Una de mis manías es la de investigar la realidad, basándome siempre en lo que ocurrió y en mis conocimientos de los temas que abordo. No soy el inconfundible argentino, que conoce de fútbol, política, economía, medicina, etc. Cuantos de nosotros no recibió un consejo medico de un amigo astrólogo o la mejor formación del equipo nacional, del mismo amigo. Ud que sigue mi columna, lo habrá comprobado, mi objetivo es el de informar y reflexionar juntos, los temas de actualidad.

Mi análisis es simple, se basa en hechos empíricos y comprobables, las deducciones quedan a su alcance.

La historia reciente de nuestro país, nos habla de tres momentos claves en nuestra economía, que resultaron a la vez de un beneplácito en su inicio y una aguda crisis en su final.

La década del 70 nos trajo a un señor de orejas prominentes, que discurría en largos y tediosos discursos y elaboró un “plan económico”, en el cual el tipo de cambio se mantenía fijo con respecto al dólar, aunque la economía mundial dijese otra cosa.

El final de este intento resultó un fracaso, que aun hoy estamos pagando, ya que un señor a caballo en el Banco Central, decidió transformar gran parte de esa deuda privada en pública, trasladando el peso a toda la población.

En los 80, nuevamente un “genio” de la economía, empleado hoy del Fondo Monetario Internacional, invento el “plan austral”, que mas o menos imitaba en sus trazos mas gruesos al anterior, dejando fijo el valor del dólar y flotante todas las demás variables.

Todos recordamos el triste final del cuento de hadas, la hiperinflación de 1989, el abandono del gobierno por el presidente y la asunción del nuevo en medio de una catástrofe económica.

Con este presidente, reasumió como ministro de economía el señor que andaba a caballo, el mismo del final de la primera fábula, este verdadero Don Quijote de la Mancha, en su lucha contra los malvados que querían perjudicar nuestro futuro, implemento la denominada “convertibilidad”, un sistema que según sus palabras duraría 30 años, pero que en el fondo resultaba igual al “plan económico” detallado en los 70, regular el valor dólar en $1.

Hoy nos encontramos frente a otra ficción, según el gobierno el tipo de cambio es fijado diariamente por el Banco Central en $ 3.00, desde hace cuatro años, para lo cual debe emitir moneda en forma constante y luego absorberla mediante la emisión de bono de deuda.

¿Nos topamos nuevamente frente a una ilusión? ¿Cual será el desenlace y cuando?

Ante tanto conocimiento de la economía mundial, frente a Doctores en Ciencia Económicas, no tengo mas que declararme, tal cual lo hizo un genio de la filosofía como Sócrates, totalmente ignorante, en esta materia.

Una vez establecida mi ignorancia y conociendo el sombrío final, aun no consumado, de la célebre “convertibilidad”, mi sencilla reflexión me conduce a una simplificación ¿no se estarán equivocando?
O tal vez todo esto, sea premeditado y esta ficciones que nos hacen vivir coyunturalmente, sea un sueño, con otros fines mas perniciosos que aun no hemos comprendido.

Ud compartirá como yo, que los argentinos hemos vivido momentos amargos en estos años, hemos perdido moral y patrimonialmente mucho mas que lo que podíamos predecir.

Las ficciones en economía son malas consejeras y este gobierno debería saberlo.