La selección española de fútbol sala no jugará la final del Campeonato de Europa, que se celebra en Bélgica hasta este sábado, tras perder frente a Rusia (4-3) en un partido que se decidió en el tiempo de prórroga y que impidió a 'la Roja' optar a su quinto entorchado de manera consecutiva.

España, que no ha terminado de explotar en el Europeo, fue mejor que Rusia, pero no dispuso de la autoritaria condición que desprendió tiempo atrás. Los de José Venancio levantaron el marcador en dos ocasiones, pero no jugarán la final, algo que siempre ocurría en los últimos 11 años.

Todo comenzó de la mejor manera con el gol inicial de Pola, a tres minutos del descanso. El jugador interista aprovechó un excelente taconazo de Raúl Campos que le dejó en franca posición para batir a Gustavo. El 0-1 antes de enfilar el túnel de vestuarios fue el mejor premio para una España que había sido más fiel a su estilo que nunca.

Aún así, la profundidad continuó siendo uno de los problemas de la selección española, que abusó sin suerte de Fernandao, y salió dormida en la segunda mitad. Los papeles se invirtieron y la reacción de los rusos --con cinco jugadores brasileños nacionalizados- fue letal, sobre todo para un Rafa que no pudo echar el freno al ímpetu de los pupilos de Sergei Skorovich.

La doble campeona mundial, con el factor psicológico a favor por ser su 'bestia negra', no supo controlar al rival y recibió el 2-1 por mediación de Lyskov. Sin embargo, 20 segundos después apreció la puntera de Rafa Usín para poner nuevamente el empate. En ese mismo minuto, un nuevo error en la zaga nacional, que echó mucho de menos a Ortiz y Torras, supuso el 3-2.

Miguelín fuerza la prórroga
Ahí, el partido volvió a ser una balsa hasta que Venancio López optó por el 'portero-jugador'. Miguelín, a falta de dos minutos, desactivó la resistencia Rusia y llevó el choque a la prórroga con un imponente zurdazo. Rusia tenía claro que no quería jugar más, sólo con pensar en la tanda de penaltis era más que suficiente.

Y así fue, Rusia entregó el testigo a su rival y esperó un error que llegó a 67 segundos del bocinazo final. Robinho, al que no le tembló el pulso, batió a Rafa y dejó helada a una España que pierde, por primera vez en su historia, sin contar penaltis, con los rusos, quienea habían hincado la rodilla las quince ocasiones precedentes.

Los de Venancio protestaron una última cesión de Gustavo que el árbitro llegó a señalar. Sin embargo, Eder Lima fue como un loco para impedirse que la señalase y el colegiado decidió cambiar de opinión. Una decisión que, sea o no acertada, dice poco de la organización y de la escasa importancia que otorga UEFA a este torneo. La última cita será este sábado con Portugal en la lucha por el bronce.