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Fútbol
Etiquetas | Fútbol / Champions League. Grupo E
Ambos conjuntos gozaron de varias ocasiones claras, pero el encuentro acabó decidiéndose con un gol en propia puerta de un defensor del Steaua

El Madrid se lleva los tres puntos de rebote (1-0)

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Objetivo logrado: victoria, tres puntos y la clasificación para octavos en el bolsillo. Los de Capello, sin Ronaldo finalmente, fueron mejores que un Steaua que no defraudó en su visita a la capital, y estuvieron a punto de amargarle la noche a los blancos. Partido de ida y vuelta con ocasiones para ambos bandos, y que se acabaría decidiendo calamitosamente para los rumanos con un autogol de Nicola.

FICHA TÉCNICA
1- Real Madrid: Casillas (2), Sergio Ramos (2), Cannavaro (0), Helguera (2), Roberto Carlos (1), Diarra (0), Emerson (1), Robinho (2), Raúl (1), Guti (2) y Van Nistelrooy (1).
0- Steaua Bucarest: Gernea (2), Marin (1), Goian (1), Ghionea (1), Stancu (1), Oprita (2), Petre (1), Paraschiv (1), Nicolita (2), Dica (2), Badea (2).
Cambios:Beckham (1) por Diarra (min. 58), Ronaldo (2) por Van Nistelroy (min. 65), Thereau (1) por Paraschiv (min. 79), Lovin (-) por Badea (min. 79), Reyes (1) por Robinho (min. 86).
Árbitro: Honrad Plautz (1) mostró cartulina amarilla a Petre (min. 17), Nicolita (min. 36), Gernea (min. 72), Goian (min. 75).
Incidencias: 68.500 espectadores en el estadio Santiago Bernabéu.. 20 grados de temperatura al comienzo del partido.

DATOS DESTACABLES
Lo mejor: Los regates de Robinho
Al brasileño se salieron todas las gambetas y cabriolas que intentó, y sus internadas por la banda siempre crearon peligro. Los defensores de la banda por la que jugó tendrán pesadillas con el “10” blanco.
Lo peor: La mala suerte del Steaua
El equipo rumano mereció mejor suerte por el juego desplegado. Se le escapó el encuentro con un autogol de Nicolita de la forma más absurda.
El dato:
El Madrid se queda segundo del grupo E tras el Olimpique de Lyon, y obtiene la clasificaión matemática para octavos de final.

Luciano Sabatini / Madrid

El Steaua de Bucarest se plantó en el Santiago Bernabeu dispuesto a vivir una fiesta y así lo testimoniaban sus aficionados que habían teñido de azul y rojo, los colores de su equipo, las calles próximas y los aledaños del estadio antes del comienzo del partido. Una ocasión única para enfrentarse al nona campeón de Europa, que deportivamente el equipo tampoco estaba dispuesto a dejar escapar. En el bando merengue la novedad estaba en el banquillo, donde una vez más Ronaldo tendría que esperar su oportunidad, después de tanta especulación sobre su posible incursión en el once titular, o si Capello tomaría medidas también contra él por su indisciplina en Tarragona.

Con Van Nistelroy, entonces, y los habituales en los últimas alineaciones de Capello, el Madrid plantaría cara con la actitud de Bucarest, como ya se le llama al lavado de imagen que hicieron los madridistas en el partido de ida. Los blancos comenzaron achuchando e intentando tener la pelota en el medio, y los rumanos avisando con ocasiones aisladas de cierto peligro sobre le marco de Casillas. Así Nicolita centraría en el minuto 16 para que su remate no llegara por los pelos a ninguno de los tres rematadores que buscaban el balón en boca de gol. Por el Madrid Robinho sería el que tomaría los mandos desde el comienzo, con certeros zig zags dejando atrás a cuanto rival le salía a su paso. A cada jugada el brasileño se crecía más y más, hasta el punto de que sus regates comenzaron a ser burlones y en sitios innecesarios, eso queda en el haber de Robinho, a pesar del gran encuentro.

