Veranos campestres, bucólicos y llenos de simbolismo son la puesta en escena que desprenden las flores como elemento de diseño. Sin embargo, las coronas de rosas, hortensias o margaritas ya pueden formar parte de nuestro peinado en las épocas más coloridas del año.

Se trata de una nueva tendencia para recubrir las melenas con looks urbanos y definidos en forma de diademas o broches. La forma de integrar estos floridos pastos se puede llevar a cabo con vestidos de lino, donde la delicadeza de la tela y las flores se armonizan en una nueva forma de naturaleza.

Si quieres ir a la moda, añadir un elemento natural a los looks es una buena idea, no sólo por su elegancia, sino por el sello de frescura que imprime a la figura. La realidad es que si hay un accesorio que se acerca a la naturaleza es la flor. Además, está demostrado por numerosos estudios que es un poderoso inductor de emociones positivas en el ser humano.

El simbolismo de esta naturaleza simbólica cobra todo su esplendor con las flores y regalos para San Valentín, escenario donde lo bello y lo emocional se unen de la mano con el fin de conseguir una velada única. Los elementos florales representan la mejor forma de mostrar los sentimientos de forma concisa, directa y romántica.

De esta forma la naturaleza floral constituye una manera de irradirar optimismo a través de un ambiente preparado, en el que los aromas y esencias más delicadas acaban por ser los verdaderos protagonistas del momento. Pero las flores, en su vertiente más romántica, también dejan espacio para momentos de mayor practicidad. Sin necesidad de perder elegancia, los centros de flores pasan a ser una excelente oportunidad de agradar a propios y extraños en la ocasión más inesperada.