquier acuerdo irano estadounidense será como el de los talibanes. El objetivo de "la cooperación" para los mulás será poner el disfraz a su entrada en Irak, mientras que el objetivo de "la cooperación" para la administración Obama será tener cobertura para su salida. De manera que los iraníes estarán sobre el terreno en el sur chiíta mientras unos cuantos vehículos no tripulados y todo bombardean el Triángulo Sunita. Los bombardeos acabarán, pero los iraníes se quedarán. Y un Irán nuclear nacerá no como paria global, sino en el seno del contexto de un acercamiento entre Washington y Teherán.

¿Y qué pasará con ese estado yihadista a horcajadas en la frontera sirio iraquí? ¿Cuál será la próxima frontera marcada por la Oficina Colonial hace 90 años en desaparecer? ¿Cuál será la próxima ficha del dominó? Si usted fuera el rey Abdalá en Ammán, ¿cuáles calcularía que son sus posibilidades de que el amigo americano le ayude a contener al nuevo califato pan-sunita? ¿Y los saudíes? ¿Qué pasa con las mayores reservas del planeta?

¿Y con las fichas que hay más allá? Miles de ciudadanos nominalmente "occidentales" - jóvenes de Gran Bretaña, de Canadá, de Europa y sí, de América - han acudido en tropel a Siria a unirse a la yihad. En los términos del caballo fuerte y el caballo débil de Osama, ellos llevan las de ganar. Pero un día se apearán y volverán "a casa" con su pasaporte occidental, habiendo adquirido montones de nuevas e incendiarias habilidades.

Las fichas más grandes del dominó todavía no han caído. Pero grandes o pequeñas, todas estas partes - los ayatolás, los yihadistas, los rusos - han cogido la distancia a Washington correctamente y, en medio del vacío de la influencia americana, todas sacan lo que quieren.

Obama se ha mantenido "increíblemente pequeño" constantemente, de El Cairo a Bengasi pasando por Damasco y Mosul, al tiempo que las fichas han ido creciendo. América se da el piro a la zaga - en un visto y no visto.

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