Si la semana pasada recriminaba el partido entre Cataluña y Euskadi. Hoy por ética pura me toca hacer lo mismo con la Selección Española en el último partido ante Argentina.

Hay partidos y partidos, pero lo que paso en Murcia carece de sentido común, y es más ya va siendo hora de que los equipos que pagan a sus jugadores se reivindiquen porque tienen toda la razón del mundo.

Todo hubiera cambiado si el partido contra Argentina hubiera sido antes del fatal partido ante Suecia, ahí se podía entender que hubiera sido una preparación para ver jugadores y ensayar jugadas. Pero no fue así, fue después y encima con varios meses de por medio para que España juegue el siguiente partido, en fin una tomadura de pelo.

Lo del estado del campo ya es otro tema, y lo de Maxi fue la consecuencia que colmó el vaso. Ahora tenemos un equipo en liga que paga a un jugador que no podrá contar con él en seis meses por la gracia de jugar un partido “obligatorio” con su selección. Un partido en el que no había nada en juego, que no había necesidad de jugarlo y más con la cantidad de partidos que hay a lo largo de la temporada. El perjudicado a parte del jugador fue el Atlético De Madrid que no podrá contar con algo que es de su propiedad. Ahora se quejan los rojiblancos con toda la razón del mundo pidiendo que la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) se haga cargo de lo que les va a costar a los del manzanares esta lesión.

Bendito sea el día que un club se niegue a dejar jugadores suyos a sus selecciones, y bendito sea el día que estos denuncien y ganen, entonces el fútbol habrá cambiado como cambio con el caso Bosman. Sé que hay algunos clubes que no pueden hacer eso por el favoritismo con la FEF (Federación Española de Fútbol). Pero también sé que más de un club estaría encantado de hacerlo. Mientras no se haga nada y se jueguen partidos sin sentido no se llegará a ningún sitio y casualidades de la vida en ningún sitio es donde se encuentra la Selección Española. Y es que cuando no se sabe a dónde se va, a donde se llega es a ninguna parte y en ninguna parte es donde se encuentra en estos momentos el señor Villar y compañía, por algo será.