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Una investigación de Igualdad Animal sobre la brutalidad y la ilegalidad

Maltrato en granjas de conejos en España

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Durante la guerra civil de Nicaragua (1979) el periodista norteamericano Bill Stewart fue interceptado por fuerzas somocistas en un control. Le hicieron tumbarse boca abajo en el suelo y cruzar las manos sobre la nuca al grito de “acuéstate hijoputa”. Su bandera blanca y su acreditación como corresponsal no sirvieron de nada. Al cabo de unos instantes el guardia nacional al mando del grupo le descerrajo un disparo en la cabeza e hizo lo mismo con su traductor Juan Espinoza Toda la escena fue filmada por Jack Clark, un compañero del asesinado, también reportero, que logró esconderse en la maleza a unos metros y emitir las imágenes posteriormente..

Hasta esa página de la historia EEUU había apoyado al régimen de Somoza pero aquellos imágenes hicieron que muchos norteamericanos sintiesen y proclamasen una rabia, hasta entonces inexistente o mitigada, por la complicidad moral y material de su gobierno con el del dictador nicaragüense. A partir de aquel momento y ante la indignación de sus ciudadanos Estados Unidos dejó de apoyar a Somoza que perdió la guerra cuatro semanas después.

Lo que no se ve hay muchos que no lo reconocen, pero no son pocos que tampoco lo hacen después de haberlo visto.

“Tachito” Somoza, que intentó que la escena no saliese a la luz, lo calificó de suceso lamentable y puntual, pero miles de asesinados, torturados y desaparecidos desdecían sus palabras, como las de tantos otros antes, como las de otros tantos después...

Igualdad Animal ha grabado en granjas de conejos, ha obtenido datos de más de setenta y de mataderos, mostrando en su investigación la brutalidad con estas criaturas, su tormento atroz, las prácticas salvajes con tintes de ensañamiento en ocasiones, la muerte lenta, además de ilegalidades que vulneran no sólo las normas de bienestar animal, sino también la legislación sobre salud pública. Tomás Rodríguez, de Intercún, la principal organización que representa a la industria cunícula, niega los resultados obtenidos y dice en su descargo que las imágenes fueron tomadas con engaños (las de la ejecución de Bill Stewart se hicieron a escondidas), que no responden a una práctica habitual (tampoco lo era el asesinato del reportero, aseguraba la dictadura nicaragüense), y que los conejos no merecen la misma consideración de bienestar que los animales de compañía (para Somoza los campesinos insurrectos tampoco merecían vivir)

Pero estas grabaciones, como aquellas tomadas en el barrio de Reguero, en Managua, son la única verdad, la indiscutible, la que echa por tierra las coartadas, los engaños

En EEUU muchos sabían lo que estaba ocurriendo en Nicaragua pero su empatía selectiva sólo empezó a funcionar cuando el asesinado fue uno de los suyos. Los conejos lo tienen mucho más difícil, porque en este caso la empatía ha de superar la barrera del especismo. Si a un armero de Nevada le importa un bledo la suerte un campesino de Matagalpa, ¿cuánto le conmoverá a una señora de Toledo o un señor de Alcañiz la de un conejo? Aunque tal vez lo haga más la de su salud y la de sus hijos, la física digo, no la moral, también puesta en juego en este asunto y denunciada por IA. Paul Mc dijo que si los mataderos tuvieran muros de cristal todo el mundo sería vegetariano. Creo que fue demasiado optimista, peo lo que es seguro es que a muchos empresarios de granjas les interesa que sigan siendo muy altos y de hormigón, así siguen tapando a la vista y al oído, lugares en donde para muchos residen los estímulos de la conciencia, tanto el sufrimiento de las criaturas allí prisioneras como las ilegalidades en las que incurren.

Y si no se ve desde afuera, ¿quién va a denunciarles?, ¿un trabajador e inmediatamente quedarse sin trabajo?, ¿un conejo que logre escapar?

Pero esta vez, como ocurrió con las granjas de cerdos también con IA o con los sótanos del zoo de Barcelona con Libera!, vuelve a haber paredes de cristal gracias al valor y el compromiso de unos activistas, que tras un trabajo de dos años han dejado al descubierto una realidad tan sabida como intencionadamente oculta.

Ahora sólo falta que la empatía y la ley no sean un producto degenerando y hagan honor a su descripción y finalidad.

