Inocencio Arias, popularmente conocido como Chencho, es una de las últimas incorporaciones del programa de Pepa Fernández en RNE, ‘No es un día cualquiera’. Un hombre con mucho mundo, diplomático de reconocido prestigio, al que sin duda le gusta opinar. Escuchándolo se nota lo mucho que disfruta en la radio delante de una ‘alcachofa’.
Aunque fue precisamente ayer, durante el programa que se emitió desde la localidad castellonense de Benicarló, con motivo de la fiesta de la alcachofa, cuando echó un importante borrón hertziano. Cosechó un abultado número de reproches de escuchantes, a los que molestó que pusiera en duda los datos oficiales del desempleo y los que recoge el informe de Oxfam Intermón sobre el galopante ritmo al que están creciendo las desigualdades en España y en el resto del mundo.
El tal Chencho, a pesar de su dilatada experiencia, no tuvo en consideración algo muy importante: que uno no es como quiere ser, sino como resulta percibido por los demás. Y ayer, con lo que dijo en la tertulia de ‘No es un día cualquiera’ y, sobre todo, con el tono que empleó para desmentir los datos de la Encuesta de Población Activa y del informe de Oxfam Intermón, obtuvo un mayoritario rechazo entre aquellos escuchantes que se pusieron en contacto con el programa por vía telefónica, facebook o twitter.
Quizá sin pretenderlo, además de otras cosas, por su discurso asomó una preocupante carga de insensibilidad. Y es que resultó sorprendente que en una tertulia sobre las desigualdades sociales, alguien de su nivel se preocupara más de combatir cifras que de denunciar la dramática situación por la que están atravesando miles y miles de familias en este país.
Aunque a Inocencio Arias le cueste entenderlo, en la actualidad no hay para pajaritas en muchos hogares españoles. Y lo que resulta más grave, tampoco hay para pagar la luz, el agua, la calefacción o para dar de comer a los niños.