Donde ella no llega
alcanza el viento tempestuoso,
rayo insaciable del olvido sagrado
que por escribir, escribo.
Ella que lo toca y desaparece,
el sueño profundo de la vida,
empezar de nuevo cuesta tanto
que perderse con el viento es el camino.
Llevo tiempo pensándole en silencio
si turbia es su presencia
cero es ella,
que a quien toca condena para siempre
y que quien con ella toca,
muere.
Si cada vida es una
no se mezclen,
porque hay una…
en la que todo desaparece.
Que a quien "muerte", es palabra que no hiere,
que la lleve a cuestas eternamente,
porque a quien hierro mata, a hierro muere.
Para Intermon Oxfam