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Los musulmanes que respetan la ley se ven forzados a ocultarse en sus hogares

Supremacía de la raza blanca: la tradición violenta de los grupos de extrema derecha estadounidenses

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Una nueva masacre desatada en Estados Unidos, en la que varias personas fueron acribilladas a balazos, volvió a centrar la atención en los grupos extremistas violentos de derecha. Frazier Glenn Miller, ex líder de una rama del Ku Klux Klan, está acusado de haber matado a tres personas frente a dos centros comunitarios judíos en las afueras de Kansas City, en Kansas. Mientras era trasladado en el patrullero, gritó “¡Heil Hitler!”. A diferencia de los grupos islámicos, cuya vigilancia cuesta miles de millones de dólares a las agencias de seguridad estadounidenses, los grupos que defienden la supremacía de la raza blanca tienen bastante libertad para diseminar su odio y promover su ideología racista. Con demasiada frecuencia, sus ataques homicidas son considerados como actos de atacantes “solitarios” desquiciados. Estos grupos aparentemente marginales están, en realidad, bien organizados, interconectados y gozan de renovada popularidad.

En abril de 2009, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) publicó un estudio sobre grupos extremistas de derecha en Estados Unidos. El informe de diez páginas incluye conclusiones tales como que: “La crisis económica y la elección del primer Presidente afroestadounidense son condiciones únicas para la radicalización y el reclutamiento de grupos de derecha”. También realiza la polémica conjetura de que los veteranos de guerra que regresan de Irak y Afganistán podrían ser reclutados para sumarse a los grupos que incitan al odio. El informe provocó una ola de críticas, especialmente de grupos de veteranos. Obama había asumido el Gobierno hacía apenas unos meses. La flamante Secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, retiró el informe y pidió las disculpas del caso durante una audiencia sobre el presupuesto en el Congreso.

Mark Potok es un investigador del Centro Legal contra la Pobreza en el Sur (SPLC, por sus siglas en inglés) que, durante años, se ha dedicado a investigar a los grupos de derecha que incitan al odio y a Frazier Glenn Miller, en particular. Potok afirmó acerca del informe: “Hemos tenido un verdadero problema con el Departamento de Seguridad Nacional, debido a que, desde que se filtró a la prensa un informe sobre grupos de derecha en abril de 2009, podría decirse que el Departamento, de algún modo, se acobardó. Básicamente, destruyeron la unidad de seguimiento del terrorismo nacional no islámico”.

El Centro Legal contra la Pobreza en el Sur fue cofundado en 1971 por el abogado por los derechos civiles Morris Dees. En los años 80, comenzó a demandar a grupos a favor de la supremacía de la raza blanca. Representaba a clientes que habían sido amenazados, golpeados o acosados por los grupos. Potok describe así a Frazier Glenn Miller: “Fue uno de los activistas del movimiento en defensa de la supremacía de la raza blanca más conocidos del país durante mucho tiempo. Ha estado activo en el movimiento durante más de 40 años. De adolescente participó en grupos como el Partido por los Derechos de los Estados Nacionales, heredero del Partido Nazi de Estados Unidos”. Miller formó su propia rama del Ku Klux Klan, que marchaba en público vistiendo un atuendo militar. Se relacionaba con otro grupo a favor de la supremacía de la raza blanca, denominado The Order, que le otorgó 200.000 dólares de los más de 4 millones robados en asaltos a bancos y atracos a coches blindados.

Tras la demanda interpuesta en su contra por el SPLC, Frazier Glenn Miller llegó a un acuerdo en uno de los juicios en su contra, pero violó las condiciones del acuerdo y fue hallado culpable de desacato penal. Mientras se encontraba en libertad bajo fianza, desapareció y emitió una cruda “Declaración de Guerra”, en la que expresaba su voluntad de asesinar a Morris Dees. Finalmente, fue arrestado. Potok me dijo: “En un comienzo lo acusaron de conspiración, de cargos muy graves, en 1987, por los que podría haber sido condenado a prisión durante 20 o 30 años. Pero, de hecho, logró un acuerdo con el Gobierno federal y accedió a declarar en Fort Smith en contra de sus compañeros. Ello tuvo como consecuencia una condena de apenas cinco años, de la que únicamente cumplió tres”.

