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El carácter estimulante, favorecedor, de las cualidades particulares: es un buen filtro de cara a las movidas colectivas

Narrativas particulares

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Si hacemos caso a las manifestaciones públicas en toda clase de medios, los relatos particulares parecen inexistentes. Cada uno sabe muy bien lo que le cuesta mantener el HILO de su VIDA a través de las vicisitudes, con algún brote placentero entre la cruda competencia existencial. Sin embargo, los empoderados prepotentes dejan de lado aquellas vivencia singulares. A la indiferencia por esas existencias le sigue el ovido, con frecuencia transformado en actitudes corruptas injustificables. Ocurre en los diferentes sectores sociales (Económicos, empresariales, religiosos, políticos), con la frustración disgregadora consiguiente. La agitación moderna favorece esta separación, dificulta las necesarias colaboraciones para la mejor convivencia civilizada.

Contra lo presumible, los SILENCIAMIENTOS lamentables engendran evidencias muy notables. Acaso dentro de la Unión Europea no sufrimos importantes apagones de ese tipo; el mero testimonio de los agricultores, pescadores o profesionales autónomos, servirá para la visualización de ese enfoque de las labores gestoras erigidas en poder intratable. Con las eléctricas, telefonías, instituciones, es frecuente vernos como ciudadanos apartados, con la única conexión impersonal a través de un número como oráculo. La relevancia de los pormenores del ciudadano queda relegada al servicio de estructuras montadas sobre otros objetivos. La cacareada apertura de los medios informativos no esconde su dictadura solapada.

No basta con la actividad de la práctica corriente sin más adjetivos. La actuación simple no establece una auténtica narrativa, se limita a hechos aislados. Por eso, la denominada narrativa personal practicamente no existe cuando este sujeto está recluido en una actitud solipsista de rutina y subsistencia, muy apartado del trato con los demás. El SENTIDO personal acude primero a los pequeños círculos de trato próximo, sin mayores aperturas, aunque sí con ciertas relaciones. En los pasos siguientes amplían su campo de relación hasta alcanzar su implicación con el resto de la sociedad, incluidas sus proyecciones hacia el futuro. En la medida de su apertura relacional incrementa la envergadura consistente de su relato.

Ahora bien, vemos a diario gente dicharachera declarando su carácter abierto, promoviendo respuestas rotundas frente a los problemas acuciantes (Pobreza, clima, biodiversidad, emigración); mientras dejan entrever una deficiencia preocupante; centrados en sus propuestas, no miran otros condicionantes. Postergan la COMPRENSIÓN multifactorial de la sociedad. No atienden a la percepción adecuada de la realidad, los recursos, argumentos latentes o manifiestos. Es una distinción importante, porque plantea la disyuntiva de gente atenta en exclusiva a sus impulsos, frente a quienes los adecuan con el conjunto. Los grupos de una u otra tendencia son bien visibles en los ambientes actuales un tanto revueltos.

Los retos son cotidianos, no dan respiro, además, son cambiantes y con frecuencia equívocos; nos vemos abocados al aprendizaje continuo. Como primer paso para que le respeten a uno sus planteamientos y los tengan en cuenta; han de existir esos planes, con el esfuerzo básico para el entendimiento, la interpretación correcta de la actualidad, teniendo en cuenta las posibles repercusiones de cuanto se proyecte y un esquema coherente de actuaciones. La FRIVOLIDAD desdeñosa con esos condicionamientos, sólo conduce a un desbarajuste sin remedio, con bandazos indiscriminados y secuelas imprevisibles. La degradación se incrementa cuando la práctica de esa frivolidad acontece entre los gestores públicos.

En estas narrativas, la biología se adentra en las actitudes adoptadas por el individuo según las circunstancias. El inicio puede asociarse a pequeños talismanes, juguetes, fotos u objetos entrañables; con frecuencia persistentes a lo largo de la vida como símbolo, su pequeñez física no impide su potente significado para el protagonista. Las PERSPECTIVAS personales enlazan con los considerados como datos objetivos, quedando modeladas por los entornos. El conjunto de los relatos existenciales no invalida la peculiaridad de cada narrativa, dependerá de las respuestas individuales a los retos sucesivos. Como obstáculo figuran los intentos atosigantes por parte de los intrigantes de variado cuño.

En estas andanzas existe un sector inviolable, por la intimidad de sus características. Me refiero a esa región de los ANHELOS, traducidos en intenciones o deseos, verdadera propiedad de cada sujeto; si bien, por su cercanía con el subconsciente, muchas veces no permiten el pleno dominio de la persona sobre ellos. Están muy relacionados con los restantes componentes de la personalidad. Son determinantes para los enfoques proyectivos del diseño personal, con indudables repercusiones sobre los actos desarrollados y las secuelas derivadas en la trama social. Valen poco las declaraciones, por subjetivas y los complejos mecanismos de su configuración, pero son factores cruciales.

