Ya es bien sabido que la virtud de la valentía es inexistente en las almas de los terroristas. Todos conocemos, por desgracia, sus métodos de “lucha”. Métodos basados en el cobarde disparo por la espalda, y por diferentes tipos de bombas, eso sí, siempre que estos sistemas explosivos les garanticen una distancia adecuada para la huida.
Lo que no sabíamos, y hoy nos desvela un periódico, es que la cobardía terrorista llega a situaciones extremas. Me refiero a la huelga de hambre que se suponía que hasta hace poco llevaba a cabo el terrorista José Ignacio de Juana Chaos. Por no tener coraje, no es capaz ni de pasar hambre y se ha alimentado de miel, jamón cocido o pan de molde, según relata El Mundo en su edición del pasado domingo.
Este teatrillo carcelario , bajo el amparo de las conversaciones entre el Gobierno y la ETA , ha servido para que el fiscal baje la petición de pena para él, desde los noventa y seis a los seis años de prisión por amenazas terroristas. Resulta obvio que en esta decisión han intervenido las negociaciones entre nuestros gobernantes y los etarras, por mucho que lo nieguen todos los amantes de lo políticamente correcto.
De esta forma este “señor” podría salir a la calle dentro de unos años, me parecería muy bien si fuera solo por los delitos de amenazas, pero quizás mucha gente no se ha planteado porque estaba encarcelado antes de proferir dichas amenazas.
Este caballero fue condenado a nada más y nada menos que tres mil años de cárcel por haber participado en una serie de once atentados terroristas formando parte del comando Madrid. En total contribuyó de forma activa en el asesinato de más de una veintena de personas. Destacando el atentado que costó la vida a doce guardias civiles en la Plaza de la República Dominicana de Madrid, por este hecho fue condenado a 2232 años de cárcel. En la también madrileña Plaza de la República Argentina volvió, con sus secuaces, a asesinar a otra persona siendo condenado a 489 años, en el año 1986 asesinó a cinco miembros de la Guardia Civil, siendo esta vez condenado a 378 años de prisión.
Según estas condenas este individuo nunca debería de salir de la cárcel, pero según el Código Penal de 1973, solo podrá cumplir un máximo de treinta años, de los cuales solo ha cumplido dieciocho y no deberá cumplir más años de esas condenas debido a haber redimido el resto de esos treinta años .Hace meses la solución para no dar la libertad a este hombre fue procesarlo por las continuas amenazas que profería y se le pedía por estos delitos noventa y seis años de prisión. Con el nuevo giro del Ministerio Fiscal, pidiendo para él seis años de cárcel cuando hace poco pedía noventa y seis, solo muestra la primera concesión de ZP a los terroristas.
Cuando sea condenado a esos seis años, o a menos, y salga varios años antes debido a las reducciones de condena, tendremos en la calle ha un señor que ha matado a más de veinte personas y que de sus más de tres mil años de condena solo habrá cumplido algo más de una veintena.
Sale la media ,más o menos, a muerto por año, menos de lo que le puede caer a una persona normal por cualquier descuido al volante. O visto de otra forma, si nos diera por matar a algún vecino, estaríamos, más o menos, el mismo tiempo en la cárcel que este señor, con lo que el resto de asesinados le saldría de forma gratuita. Una vez más la justicia vuelve a ser discriminatoria. No todos somos iguales ante la ley.