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Antonio Martín

Guerreros renovados

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Ayer se presentó ante su afición la plantilla del Real Madrid de baloncesto en la celebración del Trofeo Raimundo Saporta-Fernando Martín (antiguo Torneo de Navidad), que enfrentó al conjunto blanco contra los lituanos del Lietuvos Rytas y que se saldó con victoria para los madridistas por 88-78.

En los prolegómenos del encuentro, el club homenajeó a algunos de los jugadores más destacados de su historia aprovechando la celebración del 75 aniversario de la sección. Nombres tan ilustres como los de Emiliano Rodríguez, Wayne Brabender, José Antonio Corbalán, Fernando Romay o Pedro Ferrandiz recibieron el correspondiente saludo por parte de unos seguidores que recuerdan con nostalgia los grandes éxitos logrados por todos ellos años atrás.

Y es que el Real Madrid tiene mucho trabajo por delante si realmente quiere recuperar el esplendor perdido. Tras apuntarse la liga ACB de la temporada 2004-05, el equipo no recibió la ayuda prometida por el ex-presidente Florentino Pérez, y el resultado fue demoledor: apeados de la Liga Europea, eliminados en los 'play-off' a las primeras de cambio y derrotados por el TAU en la Copa del Rey de Madrid en semifinales.

Pero la metamorfosis del equipo para esta temporada, justificada y necesaria, hace prever que dará buen resultado a pesar de alguna baja marcadamente polémica, como resultó la del serbio Igor Rakocevic. Por un lado, la directiva ha dado la baja a jugadores que no pintaban nada en el esquema de juego merengue la pasada campaña, como era el caso de los nacionales Héctor García y Óscar González -fichados para cubrir los cupos de jugadores españoles-, y de Josh Fisher, Alex Scales o Filip Videnov, que vinieron a mitad de campaña e incluso exclusivamente para las eliminatorias por el título en el caso del búlgaro y que no elevaron el nivel de calidad del equipo, sino todo lo contrario.

El Real Madrid 2006-07 tiene, al menos, sentido. Joan Plaza, su entrenador (ayudante de Maljkovic las dos temporadas anteriores), cuenta con dos figuras de renombre para la dirección del juego en la posición de base, tan olvidada y denostada por Maljkovic. Raül López y Kerem Tunceri se complementan a la perfección, y ambos dieron muestra frente al Lietuvos de su capacidad para entrar a canasta y de repartir asistencias.

En sustitución de Rakocevic, el club se hizo con los servicios del estadounidense Charles Smith, que sin duda no tuvo su mejor día ayer. El escolta, que posiblemente jugará de alero para compartir minutos con su compatriota Louis Bullock, cuenta con la experiencia necesaria para triunfar en Madrid, y a pesar de su irregularidad, regalará a la afición actuaciones plausibles.

Alex Mumbrú, que vuelve a Madrid, cuajó una buena actuación y dejó entrever cuál será su papel en el equipo. Su lanzamiento de tres es una de sus mejores armas, y por su altura y agilidad, se convertirá en uno de los pilares defensivos del Madrid de Plaza.

Pero qué duda cabe que siguen existiendo algunos puntos débiles que deberán ser reforzados. Con Sonseca lesionado para dos o tres meses, el Madrid deberá otorgar muchos minutos a Sinanovic, mientras que Hamilton y Reyes tendrán que complementarse en la posición de 'cinco', la única que no está bien cubierta.

Con la contratación a principios de verano de Smith, el club cerró la posibilidad de contratar un 'center' extracomunitario, ya que las dos fichas estaban ocupadas por la pareja de estadounidenses formada por Bullock y el propio Smith. Ahora, la apuesta les puede salir bien o mal, pero qué duda cabe que el aroma que desprende este equipo es mucho más atractivo que el del año pasado.

El Madrid de Maljkovic, ése donde el balón acababa en un 80% de ocasiones lanzado por Bullock o Rakocevic, ése en el que los pívots parecían no contar en ataque y en donde el juego estático era la mayor pesadilla para el aficionado, ha sido enterrado. Pero tampoco hay que denostarlo por completo. El espíritu 'guerrero' que Maljkovic supo infundir, permanecerá vigente. Compruébenlo.

