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Las desviaciones impropias por parte de los científicos, originan costos y repercusiones importantes

Habituados al fraude

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Iba a añadir en el título…consentido y aplaudido, debido al alto nivel adquirido por la marea de las diferentes trampas adheridas a los comportamientos sociales. De esporádicos, nada; quizá es la globalización más difundida de las que nos asedian. Han adquirido carta de naturaleza, y tanta proliferación, no parece verosímil sin la COMPLACENCIA de gran parte de la población. ¿Toda? Curioso, ¿No?

Las maneras de timarnos unos a otros están en constante renovación, lo cual nos mantiene entre sorprendidos e impotentes; esto último, si aún guardábamos algún conato de rebeldía ante los equívocos de mala catadura. Ni todas entrañan la misma gravedad, ni tampoco nos entereamos de la mayor parte. Tenemos serias dificultades para la detección de las más enrevesadas. Según se mire, el PANORAMA será desolador por la acumulación de tretas, o ejercerá de estímulo eficaz para darle un giro a las formas de comportamiento, hacia unas perspectivas de franca honradez y colaboración.

La amplitud y el número de sectores afectados, impresiona a poco que uno acerque su mirada a los funcionamientos. Estos días me llamó la atención el artículo sobre FRAUDES en la CIENCIA, de M.J. Müller y colaboradores, publicado a la vez en dos revistas prestigiosas, European Journal of Clinical Nutrition e International Journal of Obesity; presentado como un alegato a favor de una nueva cultura investigadora. Exponen la necesidad de una atención adecuada, también en esta actividad, la crítica es necesaria. Las desviaciones impropias por parte de los científicos, originan costos y repercusiones importantes.

Según sus anotaciones, los fraudes en dichos ámbitos han aumentado 10 veces desde 1975. Son años transcurridos, pero el incremento es del MIL por CIEN, con la consiguiente impregnación de sospechas y desconfianzas. En el caso de que esta progresión continue, también en esto, los rumbos caóticos enturbiarán la difusión del conocimiento. Dejarlo todo en manos de la honestidad de los protagonistas, ni es suficiente, ni aconsejable, ni fácil de contrarrestar. Son múltiples los factores predisponentes a esta laxitud; muy ligados todos ellos a las derivaciones económicas de los fraudes, sin dejar de lado las obsesiones personales detrás de prestigios mal enfocados.

Hay un punto de arranque pernicioso en las evaluaciones para SELECCIÓN de personal (Exámenes, oposiciones, becas, nombramientos). Puntuan con preferencia el número de trabajos del aspirante y la calidad de los mismos queda en segundo plano, es más compleja y exige tiempo, así como mayor preparación por parte de quien evalúa. El número por encima de la calidad no es un buen indicador; instiga al aumento de las publicaciones como sea. Es un afán desviacionista, la atención no va a mejores metas. El plagio de comunicaciones es una tentación omnipresente, disimulada entre la vorágine de escritos. También hay apropiaciones de datos ajenos, falsificaciones y repetición de publicaciones con un mismo trabajo propio.

En las revistas científicas hay comités de redacción para la criba del material enviado. Es una labor decisiva para el prestigio de la revista. Pero son muchas las publicaciones y el material remitido. Hacen falta numerosos controladores, con una calidad en consonancia con los avances. ¿Disponen del suficiente tiempo para dedicarlo a esa labor de criba? ¿Quién garantiza su preparación? Han de detectar las presiones de camarillas e investigadores, presiones de ciertas jerarquías, contratos o subvenciones no siempre transparentes. Si además les pedimos una labor crítica orientadora, su ayuda sería decisiva para la mejor comprensión de la realidad de la ciencia y sus utilidades. El control chirría por la complejidad del sistema.

Después de lo mencionado, no extrañaremos el SESGO con el que dichas informaciones arriban al ciudadano corriente. Hechos que sólo son orientativos, son presentados al público como un concepto absoluto. Los cambios lógicos sobrepasan su curso habitual y por la carga artificiosa, no son lo que representan. ¿Afecta a todos el resultado de un estudio determinado? Es muy complicada la reunión de las suficientes pruebas y ejemplos. Deberían detallarse mejor las limitaciones del estudio.

Como ejemplo de esa DISTORSIÓN, nos aturden con los evidentes perjuicios del exceso de sal, pero no tanto las bondades de la supresión de la sal; dejan de lado sus efectos beneficiosos o la mayor mortalidad de los hospitalizados que presenten cifras bajas de sodio en sangre. Sucede alago parecido con los bandazos en las indicaciones para los cuidados de los bebés, jóvenes, embarazadas, deportistas, etc. ¿Cuáles son las cuotas de falsedad o incertidumbre de los trabajos efectuados para llegar a esas conclusiones?