Comprobamos a diario la proliferación de aspirantes al ejercicio de “Gran Hermano”, abusando de los hermanos descuidados, usándolos para sus trapicheos. El mejor antídoto es la formación de personas cargadas de apoyos argumentales. Si se consigue esa suma, la pluralidad reconfortante tendrá el camino expedito. Se trata de desbaratar los algoritmos subrepticios de los empoderados entronizados con la participación activa de unos ciudadanos CRÍTICOS habituados al análisis del entorno, dedicados a la búsqueda razonada de las decisiones convenientes. También resulta insoslayable el enlace ético ante esas presencias plurales enriquecedoras. Crítica y Ética son imprescindibles.

Ni el silencio ni las palabras, menos aún los improperios o los voceríos, representan conclusiones sólidas. No pasan de ser instrumentos en el proceso, siendo sus rumbos plurivalentes. Configuran, eso sí, las TENDENCIAS fundamentales del desarrollo vital. Poéticas, con apego preferente a la sensibilidad, emociones, anhelos. Racionalista, centrada en la pretendida demostración de datos certeros. Y la rutinaria, sin apegos relevantes en su adaptación a cada son. Sin embargo, la compleja trama de las vidas implicadas reúne porciones incompletas de cada una. El predominio de las tendencias no es de carácter absoluto ni permanente, funcionan con las variaciones circunstanciales.

Ahora se habla mucho de datos concretos, elaborados con escasa transparencia, ideados para ser asumidos por todos; pero establecidos al gusto de unos cuantos. Con frecuencia son incompletos e insidiosos. Dietas mágicas, sin valoración de pormenores; memoria histórica de unos cuantos; orientación educativa ahormada, criterios artísticos ¡económicos!; etc. Nada que ver con los discursos particulares. Cuando, con las carencias que arrastramos como humanos, funcionamos tan menesterosos (Desequilibrios, violencias, insatisfacciones), no nos vendría mal la promoción de los MANANTIALES exuberantes surgidos desde las cualidades de cada sujeto. Favoreceríamos al mismo tiempo el sentido gratificante personal al escribir sus propias narraciones. El conjunto no puede prescindir de las particularidades. Los empeños en contrario son apropiaciones indebidas de efectos frustrantes.

Narrativas particulares

El carácter estimulante, favorecedor, de las cualidades particulares: es un buen filtro de cara a las movidas colectivas
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 22 de noviembre de 2019, 08:56 h (CET)

Si hacemos caso a las manifestaciones públicas en toda clase de medios, los relatos particulares parecen inexistentes. Cada uno sabe muy bien lo que le cuesta mantener el HILO de su VIDA a través de las vicisitudes, con algún brote placentero entre la cruda competencia existencial. Sin embargo, los empoderados prepotentes dejan de lado aquellas vivencia singulares. A la indiferencia por esas existencias le sigue el ovido, con frecuencia transformado en actitudes corruptas injustificables. Ocurre en los diferentes sectores sociales (Económicos, empresariales, religiosos, políticos), con la frustración disgregadora consiguiente. La agitación moderna favorece esta separación, dificulta las necesarias colaboraciones para la mejor convivencia civilizada.

Contra lo presumible, los SILENCIAMIENTOS lamentables engendran evidencias muy notables. Acaso dentro de la Unión Europea no sufrimos importantes apagones de ese tipo; el mero testimonio de los agricultores, pescadores o profesionales autónomos, servirá para la visualización de ese enfoque de las labores gestoras erigidas en poder intratable. Con las eléctricas, telefonías, instituciones, es frecuente vernos como ciudadanos apartados, con la única conexión impersonal a través de un número como oráculo. La relevancia de los pormenores del ciudadano queda relegada al servicio de estructuras montadas sobre otros objetivos. La cacareada apertura de los medios informativos no esconde su dictadura solapada.

No basta con la actividad de la práctica corriente sin más adjetivos. La actuación simple no establece una auténtica narrativa, se limita a hechos aislados. Por eso, la denominada narrativa personal practicamente no existe cuando este sujeto está recluido en una actitud solipsista de rutina y subsistencia, muy apartado del trato con los demás. El SENTIDO personal acude primero a los pequeños círculos de trato próximo, sin mayores aperturas, aunque sí con ciertas relaciones. En los pasos siguientes amplían su campo de relación hasta alcanzar su implicación con el resto de la sociedad, incluidas sus proyecciones hacia el futuro. En la medida de su apertura relacional incrementa la envergadura consistente de su relato.