Frazier Glenn Miller cooperó con los fiscales federales y testificó contra 13 líderes de grupos de supremacía de la raza blanca. Fue liberado de prisión y se sospecha que recibió ayuda del Programa federal de protección de testigos, ya que se mudó a Nebraska y cambió su apellido por “Cross”. Frazier Glenn Miller, también conocido como Frazier Glenn Cross, perdió credibilidad entre los otros defensores de la supremacía de la raza blanca y desapareció relativamente de la escena pública. Se postuló para cargos políticos en Missouri en dos ocasiones y emitió en la radio anuncios de campaña abiertamente racistas. Finalmente, cometió la masacre de esta semana. Mark Potok volvió a reflexionar: “Quizá si hubiera estado preso todos esos años, en lugar de convertirse en testigo en aquel juicio, que terminó en un fracaso total, no hubiéramos experimentado lo que vimos en Kansas City el otro día”.

Mark Potok y el Centro Legal contra la Pobreza en el Sur se encargan de investigar el reciente resurgimiento de los grupos de derecha que incitan al odio. Cuando le pregunté acerca de la persecución que el FBI hace de grupos por los derechos de los animales y grupos ambientalistas, respondió: “La idea de que los ecoterroristas, como los llaman, son la principal amenaza terrorista del país, es ridícula. Esta idea fue, de hecho, explicitada por varios líderes del FBI varias veces en el Congreso durante el Gobierno de Bush. Creo que es algo absurdo. Nadie ha sido asesinado por un activista del movimiento radical por los derechos de los animales ni del movimiento ambientalista. Es cierto que hay grupos que están involucrados en cosas como la quema de los concesionarios de vehículos utilitarios y demás, pero no ha muerto nadie todavía, y esto es un gran contraste con respecto a lo que hace gente como Glenn Miller”. El SPLC publicará en breve un informe que vincula a miembros registrados de dos destacados foros en Internet sobre la supremacía blanca con más de cien homicidios en Estados Unidos, tan solo en los últimos cinco años.

Mientras los musulmanes que respetan la ley se ven forzados a ocultarse en sus hogares y los activistas por los derechos de los animales son considerados terroristas por filmar en forma encubierta el trato abusivo en los criaderos industriales, los extremistas de derecha que incitan al odio tienen libertad para organizarse, manifestarse, armarse hasta los dientes y asesinar con una frecuencia escalofriante. Ya es hora de que nuestra sociedad enfrente esta verdadera amenaza.

Supremacía de la raza blanca: la tradición violenta de los grupos de extrema derecha estadounidenses

Los musulmanes que respetan la ley se ven forzados a ocultarse en sus hogares
Amy Goodman
martes, 22 de abril de 2014, 06:13 h (CET)
Una nueva masacre desatada en Estados Unidos, en la que varias personas fueron acribilladas a balazos, volvió a centrar la atención en los grupos extremistas violentos de derecha. Frazier Glenn Miller, ex líder de una rama del Ku Klux Klan, está acusado de haber matado a tres personas frente a dos centros comunitarios judíos en las afueras de Kansas City, en Kansas. Mientras era trasladado en el patrullero, gritó “¡Heil Hitler!”. A diferencia de los grupos islámicos, cuya vigilancia cuesta miles de millones de dólares a las agencias de seguridad estadounidenses, los grupos que defienden la supremacía de la raza blanca tienen bastante libertad para diseminar su odio y promover su ideología racista. Con demasiada frecuencia, sus ataques homicidas son considerados como actos de atacantes “solitarios” desquiciados. Estos grupos aparentemente marginales están, en realidad, bien organizados, interconectados y gozan de renovada popularidad.

En abril de 2009, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) publicó un estudio sobre grupos extremistas de derecha en Estados Unidos. El informe de diez páginas incluye conclusiones tales como que: “La crisis económica y la elección del primer Presidente afroestadounidense son condiciones únicas para la radicalización y el reclutamiento de grupos de derecha”. También realiza la polémica conjetura de que los veteranos de guerra que regresan de Irak y Afganistán podrían ser reclutados para sumarse a los grupos que incitan al odio. El informe provocó una ola de críticas, especialmente de grupos de veteranos. Obama había asumido el Gobierno hacía apenas unos meses. La flamante Secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, retiró el informe y pidió las disculpas del caso durante una audiencia sobre el presupuesto en el Congreso.

Mark Potok es un investigador del Centro Legal contra la Pobreza en el Sur (SPLC, por sus siglas en inglés) que, durante años, se ha dedicado a investigar a los grupos de derecha que incitan al odio y a Frazier Glenn Miller, en particular. Potok afirmó acerca del informe: “Hemos tenido un verdadero problema con el Departamento de Seguridad Nacional, debido a que, desde que se filtró a la prensa un informe sobre grupos de derecha en abril de 2009, podría decirse que el Departamento, de algún modo, se acobardó. Básicamente, destruyeron la unidad de seguimiento del terrorismo nacional no islámico”.

