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Patxo Palacios

De agente a presidente, de presidente a mister

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Es curiosa la evolución que se viene dando en ciertos estamentos del fútbol español en los últimos años. Si lo clásico antes venía siendo el paso de jugador a entrenador – previo paso por categorías inferiores o equipos menores – esta evolución se sigue manteniendo, pero con el añadido de otras ‘conversiones’ más curiosas.

Me refiero al caso de agentes como Gorka Arrinda o Miguel Santos – entre otros – que se cuentan como máximo accionista y presidente de sendos clubes de ACB Lagun Aro Bilbao Basket y Bruesa Gipuzkoa Basket, respectivamente. Hay más casos, por ejemplo el infructuoso intento de Josep Mª Minguella de llegar a la presidencia de Can Barça.

Las razones pueden ser varias; al ser personas con evidentes vínculos y gusto por el deporte, buscan al mismo tiempo un destino para invertir las ganancias obtenidas en su trabajo y … dónde mejor que en el club de sus amores, fundiendo ahí la devoción con la profesión.

Nada que objetar, acaso exigir transparencia en las operaciones como agentes en las que siguen interviniendo y que pueden afectar a sus equipos y por ende a la competición, para preservar el fair play.

La otra evolución que uno ha percibido, en menos casos cierto es, se refiere al paso de presidente a entrenador. El último caso es de esta misma semana, con el paso de Juanito de la presidencia al banquillo en la histórica U.D. Las Palmas. El defensa gran canario ya presidió al de poco de retirarse al Extremadura, por cierto. Es difícil enjuiciar desde la distancia, saber cuánto hay de sacrificio personal y cuánto de decisión libre. En todo caso, es algo sobre lo que que sus propios aficionados deberán opinar, mejor que nadie.

Lo de Piterman es otra cosa; una inversión de un exatleta, un hombre de negocios y con dinero, que de principio a fin quiere intervenir en todas y cada una de las áreas – especialmente las institucionales y deportivas – del club. Se le podrán criticar sus acciones o manera de gestionar el club, con ceses y recolocaciones del personal constantes, pero no la claridad en sus planteamientos desde el primer momento.

A alguno se le ha olvidado que estamos ante sociedades anónimas deportivas y ahí la masa de accionistas es la que tiene la última - y la única - palabra.

El paso de jugador a presidente es también atípico, si bien cabe citar a Fernando Sanz (Málaga), Querejeta (Tau) o a Villacampa (Joventut), entre otros.

En todo caso, poco comparable en número a la evolución más “natural” que supone el paso de jugador a técnico.

Desde luego, nada más lejos de mi intención prejuzgar la idoneidad o acierto de esas decisiones. El tiempo … ese juez insobornable -que diría García- y los hechos colocarán a cada persona y a su gestión en su sitio.

De agente a presidente, de presidente a mister

Patxo Palacios
Patxo Palacios
sábado, 7 de octubre de 2006, 10:08 h (CET)
Es curiosa la evolución que se viene dando en ciertos estamentos del fútbol español en los últimos años. Si lo clásico antes venía siendo el paso de jugador a entrenador – previo paso por categorías inferiores o equipos menores – esta evolución se sigue manteniendo, pero con el añadido de otras ‘conversiones’ más curiosas.

Me refiero al caso de agentes como Gorka Arrinda o Miguel Santos – entre otros – que se cuentan como máximo accionista y presidente de sendos clubes de ACB Lagun Aro Bilbao Basket y Bruesa Gipuzkoa Basket, respectivamente. Hay más casos, por ejemplo el infructuoso intento de Josep Mª Minguella de llegar a la presidencia de Can Barça.

Las razones pueden ser varias; al ser personas con evidentes vínculos y gusto por el deporte, buscan al mismo tiempo un destino para invertir las ganancias obtenidas en su trabajo y … dónde mejor que en el club de sus amores, fundiendo ahí la devoción con la profesión.

Nada que objetar, acaso exigir transparencia en las operaciones como agentes en las que siguen interviniendo y que pueden afectar a sus equipos y por ende a la competición, para preservar el fair play.

La otra evolución que uno ha percibido, en menos casos cierto es, se refiere al paso de presidente a entrenador. El último caso es de esta misma semana, con el paso de Juanito de la presidencia al banquillo en la histórica U.D. Las Palmas. El defensa gran canario ya presidió al de poco de retirarse al Extremadura, por cierto. Es difícil enjuiciar desde la distancia, saber cuánto hay de sacrificio personal y cuánto de decisión libre. En todo caso, es algo sobre lo que que sus propios aficionados deberán opinar, mejor que nadie.

Lo de Piterman es otra cosa; una inversión de un exatleta, un hombre de negocios y con dinero, que de principio a fin quiere intervenir en todas y cada una de las áreas – especialmente las institucionales y deportivas – del club. Se le podrán criticar sus acciones o manera de gestionar el club, con ceses y recolocaciones del personal constantes, pero no la claridad en sus planteamientos desde el primer momento.

A alguno se le ha olvidado que estamos ante sociedades anónimas deportivas y ahí la masa de accionistas es la que tiene la última - y la única - palabra.

El paso de jugador a presidente es también atípico, si bien cabe citar a Fernando Sanz (Málaga), Querejeta (Tau) o a Villacampa (Joventut), entre otros.

En todo caso, poco comparable en número a la evolución más “natural” que supone el paso de jugador a técnico.

Desde luego, nada más lejos de mi intención prejuzgar la idoneidad o acierto de esas decisiones. El tiempo … ese juez insobornable -que diría García- y los hechos colocarán a cada persona y a su gestión en su sitio.

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