Tres tipos de CONSECUENCIAS principales derivan de los engaños, desmotivación de los buenos profesionales, desvíos improcedentes de los dineros (Públicos y privados) y la confusión originada en los receptores. Empresas y ciudadanos, cada vez confiarán menos en la buena fe de quienes proclaman sus hallazgos. El escaso tiempo disponible para la asimilación de los veloces eventos ambientales, coloca nuevas trabas de cara al acceso a los conocimientos. Necesitamos como nunca la labor de unos buenos críticos divulgadores; necesitamos, sí, pero ¿Dónde encontrarlos sin que estén sometidos a las agrupaciones proclives al mangoneo?

Tanto en las comunicaciones vertidas desde el mundo de la ciencia, como en otros campos, bien de la política, las finanzas o incluso de los sucesos cotidianos; la frivolidad impulsa el escaso interés por la comprobación a fondo de las noticias emitidas, aquello del contraste de diversas fuentes y el análisis de los comentarios, ya quedó pospuesto. Es frecuente la utilización de una ÚNICA FUENTE de información sin ratificaciones posteriores; dijeron, vieron, afirmó fulano. El riesgo de informaciones deficientes será así enorme; bastará el lanzamiento de mensajes falsos o de simples rumores. La seriedad en las relaciones sociales es de estructura frágil, muy expuesta a las actitudes tendenciosas.

El grado de consentimiento muestra modelos para cada ocasión, desde los pasivos a los cómplices, a los enérgicos líderes en las actividades fraudulentas. La tónica general es un tanto deprimente, domina ampliamente en la panorámica social. Todo es susceptible de una falsificación oportuna, bien adobada con el PARLOTEO vocinglero vacío de significados. Da igual que tratemos de la vida o de la muerte, de derechos o deberes, de compromisos adquiridos o del trato con gente desconocida. Cualquier adaptación del lenguaje será posible para escurrir el bulto y no entrar en los pormenores esenciales del asunto.

De tal manera, que uno comienza a percibir la inoportuna noción del fraude, por que planea la impresión de connivencia de todos con todos, sobre todo para lo malo. No todos igual, pero tampoco estamos alejados de toda colaboración con el fraude. Ya digo, pasivos, más implicados o protagonistas. ¿A verlas venir?

Habituados al fraude

Las desviaciones impropias por parte de los científicos, originan costos y repercusiones importantes
Rafael Pérez Ortolá
jueves, 12 de junio de 2014, 20:23 h (CET)
Iba a añadir en el título…consentido y aplaudido, debido al alto nivel adquirido por la marea de las diferentes trampas adheridas a los comportamientos sociales. De esporádicos, nada; quizá es la globalización más difundida de las que nos asedian. Han adquirido carta de naturaleza, y tanta proliferación, no parece verosímil sin la COMPLACENCIA de gran parte de la población. ¿Toda? Curioso, ¿No?

Las maneras de timarnos unos a otros están en constante renovación, lo cual nos mantiene entre sorprendidos e impotentes; esto último, si aún guardábamos algún conato de rebeldía ante los equívocos de mala catadura. Ni todas entrañan la misma gravedad, ni tampoco nos entereamos de la mayor parte. Tenemos serias dificultades para la detección de las más enrevesadas. Según se mire, el PANORAMA será desolador por la acumulación de tretas, o ejercerá de estímulo eficaz para darle un giro a las formas de comportamiento, hacia unas perspectivas de franca honradez y colaboración.

La amplitud y el número de sectores afectados, impresiona a poco que uno acerque su mirada a los funcionamientos. Estos días me llamó la atención el artículo sobre FRAUDES en la CIENCIA, de M.J. Müller y colaboradores, publicado a la vez en dos revistas prestigiosas, European Journal of Clinical Nutrition e International Journal of Obesity; presentado como un alegato a favor de una nueva cultura investigadora. Exponen la necesidad de una atención adecuada, también en esta actividad, la crítica es necesaria. Las desviaciones impropias por parte de los científicos, originan costos y repercusiones importantes.

Según sus anotaciones, los fraudes en dichos ámbitos han aumentado 10 veces desde 1975. Son años transcurridos, pero el incremento es del MIL por CIEN, con la consiguiente impregnación de sospechas y desconfianzas. En el caso de que esta progresión continue, también en esto, los rumbos caóticos enturbiarán la difusión del conocimiento. Dejarlo todo en manos de la honestidad de los protagonistas, ni es suficiente, ni aconsejable, ni fácil de contrarrestar. Son múltiples los factores predisponentes a esta laxitud; muy ligados todos ellos a las derivaciones económicas de los fraudes, sin dejar de lado las obsesiones personales detrás de prestigios mal enfocados.

