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Relación entre la enfermedad de Parkinson y deterioro cognitivo

Los enfermos de Parkinson tienen seis veces más opciones de sufrir demencia

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La enfermedad de Parkinson (EP) es mucho más que un trastorno del movimiento. Además de los síntomas motores clásicos, los no motores son, de igual manera, incapacitantes y tienen una elevada repercusión sobre la calidad de vida de los pacientes y su funcionalidad diaria.

Entre estos síntomas no motores, el deterioro cognitivo es uno de los más prevalentes en esta patología, tal y como ha puesto de manifiesto hoy la doctora María Cruz Rodríguez-Oroz, Neuróloga e Investigadora Ikerbasque del Hospital Universitario Donosita y del Instituto BioDonostia, en un encuentro celebrado en Madrid en colaboración con Lundbeck.

Relación entre enfermedad de Parkinson y deterioro cognitivo
El deterioro cognitivo se debe a la propia progresión de la enfermedad de Parkinson. Su prevalencia es elevada en esta patología, ya sea en su forma más leve, deterioro cognitivo leve, como más grave, demencia, que afectan al 30% de los pacientes.

“Además, considerando la historia natural de la enfermedad en cada paciente, el riesgo de padecer demencia teniendo enfermedad de Parkinson es unas seis veces mayor que el de la población general, y en estudios longitudinales se ha visto que aproximadamente el 80% de los pacientes con EP desarrollará demencia”, afirma la doctora Rodríguez-Oroz.

Aunque en la actualidad no existe ningún tratamiento específico, es posible mejorar el rendimiento cognitivo y prevenir o retrasar el deterioro cognitivo con tratamientos no farmacológicos, consistentes en ejercicio físico y tareas cognitivas. “Por ello, debemos plantear este tipo de tratamientos desde el inicio de la enfermedad en todos los pacientes con EP”, defiende la neuróloga.

Deterioro cognitivo leve y demencia son entidades clínicas distintas. “El primero se basa en la existencia de alteraciones cognitivas más allá de las que corresponderían por la edad del paciente, pero sin repercusión sobre sus actividades de la vida diaria, mientras que en la demencia los déficits cognitivos causan un claro deterioro en la vida diaria y en la autonomía”, explica la doctora Rodríguez-Oroz.

“Sin embargo, el deterioro cognitivo leve supone un riesgo de demencia, aunque no todos los pacientes con deterioro cognitivo leve evolucionen a ella”, aclara la doctora, quien también afirma que “a día de hoy aun no existen datos concluyentes para predecir qué pacientes pueden desarrollar demencia, aunque parece que la presencia de alteraciones visuo-espaciales y en varios dominios cognitivos, así como hipometabolismo cerebral en determinadas áreas del cortex cerebral implica un mayor riesgo”.

En el momento actual, no son bien conocidas las causas de la demencia ni los factores de riesgo, pero “el sistema colinérgico interviene de modo relevante en el deterioro cognitivo y otras alteraciones clínicas asociadas al mismo en la EP y es una de las vías de investigación con posibilidades terapéuticas más interesantes en este momento y que deben ser exploradas”, opina la doctora.

Criterios diagnósticos
Desde el año 2012 existen unos criterios diagnósticos del deterioro cognitivo leve en la EP, consensuados por un grupo de expertos, que son los que se usan en la actualidad. “Hay dos niveles diagnósticos, uno sencillo, enfocado a la práctica clínica, fundamentalmente, para el que se emplea un test de cognición global o una batería neuropsicológica con pocos test. El otro nivel diagnóstico es más completo, se usa sobre todo con fines de estudios e investigación, y en él se emplea un protocolo de evaluación más amplio en todos los dominios cognitivos”, explica Rodríguez-Oroz.

En esta última categoría diagnóstica se pueden realizar diagnósticos más precisos de deterioro cognitivo leve, puesto que las evaluaciones permiten detectar y definir si se han alterado distintos dominios cognitivos (memoria, atención, función visuo-espacial, etc.) de forma única o en diferentes combinaciones. Para el diagnostico de demencia en la EP existen también, desde hace años, criterios diagnósticos bien definidos.

Retos en la EP
“Los principales retos en la enfermedad de Parkinson son la demencia y la alteración de la marcha por su afectación a la calidad de vida y la morbilidad y mortalidad que conllevan, así como por la falta de tratamientos efectivos. Además, ambas están relacionadas, puesto que aparecen en fases evolutivas semejantes de la enfermedad y existen datos de que pueden compartir algún mecanismo fisiopatológico. No sabemos con precisión sus causas ni tenemos un tratamiento para ellos, por lo que a mi juicio constituyen los principales retos”, concluye la doctora.

