No se trata de arrojarse sobre la mujer como lo hacen las bestias, sin que haya por medio un mensajero de caricias, besos y palabras tiernas, ya lo decía Mahoma. Eso sí, las parejas deciden dejar volar su fantasía hacia la comunicación entre la pareja. Así despiertan el deseo, lo fortalecen y empiezan a recorrer los parajes más íntimos, más privados que se comparten con muy pocos ...
¿Sabéis localizar el Punto G?
Claro me diréis, está en el interior de la vagina : es un punto especial. Sí es correcto. Aunque para nosotras, como declaraba en una entrevista Isabel Allende el punto G está en los oídos y hablaba de la importancia que tiene para la mujer que le susurren palabritas de amor al oído. Y muchas veces la satisfacción no está tanto en la habilidad de unas prácticas concretas como en la facilidad de comunicación.
El acontecimiento más excitante en nuestra vida sexual, sí son los rasgos y la figura de las personas, y cómo se comporta el cuerpo, cómo se mueve, cómo habla o sonríe ... Pero ¿qué es lo que más nos conmueve, lo que más puede estimular nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, lo que nos activa y nos excita? Son los encuentros entre las personas, cuando se comunican con nosotros, se acercan y nos tocan y nos miran con deseo y nos seducen con las palabras que acaban de decir. Por su forma de besar y de acariciarnos ...
Y cómo se ríen con nosotros, y por las palabras picantes que nos dicen, por su complicidad, y por cómo nos estremecemos cuando nos enlazamos con su cuerpo o por todo a la vez. Por eso creo que el más potente afrodisíaco, el que más nos excita es la comunicación, es la que despierta el caudal del deseo y de la satisfacción. Es un terreno fértil de entre todos los que poseemos, que arranca nuestra pasión más ardiente.
La otra cara es cuando el deseo se acaba anestesiando. Entonces las palabras se han desgastado, el cuerpo que ya no nos excita y lo puede ser para otros. Nosotros despertamos el deseo en otros, cuando no estamos con la pareja habitual, y es que la comunicación con los otros es distinta porque allí sí hay confidencias, complicidad e intercambiamos lo delicioso que ya no se da con nuestra pareja habitual.
Si sois conscientes de la pérdida del deseo y queréis reencontrarlo, lo primero es hablar de ello, comunicaros. Seguro que habrá preocupaciones y temores que hay que comunicar a la pareja para que nos comprenda e interprete la situación correctamente. Nuestros gustos, deseos y necesidades qué queremos que nos ayude a conseguir, necesitamos ese apoyo y saber cuáles son sus anhelos.
Cuando en el sexo vivimos el cuerpo a cuerpo con la pareja, regulamos el ritmo y la combinación de pasión y ternura, entonces conocemos cómo disfrutar con el otro a través del cuerpo, sabemos de sus límites y de lo ilimitado de su juego erótico, como se rompen las inhibiciones, cómo se tiene la libertad decir "no" y aceptamos que no es un rechazo, es lo que prefieren.
Nos comunicamos y creamos una clima emocional positivo y estimulante que es la base en la que se desarrolla la buena comunicación sexual, la confianza y el entendimiento mutuos, lo que puede revivir y fortalecer el deseo. Esta comunicación que es fuente de la autoconfianza y fortalece la imagen y la autoestima de los amantes.