El Madrid no definiría sus ocasiones y el Steaua se vendría arriba, primero con un disparo lejano de Dica, la estrella del equipo rumano, y con un robo de Badea a Cannavaro y cuyo tiro acabaría pegando en Helguera. El Steaua estaba avisando, y por las gradas corría el escalofrío de esos encuentros en los que el Madrid domina y el contrario acaba marcando. Pero los blancos intentarían cambiar el rumbo del partido, y a punto estuvieron de marcar en una jugada disparatada donde Van Nistelroy remató un centro de Diarrá pero el portero despejó por dos veces in extremis y desde el suelo y Robinho acabaría tirando el balón alto en boca de gol. Con la ocasión incomprensiblemente desperdiciada se llegaría al final de la primera parte.

Actitud blanca
El Madrid saltó enchufado al campo para la disputa de los segundos 45 minutos. Cannavaro cabecearía alto el saque de un corner y acto seguido Raúl dispararía desviado tras conducir la pelota en una buena jugada personal en el área. Pero la ocasión del encuentro llegaría en un balón de Sergio Ramos al área pequeña, y que Helguera remataría por encima del larguero en línea de gol, inexplicable.

El dominio blanco continuaría en un calco a la primera parte. Y el Steaua de la misma forma esperaría agazapado su oportunidad, pero Badea, el delantero rumano no tenía su día. En el carrusel de cambios, Beckham entró por Diarra, para tomar la banda derecha con sus centros habituales. De sus botas saldría la pelota que Ramos cabeceó demasiado cruzado para desesperación de la grada. El gol no llegaba a pesar de la ocasiones, y cuando el pesimismo se estaba apoderando de los blancos llegaría la jugada que definiría el encuentro de la forma más absurda. El jugador rumano Nicolita quiso ceder hacia atrás sin mirar invadido quizás por algún viejo espíritu blanco, con tan mala suerte de que su portero estaba descolocado, y el balón entro manso en su portería con Van Nistelroy celebrando la pifia detrás. ¿Es esto el espíritu de Juanito acaso?

Con el Madrid por delante, el Steaua intentó volcarse al ataque. Pero entonces el equipo rumano dejaría muchos huecos que el Madrid supo aprovechar. Un balón largo de Robinho a Van Nistelroy acabaría en penalty cuando el portero del Steaua derribó al holandés cuando éste se marchaba. Pero sería el propio Van Nistelroy quien lo enviara al limbo. Acto seguido Capello daría entrada a Ronaldo para aprovechar esos espacios y éste enseguida gozaría de sus ocasiones para marcar. En la primera pelota que tocaba fue parado en falta por el defensor cuando Ronaldo encaraba la portería. En las dos siguientes le pitaron sendos fueras de juegos que no eran. El “9” estaba con hambre de gol, y con ella se quedaría porque el partido tocaba a su fin. Deseperanza entre los pupilos de Olaroiu, entrenador del Steaua, sobre todo en Nicola, que abandonó el terreno entre lágrimas y consuelos de sus compañeros, por el buen trabajo realizado y la forma en la que se les escapó el partido.


SALA DE PRENSA
Capello (entrenador Real Madrid):

El navarro comenzó declarando que ‘al principio se empieza con expectativas, con ilusión y con ganas, pero la verdad es que el tropezón ha sido grande’. Prosiguió comentando que en la primera mitad ‘de hacer algún gol lo debíamos haber marcado nosotros’ y que tras el primer gol ‘hemos tenido ocasiones bastante buenas en donde el portero ha estado fenomenal y nos han pillado a la contra’.
Olaroiu (entrenador Steaua):

"El Steaua de Bucarest ofreció una mejor imagen en el estadio Santiago Bernabéu que la de hace quince días en nuestro campo". "El equipo ha demostrado su verdadero alcance creando muchas ocasiones". "Incolita es muy joven y estaba triste. Sus compañeros han estado ayudándole y además le necesitamos mucho. Ahora tiene que concentrarse y seguir haciendo su trabajo". "Ha habido muchos aficionados del Steaua (alrededor de 15.000), lo que demuestra que es un equipo muy querido aquí".