Los enfermos de Parkinson tienen seis veces más opciones de sufrir demencia

Relación entre la enfermedad de Parkinson y deterioro cognitivo
Redacción
martes, 4 de marzo de 2014, 07:32 h (CET)
La enfermedad de Parkinson (EP) es mucho más que un trastorno del movimiento. Además de los síntomas motores clásicos, los no motores son, de igual manera, incapacitantes y tienen una elevada repercusión sobre la calidad de vida de los pacientes y su funcionalidad diaria.

Entre estos síntomas no motores, el deterioro cognitivo es uno de los más prevalentes en esta patología, tal y como ha puesto de manifiesto hoy la doctora María Cruz Rodríguez-Oroz, Neuróloga e Investigadora Ikerbasque del Hospital Universitario Donosita y del Instituto BioDonostia, en un encuentro celebrado en Madrid en colaboración con Lundbeck.

Relación entre enfermedad de Parkinson y deterioro cognitivo
El deterioro cognitivo se debe a la propia progresión de la enfermedad de Parkinson. Su prevalencia es elevada en esta patología, ya sea en su forma más leve, deterioro cognitivo leve, como más grave, demencia, que afectan al 30% de los pacientes.

“Además, considerando la historia natural de la enfermedad en cada paciente, el riesgo de padecer demencia teniendo enfermedad de Parkinson es unas seis veces mayor que el de la población general, y en estudios longitudinales se ha visto que aproximadamente el 80% de los pacientes con EP desarrollará demencia”, afirma la doctora Rodríguez-Oroz.

Aunque en la actualidad no existe ningún tratamiento específico, es posible mejorar el rendimiento cognitivo y prevenir o retrasar el deterioro cognitivo con tratamientos no farmacológicos, consistentes en ejercicio físico y tareas cognitivas. “Por ello, debemos plantear este tipo de tratamientos desde el inicio de la enfermedad en todos los pacientes con EP”, defiende la neuróloga.

Deterioro cognitivo leve y demencia son entidades clínicas distintas. “El primero se basa en la existencia de alteraciones cognitivas más allá de las que corresponderían por la edad del paciente, pero sin repercusión sobre sus actividades de la vida diaria, mientras que en la demencia los déficits cognitivos causan un claro deterioro en la vida diaria y en la autonomía”, explica la doctora Rodríguez-Oroz.

“Sin embargo, el deterioro cognitivo leve supone un riesgo de demencia, aunque no todos los pacientes con deterioro cognitivo leve evolucionen a ella”, aclara la doctora, quien también afirma que “a día de hoy aun no existen datos concluyentes para predecir qué pacientes pueden desarrollar demencia, aunque parece que la presencia de alteraciones visuo-espaciales y en varios dominios cognitivos, así como hipometabolismo cerebral en determinadas áreas del cortex cerebral implica un mayor riesgo”.

En el momento actual, no son bien conocidas las causas de la demencia ni los factores de riesgo, pero “el sistema colinérgico interviene de modo relevante en el deterioro cognitivo y otras alteraciones clínicas asociadas al mismo en la EP y es una de las vías de investigación con posibilidades terapéuticas más interesantes en este momento y que deben ser exploradas”, opina la doctora.

Criterios diagnósticos
Desde el año 2012 existen unos criterios diagnósticos del deterioro cognitivo leve en la EP, consensuados por un grupo de expertos, que son los que se usan en la actualidad. “Hay dos niveles diagnósticos, uno sencillo, enfocado a la práctica clínica, fundamentalmente, para el que se emplea un test de cognición global o una batería neuropsicológica con pocos test. El otro nivel diagnóstico es más completo, se usa sobre todo con fines de estudios e investigación, y en él se emplea un protocolo de evaluación más amplio en todos los dominios cognitivos”, explica Rodríguez-Oroz.

En esta última categoría diagnóstica se pueden realizar diagnósticos más precisos de deterioro cognitivo leve, puesto que las evaluaciones permiten detectar y definir si se han alterado distintos dominios cognitivos (memoria, atención, función visuo-espacial, etc.) de forma única o en diferentes combinaciones. Para el diagnostico de demencia en la EP existen también, desde hace años, criterios diagnósticos bien definidos.

Retos en la EP
“Los principales retos en la enfermedad de Parkinson son la demencia y la alteración de la marcha por su afectación a la calidad de vida y la morbilidad y mortalidad que conllevan, así como por la falta de tratamientos efectivos. Además, ambas están relacionadas, puesto que aparecen en fases evolutivas semejantes de la enfermedad y existen datos de que pueden compartir algún mecanismo fisiopatológico. No sabemos con precisión sus causas ni tenemos un tratamiento para ellos, por lo que a mi juicio constituyen los principales retos”, concluye la doctora.

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