Guerreros renovados

Antonio Martín
Antonio Martín
lunes, 18 de septiembre de 2006, 20:31 h (CET)
Ayer se presentó ante su afición la plantilla del Real Madrid de baloncesto en la celebración del Trofeo Raimundo Saporta-Fernando Martín (antiguo Torneo de Navidad), que enfrentó al conjunto blanco contra los lituanos del Lietuvos Rytas y que se saldó con victoria para los madridistas por 88-78.

En los prolegómenos del encuentro, el club homenajeó a algunos de los jugadores más destacados de su historia aprovechando la celebración del 75 aniversario de la sección. Nombres tan ilustres como los de Emiliano Rodríguez, Wayne Brabender, José Antonio Corbalán, Fernando Romay o Pedro Ferrandiz recibieron el correspondiente saludo por parte de unos seguidores que recuerdan con nostalgia los grandes éxitos logrados por todos ellos años atrás.

Y es que el Real Madrid tiene mucho trabajo por delante si realmente quiere recuperar el esplendor perdido. Tras apuntarse la liga ACB de la temporada 2004-05, el equipo no recibió la ayuda prometida por el ex-presidente Florentino Pérez, y el resultado fue demoledor: apeados de la Liga Europea, eliminados en los 'play-off' a las primeras de cambio y derrotados por el TAU en la Copa del Rey de Madrid en semifinales.

Pero la metamorfosis del equipo para esta temporada, justificada y necesaria, hace prever que dará buen resultado a pesar de alguna baja marcadamente polémica, como resultó la del serbio Igor Rakocevic. Por un lado, la directiva ha dado la baja a jugadores que no pintaban nada en el esquema de juego merengue la pasada campaña, como era el caso de los nacionales Héctor García y Óscar González -fichados para cubrir los cupos de jugadores españoles-, y de Josh Fisher, Alex Scales o Filip Videnov, que vinieron a mitad de campaña e incluso exclusivamente para las eliminatorias por el título en el caso del búlgaro y que no elevaron el nivel de calidad del equipo, sino todo lo contrario.

El Real Madrid 2006-07 tiene, al menos, sentido. Joan Plaza, su entrenador (ayudante de Maljkovic las dos temporadas anteriores), cuenta con dos figuras de renombre para la dirección del juego en la posición de base, tan olvidada y denostada por Maljkovic. Raül López y Kerem Tunceri se complementan a la perfección, y ambos dieron muestra frente al Lietuvos de su capacidad para entrar a canasta y de repartir asistencias.

En sustitución de Rakocevic, el club se hizo con los servicios del estadounidense Charles Smith, que sin duda no tuvo su mejor día ayer. El escolta, que posiblemente jugará de alero para compartir minutos con su compatriota Louis Bullock, cuenta con la experiencia necesaria para triunfar en Madrid, y a pesar de su irregularidad, regalará a la afición actuaciones plausibles.

Alex Mumbrú, que vuelve a Madrid, cuajó una buena actuación y dejó entrever cuál será su papel en el equipo. Su lanzamiento de tres es una de sus mejores armas, y por su altura y agilidad, se convertirá en uno de los pilares defensivos del Madrid de Plaza.

Pero qué duda cabe que siguen existiendo algunos puntos débiles que deberán ser reforzados. Con Sonseca lesionado para dos o tres meses, el Madrid deberá otorgar muchos minutos a Sinanovic, mientras que Hamilton y Reyes tendrán que complementarse en la posición de 'cinco', la única que no está bien cubierta.

Con la contratación a principios de verano de Smith, el club cerró la posibilidad de contratar un 'center' extracomunitario, ya que las dos fichas estaban ocupadas por la pareja de estadounidenses formada por Bullock y el propio Smith. Ahora, la apuesta les puede salir bien o mal, pero qué duda cabe que el aroma que desprende este equipo es mucho más atractivo que el del año pasado.

El Madrid de Maljkovic, ése donde el balón acababa en un 80% de ocasiones lanzado por Bullock o Rakocevic, ése en el que los pívots parecían no contar en ataque y en donde el juego estático era la mayor pesadilla para el aficionado, ha sido enterrado. Pero tampoco hay que denostarlo por completo. El espíritu 'guerrero' que Maljkovic supo infundir, permanecerá vigente. Compruébenlo.

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