El Madrid se lleva los tres puntos de rebote (1-0)

Ambos conjuntos gozaron de varias ocasiones claras, pero el encuentro acabó decidiéndose con un gol en propia puerta de un defensor del Steaua
Luciano Sabatini
jueves, 2 de noviembre de 2006, 04:27 h (CET)
Objetivo logrado: victoria, tres puntos y la clasificación para octavos en el bolsillo. Los de Capello, sin Ronaldo finalmente, fueron mejores que un Steaua que no defraudó en su visita a la capital, y estuvieron a punto de amargarle la noche a los blancos. Partido de ida y vuelta con ocasiones para ambos bandos, y que se acabaría decidiendo calamitosamente para los rumanos con un autogol de Nicola.

FICHA TÉCNICA
1- Real Madrid: Casillas (2), Sergio Ramos (2), Cannavaro (0), Helguera (2), Roberto Carlos (1), Diarra (0), Emerson (1), Robinho (2), Raúl (1), Guti (2) y Van Nistelrooy (1).
0- Steaua Bucarest: Gernea (2), Marin (1), Goian (1), Ghionea (1), Stancu (1), Oprita (2), Petre (1), Paraschiv (1), Nicolita (2), Dica (2), Badea (2).
Cambios:Beckham (1) por Diarra (min. 58), Ronaldo (2) por Van Nistelroy (min. 65), Thereau (1) por Paraschiv (min. 79), Lovin (-) por Badea (min. 79), Reyes (1) por Robinho (min. 86).
Árbitro: Honrad Plautz (1) mostró cartulina amarilla a Petre (min. 17), Nicolita (min. 36), Gernea (min. 72), Goian (min. 75).
Incidencias: 68.500 espectadores en el estadio Santiago Bernabéu.. 20 grados de temperatura al comienzo del partido.

DATOS DESTACABLES
Lo mejor: Los regates de Robinho
Al brasileño se salieron todas las gambetas y cabriolas que intentó, y sus internadas por la banda siempre crearon peligro. Los defensores de la banda por la que jugó tendrán pesadillas con el “10” blanco.
Lo peor: La mala suerte del Steaua
El equipo rumano mereció mejor suerte por el juego desplegado. Se le escapó el encuentro con un autogol de Nicolita de la forma más absurda.
El dato:
El Madrid se queda segundo del grupo E tras el Olimpique de Lyon, y obtiene la clasificaión matemática para octavos de final.

Luciano Sabatini / Madrid

El Steaua de Bucarest se plantó en el Santiago Bernabeu dispuesto a vivir una fiesta y así lo testimoniaban sus aficionados que habían teñido de azul y rojo, los colores de su equipo, las calles próximas y los aledaños del estadio antes del comienzo del partido. Una ocasión única para enfrentarse al nona campeón de Europa, que deportivamente el equipo tampoco estaba dispuesto a dejar escapar. En el bando merengue la novedad estaba en el banquillo, donde una vez más Ronaldo tendría que esperar su oportunidad, después de tanta especulación sobre su posible incursión en el once titular, o si Capello tomaría medidas también contra él por su indisciplina en Tarragona.

Con Van Nistelroy, entonces, y los habituales en los últimas alineaciones de Capello, el Madrid plantaría cara con la actitud de Bucarest, como ya se le llama al lavado de imagen que hicieron los madridistas en el partido de ida. Los blancos comenzaron achuchando e intentando tener la pelota en el medio, y los rumanos avisando con ocasiones aisladas de cierto peligro sobre le marco de Casillas. Así Nicolita centraría en el minuto 16 para que su remate no llegara por los pelos a ninguno de los tres rematadores que buscaban el balón en boca de gol. Por el Madrid Robinho sería el que tomaría los mandos desde el comienzo, con certeros zig zags dejando atrás a cuanto rival le salía a su paso. A cada jugada el brasileño se crecía más y más, hasta el punto de que sus regates comenzaron a ser burlones y en sitios innecesarios, eso queda en el haber de Robinho, a pesar del gran encuentro.

