Se le acabó el año, y buena parte de la temporada, al mejor delantero del mundo. Samuel Eto’o permanecerá cinco meses fuera de los terrenos de juego tras la fortuita lesión que sufrió durante el transcurso de la segunda parte del partido de Champions que enfrentó al Werder Bremen y al Barça. Él mismo, sin que nadie le lastimase, al intentar hacer un pase, dobló su rodilla en un gesto que le resultó fatal. Fatal para el camerunés, y fatal para el campeón de Europa. Por lo pronto, se pierde, si no ocurre un milagro, el trofeo de máximo goleador europeo y casero, y otros méritos benéficos en forma de automóvil. Eso a título personal. ¿Pero qué se pierde el Barcelona?
Está claro que sin la aportación goleadora de este excepcional futbolista, el FC Barcelona ni hubiera ganado la Liga de Campeones ni hubiera ganado la liga. Se calcula que Samuel Eto’o es responsable, de algún modo, de casi 40 de los puntos que hicieron del Barcelona campeón del entorchado liguero. Pero no se puede pensar en el Apocalipsis. Es tan grande la calidad que atesoran los jugadores del Barça, que sin Eto’o, los goles los marcará otro. Y con casi tan buena fortuna y registros. No creo que haya dudas al respecto.
Sin embargo, la baja de Samuel Eto’o no deja de suponer un importante quebradero de cabeza para Rijkaard. La efectividad del delantero lo hacía titular indiscutible. Ahora habrá que buscar un recambio de garantías para él. El recién llegado Gudjhonsen, Ronaldinho, Giuly, Messi o Saviola podrán sustituir al pichichi. Y aquí es dónde, fíjense por dónde, le llega la oportunidad al “Conejo”.
La decisión de Javier Saviola de permanecer en Can Barça, amén de saber que Rijkaard no contaba con él, puede dar sus frutos con la nueva situación abierta. Saviola es un hombre que asegura una gran cantidad de goles por temporada. Además, las ganas que tiene de contradecir a los que dudaron de su valía lo hace un puñal para la portería contraria. Por no olvidar el enorme cariño que el Camp Nou le tiene al argentino. No se necesitan más razones para creer que se está abriendo la oportunidad de su vida.
Pase lo que pase, y por muy igualada que esté la liga (no podía ser menos con las cuatro míseras jornadas disputadas), el Barcelona no tiene porque achacar en demasía la sensible baja de Samuel Eto’o. Que nadie se equivoque, la supremacía del Barça no corre peligro inmediato. Si el Barcelona solo fuera Eto’o, no sería este superequipo. Sería otra cosa pasajera.
