Cuenta la historia que durante la Ley Seca o Prohibición del consumo de alcohol, que comenzó en 1919 y duró hasta 1933, surgió en varias ciudades norteamericanas el imperio de los gangsters.

Los gangsters se constituyeron en un palpable poder paralelo, al estilo de una cofradía secreta que infiltraba el poder político, policial y judicial. Muchas veces las autoridades políticas, por lo general los alcaldes o intendentes de las ciudades, en realidad eran marionetas cuyos hilos estaban movidos por estos recordados capos-mafiosos.

En Chicago, el célebre Al Capone llegó a dirigir el barrio de Cícero por medio de un alcalde que había sido electo gracias a su poder e influencia. Se trataba de Joseph Klenha, a quien se recuerda por su permisividad con Capone, quien se había mudado con sus matones de Chicago a Cicero hacia 1924.

Otro célebre personaje gangsteril lo constituyó Enoch Lewis "Nucky" Johnson, dueño del clientelismo político republicano de Atlantic City, quien en los años veinte pasó por alto la ley seca y convirtió a su ciudad en un “patio de recreo” donde cobraba porcentaje por cada litro de alcohol ilegal vendido.

Abundan historias como éstas, donde el clientelismo político permite a los gangsters manejar el poder de las ciudades en detrimento de las leyes, transformando feudos en verdaderos patios de recreo para el crimen organizado.

En Asunción, muchos sospechan que este reinado de los gángsters ya ha derivado en incendios de mercados, donde poderes paralelos manejan los negocios ilíticitos, y muertes relacionadas con obras inconclusas del actual intendente, Arnaldo Samaniego.

Precisamente el intendente Samaniego ahora presiona a los diputados para aprobar el proyecto de ley que autoriza a Hacienda a transferir a Asunción G. 150.000 millones para la concreción de varias obras. El proyecto de ley, que se trata esta semana, permite al Ministerio de Hacienda a emitir y mantener en circulación bonos del Tesoro público, por un monto de G. 150.000 millones. Según quienes lo defienden, esta fortuna permitirá realizar obras de infraestructura en la capital paraguaya.

Sin embargo, otras informaciones señalan que no es falta de dinero la explicación para la falta de obras en la capital. Según el informe de la Contraloría General de la República, el Ministerio de Hacienda transfirió G. 14.110.176.787 a la Municipalidad de Asunción, pero no hubo ejecución alguna en el ejercicio fiscal de los últimos dos años.

Según denuncia el diputado Oscar Tuma, el intendente estaría generando intereses con el dinero del Fonacide.

Agregó que el dinero fue depositado en el Banco Continental, donde se están sumando al dinero los intereses que ascenderían a G. 864.523.559.

Según la denuncia el intendente prefirió dejar casi 15 mil millones de guaraníes en un banco de plaza, en lugar de invertir en las escuelas que se caen a pedazos. Por lo tanto, está claro que el lntendente debe informar dónde fueron a parar los intereses y por qué no invirtió el dinero en lo que debía, en lugar de ahora solicitar con desesperación más fondos precisamente cuando arranca el internismo para definir candidaturas a la intendencia.

Dijo Woody Allen que no es ningún secreto que el crimen organizado en Estados Unidos gana más de US$ 40.000 millones al año, siendo una suma bastante considerable teniendo en cuenta que la mafia gasta muy poco en equipar oficinas.

Lo mismo podría decirse del intendente Samaniego, quien sigue solicitando fondos que conociéndolo, sabemos que no van utilizar en mejora alguna, cuando no sea aumentar los intereses que percibe.