El Madrid no definiría sus ocasiones y el Steaua se vendría arriba, primero con un disparo lejano de Dica, la estrella del equipo rumano, y con un robo de Badea a Cannavaro y cuyo tiro acabaría pegando en Helguera. El Steaua estaba avisando, y por las gradas corría el escalofrío de esos encuentros en los que el Madrid domina y el contrario acaba marcando. Pero los blancos intentarían cambiar el rumbo del partido, y a punto estuvieron de marcar en una jugada disparatada donde Van Nistelroy remató un centro de Diarrá pero el portero despejó por dos veces in extremis y desde el suelo y Robinho acabaría tirando el balón alto en boca de gol. Con la ocasión incomprensiblemente desperdiciada se llegaría al final de la primera parte.

Actitud blanca
El Madrid saltó enchufado al campo para la disputa de los segundos 45 minutos. Cannavaro cabecearía alto el saque de un corner y acto seguido Raúl dispararía desviado tras conducir la pelota en una buena jugada personal en el área. Pero la ocasión del encuentro llegaría en un balón de Sergio Ramos al área pequeña, y que Helguera remataría por encima del larguero en línea de gol, inexplicable.

El dominio blanco continuaría en un calco a la primera parte. Y el Steaua de la misma forma esperaría agazapado su oportunidad, pero Badea, el delantero rumano no tenía su día. En el carrusel de cambios, Beckham entró por Diarra, para tomar la banda derecha con sus centros habituales. De sus botas saldría la pelota que Ramos cabeceó demasiado cruzado para desesperación de la grada. El gol no llegaba a pesar de la ocasiones, y cuando el pesimismo se estaba apoderando de los blancos llegaría la jugada que definiría el encuentro de la forma más absurda. El jugador rumano Nicolita quiso ceder hacia atrás sin mirar invadido quizás por algún viejo espíritu blanco, con tan mala suerte de que su portero estaba descolocado, y el balón entro manso en su portería con Van Nistelroy celebrando la pifia detrás. ¿Es esto el espíritu de Juanito acaso?

Con el Madrid por delante, el Steaua intentó volcarse al ataque. Pero entonces el equipo rumano dejaría muchos huecos que el Madrid supo aprovechar. Un balón largo de Robinho a Van Nistelroy acabaría en penalty cuando el portero del Steaua derribó al holandés cuando éste se marchaba. Pero sería el propio Van Nistelroy quien lo enviara al limbo. Acto seguido Capello daría entrada a Ronaldo para aprovechar esos espacios y éste enseguida gozaría de sus ocasiones para marcar. En la primera pelota que tocaba fue parado en falta por el defensor cuando Ronaldo encaraba la portería. En las dos siguientes le pitaron sendos fueras de juegos que no eran. El “9” estaba con hambre de gol, y con ella se quedaría porque el partido tocaba a su fin. Deseperanza entre los pupilos de Olaroiu, entrenador del Steaua, sobre todo en Nicola, que abandonó el terreno entre lágrimas y consuelos de sus compañeros, por el buen trabajo realizado y la forma en la que se les escapó el partido.


SALA DE PRENSA
Capello (entrenador Real Madrid):

El navarro comenzó declarando que ‘al principio se empieza con expectativas, con ilusión y con ganas, pero la verdad es que el tropezón ha sido grande’. Prosiguió comentando que en la primera mitad ‘de hacer algún gol lo debíamos haber marcado nosotros’ y que tras el primer gol ‘hemos tenido ocasiones bastante buenas en donde el portero ha estado fenomenal y nos han pillado a la contra’.
Olaroiu (entrenador Steaua):

"El Steaua de Bucarest ofreció una mejor imagen en el estadio Santiago Bernabéu que la de hace quince días en nuestro campo". "El equipo ha demostrado su verdadero alcance creando muchas ocasiones". "Incolita es muy joven y estaba triste. Sus compañeros han estado ayudándole y además le necesitamos mucho. Ahora tiene que concentrarse y seguir haciendo su trabajo". "Ha habido muchos aficionados del Steaua (alrededor de 15.000), lo que demuestra que es un equipo muy querido aquí".

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