Ayer un buen amigo me decía esta afirmación “ya eres un escritor consagrado”. Me acaba de llegar mi octavo libro (desvelaremos más info en unos pocos días, ahora estamos en la promoción de Coaching de Equipos), y la verdad es que me gusta considerarme de todo menos consagrado. Haber escrito y que se hayan publicado ocho libros no es algo especialmente relevante, ni me hace consagrado o diferente a los demás, más que por lo que me he divertido y aprendido haciéndolo, y por lo que puede aportar a los lectores que los lean.

Creo que no hay que “consagrarse” ni creerse “consagrado” nunca, porque al hacerlo puedes perder frescura, ganas de mejorar y humildad. Así que de consagrado nada. ¿Soy un escritor? bueno, esto sí. A tiempo parcial, porque en este momento mi vida profesional está llena de retos y desafíos y dedico mucho más tiempo a otras cosas que a escribir. Además de que suelo escribir cuando estoy de vacaciones (es lo que tiene ser un poco trabajólico).

No me considero una persona con éxito, ni espero hacerlo nunca, ya sabes que el éxito puede ser algo muy peligroso, y prefiero no alejarme demasiado de la realidad que vivo cada día, que por otro lado me gusta mucho, mi mujer, mi familia, mis amigos, mi empresa, mis clientes, comer, descansar, tener salud. No puedo pedir más.

Una de mis metas es que a los 40 se hayan publicado 10 libros (soy así de raro poniéndome metas, hago este tipo de cosas cada año), pero seguramente y según veo mi calendario editorial en esa fecha se habrán publicado 15 (si todo va bien). ¿Seré consagrado entonces? Por favor, no. Déjame como estoy, que soy muy feliz.

Soy feliz caminando, no consiguiendo. Conseguir es el fruto de caminar, quizás conseguir cosas te mueve muchas veces, pero lo que de verdad me hace vibrar es caminar, y disfrutar del camino… Estamos en ello, tampoco en esto me considero un caminante consagrado.

Que tengas un gran día (y que lo disfrutes).

Keep walking