El proyecto arbóreo de una pareja de holandeses comenzó en 2004 en Cataluña, gracias a su éxito se repite ahora en el país vasco. Aquel año, Karin van Veen y Emmanuel Grymonpré decidieron montar un negocio en Arbúcies (Gerona) al que llamaron la Selva de l’aventura, que consistía en un parque de aventuras en los árboles, con circuitos para trepar por redes, escaleras y cuerdas, cruzar por puentes colgantes, juegos de equilibrio, entre otras actividades.

La aventura les fue bien, pues cuentan en la actualidad con dos circuitos para niños y adultos en cuatro hectáreas de bosque, que reciben anualmente la visita de miles de personas. Hecho que les impulsó a ampliarlo en 2009 con una zona de alojamiento rural alternativo, denominada Cabanes als arbres, formada por cabañas de madera. Se dedicaron a comprar madera online y diseñar ellos mismos las cabañas que irían colgadas de los árboles. Sin electricidad ni agua corriente, con superficies de 30 m2 y 10 de terraza, con cama, sillones y una mesita, para servir el desayuno y la cena, se valen de una cesta que izan hasta la cabaña.

En el proyecto invirtieron más de 500000 € y cuenta actualmente con una plantilla de veinte personas que lo mantiene. Los resultados económicos no pueden ser más prometedores pues el año pasado cerraron con una facturación de 700.000 euros, 500.000 del negocio de las cabañas y el resto del parque, y la previsión para este es llegar al millón.

Debido a la buena acogida y a una pequeña financiación externa, pretenden exportar el modelo al País Vasco. Para ello han seleccionado una zona boscosa cerca de Zeanuri, muy próximo a Bilbao. En terrenos del ayuntamiento acondicionados como camping, para abrir en marzo cuatro cabañas colgadas y cuatro módulos de madera. Pero esta vez, la mitad de los alojamientos dispondrán de electricidad y una ducha con agua corriente.