Hoy día 18/10/06 en los matutinos, no encontré ninguna referencia del Ejecutivo, ni del Ministerio el Interior o tal vez de la Gobernación de Buenos Aires, en alusión a los desmanes ocurridos ayer en la quinta San Vicente.
Quizás estén o hayan estado toda la noche, pensando y debatiendo, como justificar tamaño desastre. Es evidente que el presidente debe encontrar en forma urgente, un culpable, tal como nos tiene acostumbrados.
Su estilo se vio reflejado en estos días, en la forma casi magistral, como corrió de escena a todos aquellos dirigentes del partido, que pudieran empañar su figura. Pero no aquellos como Omar Viviani, quien se encuentra como imputado en un proceso penal y resulto ser el paladín del acto.
La primer sorpresa la tuvo nuestro mandatario, en la CGT muy temprano, cuando para su asombro los dirigentes que le “juraron” fidelidad, abrazaron y vitorearon al ex-gobernante Edurado Duhalde, quien se hizo presente contra todos los pronósticos.
Como ya lo hice en otras de mis columnas, declaro mi desconocimiento en los temas de “alta” política, jamás estuve militando en ninguno partido y menos aun tuve cargo publico alguno, que me pudiera brindar la posibilidad de conocer los manejos en estos asuntos.
Solo la reflexión y la memoria, me hacen pensar que por ejemplo ¿Mister K en verdad creía que su encono con otros dirigentes del partido? era gratis.
Si algo aprendió Duhalde de Peron, era que su poder en la sombras de la quinta Puerta de Hierro en Madrid, era mayor que el detentado con su presencia en la Argentina.
La exposición no siempre es buena, quienes saben construir poder lo hacen en las sombras y algunas veces en el anonimato, un paradigma de esta estrategia fue Alfredo Yabran.
Quizás el hombre mas poderoso de la Argentina, cuando ninguno de nosotros sabia de su existencia.
La egolatría de Mister K, no le permite reconocer errores, pero si es bueno recordarle que hace ya una semana que un dirigente de la denominada “juventud K“, tomo por asalto y a los golpes los empleados del Hospital Frances, en pleno hall del mismo, y aun esta libre.
Rogamos que el señor Emilio Quiroz chofer de Moyano, y quien realizo los disparos en el día de ayer, a la vista de todos los medos, no siga la misma suerte.
Porque entonces estos personajes más Viviani y algunos otros, nos retrotraen a épocas pasadas que nuestro presidente tanto cuestiono, la impunidad.
Las pandillas enfrentadas ayer en la quinta, no lo hacían, como nos quieren hacer creer, por un lugar en el campo y observar el acto, sino por un espacio de poder para los dirigentes a los cuales sirven.
Estas organizaciones mafiosas están, estuvieron y estarán, mientras sean alimentadas por los gobiernos de turno y sus pactos espurios para ganar poder.
Si realmente el presidente desea gobernar, tal como lo prometió, para el pueblo, debe alejarse de estos personajes que solo están en la corrupción y el desmanejo de la cosa publica en provecho propio.
Peron siempre decía “cuando los peronistas gritan y se pelean no es que se están separando, son como los gatos se esta reproduciendo”, Ud compartirá conmigo que la de ayer no fue justamente una asociación de ideas.