El Centro Legal contra la Pobreza en el Sur fue cofundado en 1971 por el abogado por los derechos civiles Morris Dees. En los años 80, comenzó a demandar a grupos a favor de la supremacía de la raza blanca. Representaba a clientes que habían sido amenazados, golpeados o acosados por los grupos. Potok describe así a Frazier Glenn Miller: “Fue uno de los activistas del movimiento en defensa de la supremacía de la raza blanca más conocidos del país durante mucho tiempo. Ha estado activo en el movimiento durante más de 40 años. De adolescente participó en grupos como el Partido por los Derechos de los Estados Nacionales, heredero del Partido Nazi de Estados Unidos”. Miller formó su propia rama del Ku Klux Klan, que marchaba en público vistiendo un atuendo militar. Se relacionaba con otro grupo a favor de la supremacía de la raza blanca, denominado The Order, que le otorgó 200.000 dólares de los más de 4 millones robados en asaltos a bancos y atracos a coches blindados.

Tras la demanda interpuesta en su contra por el SPLC, Frazier Glenn Miller llegó a un acuerdo en uno de los juicios en su contra, pero violó las condiciones del acuerdo y fue hallado culpable de desacato penal. Mientras se encontraba en libertad bajo fianza, desapareció y emitió una cruda “Declaración de Guerra”, en la que expresaba su voluntad de asesinar a Morris Dees. Finalmente, fue arrestado. Potok me dijo: “En un comienzo lo acusaron de conspiración, de cargos muy graves, en 1987, por los que podría haber sido condenado a prisión durante 20 o 30 años. Pero, de hecho, logró un acuerdo con el Gobierno federal y accedió a declarar en Fort Smith en contra de sus compañeros. Ello tuvo como consecuencia una condena de apenas cinco años, de la que únicamente cumplió tres”.

Frazier Glenn Miller cooperó con los fiscales federales y testificó contra 13 líderes de grupos de supremacía de la raza blanca. Fue liberado de prisión y se sospecha que recibió ayuda del Programa federal de protección de testigos, ya que se mudó a Nebraska y cambió su apellido por “Cross”. Frazier Glenn Miller, también conocido como Frazier Glenn Cross, perdió credibilidad entre los otros defensores de la supremacía de la raza blanca y desapareció relativamente de la escena pública. Se postuló para cargos políticos en Missouri en dos ocasiones y emitió en la radio anuncios de campaña abiertamente racistas. Finalmente, cometió la masacre de esta semana. Mark Potok volvió a reflexionar: “Quizá si hubiera estado preso todos esos años, en lugar de convertirse en testigo en aquel juicio, que terminó en un fracaso total, no hubiéramos experimentado lo que vimos en Kansas City el otro día”.

Mark Potok y el Centro Legal contra la Pobreza en el Sur se encargan de investigar el reciente resurgimiento de los grupos de derecha que incitan al odio. Cuando le pregunté acerca de la persecución que el FBI hace de grupos por los derechos de los animales y grupos ambientalistas, respondió: “La idea de que los ecoterroristas, como los llaman, son la principal amenaza terrorista del país, es ridícula. Esta idea fue, de hecho, explicitada por varios líderes del FBI varias veces en el Congreso durante el Gobierno de Bush. Creo que es algo absurdo. Nadie ha sido asesinado por un activista del movimiento radical por los derechos de los animales ni del movimiento ambientalista. Es cierto que hay grupos que están involucrados en cosas como la quema de los concesionarios de vehículos utilitarios y demás, pero no ha muerto nadie todavía, y esto es un gran contraste con respecto a lo que hace gente como Glenn Miller”. El SPLC publicará en breve un informe que vincula a miembros registrados de dos destacados foros en Internet sobre la supremacía blanca con más de cien homicidios en Estados Unidos, tan solo en los últimos cinco años.

Mientras los musulmanes que respetan la ley se ven forzados a ocultarse en sus hogares y los activistas por los derechos de los animales son considerados terroristas por filmar en forma encubierta el trato abusivo en los criaderos industriales, los extremistas de derecha que incitan al odio tienen libertad para organizarse, manifestarse, armarse hasta los dientes y asesinar con una frecuencia escalofriante. Ya es hora de que nuestra sociedad enfrente esta verdadera amenaza.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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