Hace tan solo unas horas, en un programa de televisión, mientras hacía un poco de zapping, asistí con estupefacción, a una supuesta apología de un crimen, en el programa Sálvame Deluxe, del grupo Mediaset, es decir de Telecinco. El presentador, entrevistaba a una cría de 21 años, relacionada con la ex esposa del cantante Chiquetete, la tertuliana Raquel Bollo, que había sido novia de su hijo, a la vez que la había tenido contratada como dependienta en una de sus tiendas en Sevilla. La joven, de nombre Aguasantas, se había quedado embarazada por dos veces, y claro había abortado. Entre lágrimas de cocodrilo, fue narrando todo el proceso que siguió, con la más absoluta tranquilidad, porque al parecer, abortar era lo más normal del mundo. Lo grave, no es que la chica en su ignorancia –para hacer el coito, no estaba ignorante, sino que se le veía espabilada y se podría decir que bien experimentada-, no debió de tomar las medidas de precaución adecuadas –a lo mejor no se tomaba la “pildora” o se les rompió el preservativo de la fuerza de la metida de su chico-, y claro, tomó la sana decisión de asesinar al hijo que había concebido. Pero, repito, no quiero resaltar la gravedad del hecho –que lo es-, sino la permisividad de la cadena, ante un tema candente en la sociedad española, y ante el cual, un programa de televisión de máxima audiencia, no debería utilizar éstos temas, solo con el objetivo de subir la audiencia, a costa del crimen o el asesinato de un inocente. Mi reacción fue inmediata, después de haber escuchado esta burda y terrorífica confesión, de cambiar el canal, y ponerme a ver una película o un documental en la televisión estatal, vamos en La2 de TVE –cadena que aconsejo, porque no suele tener una tendencia ideológica, sino que los programas son bastante buenos-.

Entre los colaboradores, estaban mujeres y hombres, que habían sido madres y padres. ¿Cómo se puede permitir una confesión como ésta, sin tener una condena pública y notoria, a la vez que un posicionamiento intermedio o contrario? La suerte es que no estaba el adefesio impresentable de Carmele Marchante –conocida activista pro-aborto y feminista rancia, al parecer por su chocho no ha catado un buen nabo-, que nos hubiera ofrecido, en su decadencia, una opinión agitada y contundente a favor de la niña abortista, ese prodigio de la naturaleza, que no se contenta con haber sesgado una vida una vez, sino que ha sido reincidente.

Tampoco acabo de entender la actitud de Raquel Bollo, que por unos supuestos malos tratos, también perdió una criatura. Me parece denunciable, deleznable y condenable. Alguien que ha sufrido supuestos malos tratos, no se puede permitir el lujo de no defender la vida, de un ser indefenso, que lleva los genes de su hijo. Yo sentía admiración por Raquel, la veía una persona diferente a todo lo que rodea éste programa basura, pero ya m doy cuenta, de que ésta, pertenece al circo mediático de la “cadena amiga”. Claro el dueño de la misma, solía contratar niñas de compañía –supuestamente- para sus fiestas privadas. Il cavalliere, el dueño del Grupo Mediasset, se trajinaba muchachitas de corta edad –carne fresca y trémula-, por un puñado de monedas. Con ésta actitud, ¿Qué podemos esperar los telespectadores de la cadena Tele5? –al principio, ya apuntaba maneras, ya que se le conocía por el canal de la “teta y el culo”, por algo será-. El resultado, lo pudimos comprobar el pasado viernes, en el Sálvame Deluxe. ¿Crearán un programa las otras cadenas que se llame Sálvame de Sálvame? Yo la verdad, es que hasta lo presentaría.

Uno de los principios de la televisión, es la educación. Instruir al telespectador, suele ser una de las labores más gratificantes de todo programa televisivo. Hay mundos que todavía se pueden descubrir y ofrecer a los telespectadores. Muchas veces, los canales de televisión, utilizan éstos burdos argumentos, para conseguir una mayor audiencia, pero, ¿de que tipo? Polemizar, es una de las formas de crispar, y una sociedad crispada, es harto peligrosa, porque no se contiene, ante determinados temas. Es duro comprobar como todos éstos programas, no buscan el entretenimiento constructivo, sino el morbo por el morbo. El otro día, un médico amigo mío me comentó: “no sabes la de pacientes que tengo, que conectan con éste tipo de programas, solo para relajarse y no pensar en los problemas que tienen en su vida diaria”. Yo le contesté: eso es falta de mundo interior, meditación, oración y relajación. Entonces él me dijo: más bien es falta de Fe y de sentido de la trascendencia. A lo que yo asentí.

Cuando dejamos de lado, nuestro mundo de valores, y solo buscamos el placer inmediato, estamos convirtiendo nuestra vida, en algo vacío, y por tanto casos como el de Aguasantas, se dan con demasiada frecuencia. ¿En que estamos fallando? Rompemos con demasiada frecuencia nuestra escala de valores, dando una nula importancia a los valores vitales, que son fundamentales para la construcción de la sociedad. El núcleo familiar, debe permanecer unido y estructurado. Su destrucción paulatina, nos lleva a dar palos de ciego, ante determinadas situaciones, que no son otra cosa, que momentos duros para una sociedad en crisis y quiebra, dentro de su escala de valores particular.

Leamos más, escuchemos música clásica y relajemos nuestro cansancio diario, no con la televisión basura, sino con una buena conversación, una tertulia o el silencio que nos puede proporcionar el mar o el campo, en las horas del anochecer.