Este es el enlace al reportaje de IA sobre las granjas de conejos en Youtube

Maltrato en granjas de conejos en España

Una investigación de Igualdad Animal sobre la brutalidad y la ilegalidad
Julio Ortega Fraile
jueves, 22 de mayo de 2014, 05:22 h (CET)
Durante la guerra civil de Nicaragua (1979) el periodista norteamericano Bill Stewart fue interceptado por fuerzas somocistas en un control. Le hicieron tumbarse boca abajo en el suelo y cruzar las manos sobre la nuca al grito de “acuéstate hijoputa”. Su bandera blanca y su acreditación como corresponsal no sirvieron de nada. Al cabo de unos instantes el guardia nacional al mando del grupo le descerrajo un disparo en la cabeza e hizo lo mismo con su traductor Juan Espinoza Toda la escena fue filmada por Jack Clark, un compañero del asesinado, también reportero, que logró esconderse en la maleza a unos metros y emitir las imágenes posteriormente..

Hasta esa página de la historia EEUU había apoyado al régimen de Somoza pero aquellos imágenes hicieron que muchos norteamericanos sintiesen y proclamasen una rabia, hasta entonces inexistente o mitigada, por la complicidad moral y material de su gobierno con el del dictador nicaragüense. A partir de aquel momento y ante la indignación de sus ciudadanos Estados Unidos dejó de apoyar a Somoza que perdió la guerra cuatro semanas después.

Lo que no se ve hay muchos que no lo reconocen, pero no son pocos que tampoco lo hacen después de haberlo visto.

“Tachito” Somoza, que intentó que la escena no saliese a la luz, lo calificó de suceso lamentable y puntual, pero miles de asesinados, torturados y desaparecidos desdecían sus palabras, como las de tantos otros antes, como las de otros tantos después...

Igualdad Animal ha grabado en granjas de conejos, ha obtenido datos de más de setenta y de mataderos, mostrando en su investigación la brutalidad con estas criaturas, su tormento atroz, las prácticas salvajes con tintes de ensañamiento en ocasiones, la muerte lenta, además de ilegalidades que vulneran no sólo las normas de bienestar animal, sino también la legislación sobre salud pública. Tomás Rodríguez, de Intercún, la principal organización que representa a la industria cunícula, niega los resultados obtenidos y dice en su descargo que las imágenes fueron tomadas con engaños (las de la ejecución de Bill Stewart se hicieron a escondidas), que no responden a una práctica habitual (tampoco lo era el asesinato del reportero, aseguraba la dictadura nicaragüense), y que los conejos no merecen la misma consideración de bienestar que los animales de compañía (para Somoza los campesinos insurrectos tampoco merecían vivir)

Pero estas grabaciones, como aquellas tomadas en el barrio de Reguero, en Managua, son la única verdad, la indiscutible, la que echa por tierra las coartadas, los engaños

En EEUU muchos sabían lo que estaba ocurriendo en Nicaragua pero su empatía selectiva sólo empezó a funcionar cuando el asesinado fue uno de los suyos. Los conejos lo tienen mucho más difícil, porque en este caso la empatía ha de superar la barrera del especismo. Si a un armero de Nevada le importa un bledo la suerte un campesino de Matagalpa, ¿cuánto le conmoverá a una señora de Toledo o un señor de Alcañiz la de un conejo? Aunque tal vez lo haga más la de su salud y la de sus hijos, la física digo, no la moral, también puesta en juego en este asunto y denunciada por IA. Paul Mc dijo que si los mataderos tuvieran muros de cristal todo el mundo sería vegetariano. Creo que fue demasiado optimista, peo lo que es seguro es que a muchos empresarios de granjas les interesa que sigan siendo muy altos y de hormigón, así siguen tapando a la vista y al oído, lugares en donde para muchos residen los estímulos de la conciencia, tanto el sufrimiento de las criaturas allí prisioneras como las ilegalidades en las que incurren.

Y si no se ve desde afuera, ¿quién va a denunciarles?, ¿un trabajador e inmediatamente quedarse sin trabajo?, ¿un conejo que logre escapar?

Pero esta vez, como ocurrió con las granjas de cerdos también con IA o con los sótanos del zoo de Barcelona con Libera!, vuelve a haber paredes de cristal gracias al valor y el compromiso de unos activistas, que tras un trabajo de dos años han dejado al descubierto una realidad tan sabida como intencionadamente oculta.

Ahora sólo falta que la empatía y la ley no sean un producto degenerando y hagan honor a su descripción y finalidad.

Este es el enlace al reportaje de IA sobre las granjas de conejos en Youtube

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