Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | España | Política
Cuando escribo este artículo son la 12 del día 11 de los corrientes

Aznar

|

Hace unas horas varios millones de persona (piénsese que son muchos los parados que, en contra de su voluntad –dadas su dramática situación laboral-, están ociosos frente a la tele). O, para abrir camino, sin rodeos, mirando Antena 3TV. Pues hoy estaba comprometido el Sr, Aznar con dicha cadena para ser entrevistado por la presentadora y conductora del programa matutino. Y este caballero crea siempre expectativas. Más por lo que no dice que por lo que dice; más por la mentiras –envueltas en celofán-, que por las verdades; más por sus aires presuntuosos y cargados de orgullo, que por su falta humildad –que es grande- y por lo que hubiera podido hacer bien durante su mandato al frente del Gobierno español; más por las ganas de exhibirse como salvador, que como un ciudadano que, tras su experiencia, podría aportar ideas positivas a su partido y al propio Gobierno de su partido. Pero a el, puede que me equivoque, quien más le interesa es “él”.

Y, como la figura única e imprescindible de la política española, ahora se dedica a escribir libros y a pasearse por las televisiones que lo tratan con paños caliente -no cualquier televisión-, digo que pasea para contar todo lo que hizo bien, lo que se supone que hizo bien, y callar todo aquello –que fueron muchas cosas-que que hizo mal. Ignoro si existen precedentes de esta clase exmandatarios. Si no lo hay, sería mucho mejor.

Porque ahí está su pregón, contando y contando, hasta parecer faltarle la respiración, de todo aquello bueno que salvó a España. Al final, cuando acaba –que no es tan fácil que acabe cuando está en esta salsa- sonríe, como un caudillo victorioso, que viene a decir, más o menos: “Y es verdad: me siento feliz cuando cuento estas cosas”.

Cosas y cosas. Pero yo no debo, ni puedo, ni quiero decir nada de cuanto ya se ha dicho. Además, no ganaríamos nada con eso, creo. Pero cuando uno ve y oye a este señor, con aires de prepotencia, exhibiendo su buen saber hacer, irritante, es precisamente cuando menos veo esas grandes valías suyas de las que con tanto énfasis hace gala torera: “el único”, “el mejor”, “a quien hay que imitar”. Porque ya sabemos que el resto somos una pandilla de mequetrefes, que no sabemos ni donde tenemos la nariz.

Pues no, señor Aznar. No anterior presidente del Gobierno de España. No engreído. No hasta colmar el vaso ya colmado tanta veces.

Sepa que el perfil lo deben poner los demás.

Aznar

Cuando escribo este artículo son la 12 del día 11 de los corrientes
Manuel Senra
jueves, 7 de noviembre de 2013, 12:28 h (CET)
Hace unas horas varios millones de persona (piénsese que son muchos los parados que, en contra de su voluntad –dadas su dramática situación laboral-, están ociosos frente a la tele). O, para abrir camino, sin rodeos, mirando Antena 3TV. Pues hoy estaba comprometido el Sr, Aznar con dicha cadena para ser entrevistado por la presentadora y conductora del programa matutino. Y este caballero crea siempre expectativas. Más por lo que no dice que por lo que dice; más por la mentiras –envueltas en celofán-, que por las verdades; más por sus aires presuntuosos y cargados de orgullo, que por su falta humildad –que es grande- y por lo que hubiera podido hacer bien durante su mandato al frente del Gobierno español; más por las ganas de exhibirse como salvador, que como un ciudadano que, tras su experiencia, podría aportar ideas positivas a su partido y al propio Gobierno de su partido. Pero a el, puede que me equivoque, quien más le interesa es “él”.

Y, como la figura única e imprescindible de la política española, ahora se dedica a escribir libros y a pasearse por las televisiones que lo tratan con paños caliente -no cualquier televisión-, digo que pasea para contar todo lo que hizo bien, lo que se supone que hizo bien, y callar todo aquello –que fueron muchas cosas-que que hizo mal. Ignoro si existen precedentes de esta clase exmandatarios. Si no lo hay, sería mucho mejor.

Porque ahí está su pregón, contando y contando, hasta parecer faltarle la respiración, de todo aquello bueno que salvó a España. Al final, cuando acaba –que no es tan fácil que acabe cuando está en esta salsa- sonríe, como un caudillo victorioso, que viene a decir, más o menos: “Y es verdad: me siento feliz cuando cuento estas cosas”.

Cosas y cosas. Pero yo no debo, ni puedo, ni quiero decir nada de cuanto ya se ha dicho. Además, no ganaríamos nada con eso, creo. Pero cuando uno ve y oye a este señor, con aires de prepotencia, exhibiendo su buen saber hacer, irritante, es precisamente cuando menos veo esas grandes valías suyas de las que con tanto énfasis hace gala torera: “el único”, “el mejor”, “a quien hay que imitar”. Porque ya sabemos que el resto somos una pandilla de mequetrefes, que no sabemos ni donde tenemos la nariz.

Pues no, señor Aznar. No anterior presidente del Gobierno de España. No engreído. No hasta colmar el vaso ya colmado tanta veces.

Sepa que el perfil lo deben poner los demás.

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto