Es ciertamente chocante observar cómo los diversos canales de nuestra variopinta televisión ofrecen varios de sus mejores programas en horarios no aptos para currantes normales que pretendan dormir 7 horitas y que se levanten… pongamos a eso de las 6.30, 7, 7.30, p. ej.

Y lo triste es que esa circunstancia no se da solo con una cadena o con un par de programas, no. Algunos programadores parecen dedicados a ello con fruición y entusiasmo. Ya no hablemos de los constantes cambios de día en otros tantos casos.

Ejemplos: antesdeayer mismo, uno se disponía ya a hacer un último zapping rápido, antes de ir al encuentro con Morfeo a la 1 de la mañana aprox. y … sorpresa, allí deambulaba el gran Eduardo Punset, con un par de físicos hablando del Sol de la galaxia y del tiempo, de forma asequible y absolutamente interesante.

Pues nada, o te pones a buscar un video para grabar o te metes a la cama a la 1.30 como poco (fue mi caso). Bonito día y bonita hora para un programa de divulgación científica tan interesante en nuestra TV pública. Servicio público de calidad, sí señor.

La última temporada del gran éxito “24” en Antena 3 ha sido vilmente tratada, ya desde su inicio: un domingo a las 22 h es una hora más que discutible para un programa estrella, señores programadores. El hecho de que haya tenido menos audiencia de la esperada acabó de rematar la faena para los sufridos seguidores, llegándola a pasar algún domingo a las 24 h, (por si quedaba alguno despierto).

Con ser criticable, es un canal privado y como tal, menos reprochable en sus decisiones que los bandazos de TVE, que pagamos todos, en el más amplio sentido de la palabra.

Uno echa de menos algo más de audacia e imaginación entre los pensadores que eligen horarios y contenidos en nuestras TVs. Sinceramente, no se entiende por qué algún canal ni siquiera intenta crear un programa-debate socio-político, al estilo “La Clave”, que marcara un antes y un después en los debates político-sociales en nuestro país.

Cierto es que existe “59 segundos”, pero lo han ido diluyendo en la madrugada de TVE1, pese a contar con un digno respaldo del público en sus inicios. Pero se ve que no interesa ¿a ningún canal? ahondar en esa senda.

Se apuesta antes por cualquier cosa donde haya famosotes bailando o discutiendo sobre trivialidades u obscenidades lamentables. Que estos programas tengan los índices de audiencia que tienen es ciertamente indicativo de los gustos de buena parte del personal… cada palo que aguante su vela.

Y programas de calidad como “Metrópolis”, “Días de cine”, “Cine club”, el indudable acierto de TVE con las mejores imágenes de sus 50 años “La imagen de tu vida” quedan relegados a las 12 de la noche o más. Otros tantos, “Carta blanca”, “Versión española”… uno puede empezar a verlos pero difícilmente los puede acabar, si no quiere liquidar directamente su equilibrio físico-psicológico.

Una crítica, como se puede observar, focalizada especialmente en TVE, que es la que costeamos todos y donde la opinión del espectador debería ser fundamental, en aras a preservar eso que suena tan bonito y tan difícil resulta consensuar: servicio público. Si no es diferente en calidad, cultura y formación en sus programas, que desaparezca. Estaría haciendo competencia desleal con las privadas.