Hay un punto de arranque pernicioso en las evaluaciones para SELECCIÓN de personal (Exámenes, oposiciones, becas, nombramientos). Puntuan con preferencia el número de trabajos del aspirante y la calidad de los mismos queda en segundo plano, es más compleja y exige tiempo, así como mayor preparación por parte de quien evalúa. El número por encima de la calidad no es un buen indicador; instiga al aumento de las publicaciones como sea. Es un afán desviacionista, la atención no va a mejores metas. El plagio de comunicaciones es una tentación omnipresente, disimulada entre la vorágine de escritos. También hay apropiaciones de datos ajenos, falsificaciones y repetición de publicaciones con un mismo trabajo propio.

En las revistas científicas hay comités de redacción para la criba del material enviado. Es una labor decisiva para el prestigio de la revista. Pero son muchas las publicaciones y el material remitido. Hacen falta numerosos controladores, con una calidad en consonancia con los avances. ¿Disponen del suficiente tiempo para dedicarlo a esa labor de criba? ¿Quién garantiza su preparación? Han de detectar las presiones de camarillas e investigadores, presiones de ciertas jerarquías, contratos o subvenciones no siempre transparentes. Si además les pedimos una labor crítica orientadora, su ayuda sería decisiva para la mejor comprensión de la realidad de la ciencia y sus utilidades. El control chirría por la complejidad del sistema.

Después de lo mencionado, no extrañaremos el SESGO con el que dichas informaciones arriban al ciudadano corriente. Hechos que sólo son orientativos, son presentados al público como un concepto absoluto. Los cambios lógicos sobrepasan su curso habitual y por la carga artificiosa, no son lo que representan. ¿Afecta a todos el resultado de un estudio determinado? Es muy complicada la reunión de las suficientes pruebas y ejemplos. Deberían detallarse mejor las limitaciones del estudio.

Como ejemplo de esa DISTORSIÓN, nos aturden con los evidentes perjuicios del exceso de sal, pero no tanto las bondades de la supresión de la sal; dejan de lado sus efectos beneficiosos o la mayor mortalidad de los hospitalizados que presenten cifras bajas de sodio en sangre. Sucede alago parecido con los bandazos en las indicaciones para los cuidados de los bebés, jóvenes, embarazadas, deportistas, etc. ¿Cuáles son las cuotas de falsedad o incertidumbre de los trabajos efectuados para llegar a esas conclusiones?

Tres tipos de CONSECUENCIAS principales derivan de los engaños, desmotivación de los buenos profesionales, desvíos improcedentes de los dineros (Públicos y privados) y la confusión originada en los receptores. Empresas y ciudadanos, cada vez confiarán menos en la buena fe de quienes proclaman sus hallazgos. El escaso tiempo disponible para la asimilación de los veloces eventos ambientales, coloca nuevas trabas de cara al acceso a los conocimientos. Necesitamos como nunca la labor de unos buenos críticos divulgadores; necesitamos, sí, pero ¿Dónde encontrarlos sin que estén sometidos a las agrupaciones proclives al mangoneo?

Tanto en las comunicaciones vertidas desde el mundo de la ciencia, como en otros campos, bien de la política, las finanzas o incluso de los sucesos cotidianos; la frivolidad impulsa el escaso interés por la comprobación a fondo de las noticias emitidas, aquello del contraste de diversas fuentes y el análisis de los comentarios, ya quedó pospuesto. Es frecuente la utilización de una ÚNICA FUENTE de información sin ratificaciones posteriores; dijeron, vieron, afirmó fulano. El riesgo de informaciones deficientes será así enorme; bastará el lanzamiento de mensajes falsos o de simples rumores. La seriedad en las relaciones sociales es de estructura frágil, muy expuesta a las actitudes tendenciosas.

El grado de consentimiento muestra modelos para cada ocasión, desde los pasivos a los cómplices, a los enérgicos líderes en las actividades fraudulentas. La tónica general es un tanto deprimente, domina ampliamente en la panorámica social. Todo es susceptible de una falsificación oportuna, bien adobada con el PARLOTEO vocinglero vacío de significados. Da igual que tratemos de la vida o de la muerte, de derechos o deberes, de compromisos adquiridos o del trato con gente desconocida. Cualquier adaptación del lenguaje será posible para escurrir el bulto y no entrar en los pormenores esenciales del asunto.

De tal manera, que uno comienza a percibir la inoportuna noción del fraude, por que planea la impresión de connivencia de todos con todos, sobre todo para lo malo. No todos igual, pero tampoco estamos alejados de toda colaboración con el fraude. Ya digo, pasivos, más implicados o protagonistas. ¿A verlas venir?

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