Ahora bien, vemos a diario gente dicharachera declarando su carácter abierto, promoviendo respuestas rotundas frente a los problemas acuciantes (Pobreza, clima, biodiversidad, emigración); mientras dejan entrever una deficiencia preocupante; centrados en sus propuestas, no miran otros condicionantes. Postergan la COMPRENSIÓN multifactorial de la sociedad. No atienden a la percepción adecuada de la realidad, los recursos, argumentos latentes o manifiestos. Es una distinción importante, porque plantea la disyuntiva de gente atenta en exclusiva a sus impulsos, frente a quienes los adecuan con el conjunto. Los grupos de una u otra tendencia son bien visibles en los ambientes actuales un tanto revueltos.

Los retos son cotidianos, no dan respiro, además, son cambiantes y con frecuencia equívocos; nos vemos abocados al aprendizaje continuo. Como primer paso para que le respeten a uno sus planteamientos y los tengan en cuenta; han de existir esos planes, con el esfuerzo básico para el entendimiento, la interpretación correcta de la actualidad, teniendo en cuenta las posibles repercusiones de cuanto se proyecte y un esquema coherente de actuaciones. La FRIVOLIDAD desdeñosa con esos condicionamientos, sólo conduce a un desbarajuste sin remedio, con bandazos indiscriminados y secuelas imprevisibles. La degradación se incrementa cuando la práctica de esa frivolidad acontece entre los gestores públicos.

En estas narrativas, la biología se adentra en las actitudes adoptadas por el individuo según las circunstancias. El inicio puede asociarse a pequeños talismanes, juguetes, fotos u objetos entrañables; con frecuencia persistentes a lo largo de la vida como símbolo, su pequeñez física no impide su potente significado para el protagonista. Las PERSPECTIVAS personales enlazan con los considerados como datos objetivos, quedando modeladas por los entornos. El conjunto de los relatos existenciales no invalida la peculiaridad de cada narrativa, dependerá de las respuestas individuales a los retos sucesivos. Como obstáculo figuran los intentos atosigantes por parte de los intrigantes de variado cuño.

En estas andanzas existe un sector inviolable, por la intimidad de sus características. Me refiero a esa región de los ANHELOS, traducidos en intenciones o deseos, verdadera propiedad de cada sujeto; si bien, por su cercanía con el subconsciente, muchas veces no permiten el pleno dominio de la persona sobre ellos. Están muy relacionados con los restantes componentes de la personalidad. Son determinantes para los enfoques proyectivos del diseño personal, con indudables repercusiones sobre los actos desarrollados y las secuelas derivadas en la trama social. Valen poco las declaraciones, por subjetivas y los complejos mecanismos de su configuración, pero son factores cruciales.

Comprobamos a diario la proliferación de aspirantes al ejercicio de “Gran Hermano”, abusando de los hermanos descuidados, usándolos para sus trapicheos. El mejor antídoto es la formación de personas cargadas de apoyos argumentales. Si se consigue esa suma, la pluralidad reconfortante tendrá el camino expedito. Se trata de desbaratar los algoritmos subrepticios de los empoderados entronizados con la participación activa de unos ciudadanos CRÍTICOS habituados al análisis del entorno, dedicados a la búsqueda razonada de las decisiones convenientes. También resulta insoslayable el enlace ético ante esas presencias plurales enriquecedoras. Crítica y Ética son imprescindibles.

Ni el silencio ni las palabras, menos aún los improperios o los voceríos, representan conclusiones sólidas. No pasan de ser instrumentos en el proceso, siendo sus rumbos plurivalentes. Configuran, eso sí, las TENDENCIAS fundamentales del desarrollo vital. Poéticas, con apego preferente a la sensibilidad, emociones, anhelos. Racionalista, centrada en la pretendida demostración de datos certeros. Y la rutinaria, sin apegos relevantes en su adaptación a cada son. Sin embargo, la compleja trama de las vidas implicadas reúne porciones incompletas de cada una. El predominio de las tendencias no es de carácter absoluto ni permanente, funcionan con las variaciones circunstanciales.

Ahora se habla mucho de datos concretos, elaborados con escasa transparencia, ideados para ser asumidos por todos; pero establecidos al gusto de unos cuantos. Con frecuencia son incompletos e insidiosos. Dietas mágicas, sin valoración de pormenores; memoria histórica de unos cuantos; orientación educativa ahormada, criterios artísticos ¡económicos!; etc. Nada que ver con los discursos particulares. Cuando, con las carencias que arrastramos como humanos, funcionamos tan menesterosos (Desequilibrios, violencias, insatisfacciones), no nos vendría mal la promoción de los MANANTIALES exuberantes surgidos desde las cualidades de cada sujeto. Favoreceríamos al mismo tiempo el sentido gratificante personal al escribir sus propias narraciones. El conjunto no puede prescindir de las particularidades. Los empeños en contrario son apropiaciones indebidas de efectos frustrantes.

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