Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Políticamente incorrecta
Cuando el político nos arrienda un local ocho veces por debajo del precio de mercado, lo que está diciendo es que su gobierno hará la competencia a los propietarios privados

La bondad del gobernante

|

“Madrid cederá locales low cost a autónomos y emprendedores, ocho veces por debajo del precio de mercado”. Es el anuncio en el perfecto spanglish de moda que el PP de Madrid (podría haber sido cualquier otro partido y de cualquier otra comunidad autónoma) publicaba este pasado jueves en la red social Twitter. “Qué bondad la del gobierno madrileño”, dirán algunos. “Qué bien que nos ofrezca locales a buen precio, muy por debajo de lo que pretenden cobrar los especuladores”, pensarán los beneficiados por la decisión. “Magnífica medida”, celebrarán otros sin reparar en lo que el filósofo y economista liberal Henry Hazlitt denominaba en su “La Economía en una lección”, siguiendo a Bastiat, “lo que se ve y lo que no se ve”.

Y es que la noticia no es buena en absoluto. Cuando Ignacio González, o el político que sea, nos arrienda un local ocho veces por debajo del precio de mercado, lo que está diciendo es que su gobierno, a quien otorga la colectivista facultad de redistribuir la riqueza (es decir, decidir a qué colectivo beneficia en detrimento de otros), hará la competencia a los propietarios privados, grandes o pequeños. Con lo que ello puede suponer para estos. Lo mismo sucede, dicho sea de paso, con el denominado alquiler social, que es socialista.

La Comunidad de Madrid, además, se puede permitir ofrecer estos locales a un precio de ganga porque lo que maneja es dinero público, que ya se sabe, como dijo ese faro de sapiencia occidental llamado Carmen Calvo, no es de nadie. Y por tanto, se puede derrochar.

Si tal competencia desleal sucediera entre privados inmediatamente se escucharían numerosas voces pidiendo la intervención de ese presunto órgano de control llamado Tribunal de la Competencia. Pero las leyes, ya se sabe, no son las mismas para los gobiernos.

Socialdemocracia en estado puro. Y así nos va.

La bondad del gobernante

Cuando el político nos arrienda un local ocho veces por debajo del precio de mercado, lo que está diciendo es que su gobierno hará la competencia a los propietarios privados
Almudena Negro
lunes, 7 de abril de 2014, 06:32 h (CET)
“Madrid cederá locales low cost a autónomos y emprendedores, ocho veces por debajo del precio de mercado”. Es el anuncio en el perfecto spanglish de moda que el PP de Madrid (podría haber sido cualquier otro partido y de cualquier otra comunidad autónoma) publicaba este pasado jueves en la red social Twitter. “Qué bondad la del gobierno madrileño”, dirán algunos. “Qué bien que nos ofrezca locales a buen precio, muy por debajo de lo que pretenden cobrar los especuladores”, pensarán los beneficiados por la decisión. “Magnífica medida”, celebrarán otros sin reparar en lo que el filósofo y economista liberal Henry Hazlitt denominaba en su “La Economía en una lección”, siguiendo a Bastiat, “lo que se ve y lo que no se ve”.

Y es que la noticia no es buena en absoluto. Cuando Ignacio González, o el político que sea, nos arrienda un local ocho veces por debajo del precio de mercado, lo que está diciendo es que su gobierno, a quien otorga la colectivista facultad de redistribuir la riqueza (es decir, decidir a qué colectivo beneficia en detrimento de otros), hará la competencia a los propietarios privados, grandes o pequeños. Con lo que ello puede suponer para estos. Lo mismo sucede, dicho sea de paso, con el denominado alquiler social, que es socialista.

La Comunidad de Madrid, además, se puede permitir ofrecer estos locales a un precio de ganga porque lo que maneja es dinero público, que ya se sabe, como dijo ese faro de sapiencia occidental llamado Carmen Calvo, no es de nadie. Y por tanto, se puede derrochar.

Si tal competencia desleal sucediera entre privados inmediatamente se escucharían numerosas voces pidiendo la intervención de ese presunto órgano de control llamado Tribunal de la Competencia. Pero las leyes, ya se sabe, no son las mismas para los gobiernos.

Socialdemocracia en estado puro. Y así nos va.

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto