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Cierran inopinadamente la televisión valenciana

El Partido Popular rompe su juguete

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El 9 d’Octubre de 1989 éramos muchos los que estábamos esperando con un cierto grado de ilusión que se encendiera la pantalla del televisor para poder ver y escuchar una televisión pública hecha en Valencia y para los valencianos. Ya habíamos tenido una cata de cómo se quería que fuera aquella televisión que nacía de la mano del todavía PSPV-PSOE pero consensuada con el resto de fuerzas políticas, unos días antes del día del estreno oficial Canal 9 en sus emisiones en prueba tuvo que mojarse el culo, y nunca mejor traída la metáfora, con motivo de la “pantanada de Tous” que inundó, llevando el desastre, a pueblos y campos de La Ribera. Los profesionales de aquel incipiente medio de comunicación dieron la talla, informaron sin tapujos desde todos los rincones del desastre y, por primera vez, vimos el rostro de Xelo Miralles, que con su acento de la Safor, mostró a los valencianos que su lengua también servía para poder dar toda clase de noticias y que no era un simple objeto de risión en manos de malos humoristas al uso.

Los amigos, junto con algunos de los profesionales de aquella televisión, la noche del estreno lo celebramos, después de escuchar pro primera vez la película “Casablanca” doblada a nuestra lengua y oír la voz de Ovidi Montllor encarnando a ese pianista Sam al que Bogart le pedía que tocara otra vez la canción, y lo celebramos tomando copas en el viejo café Lisboa de la calle Cavallers, hoy el Lisboa sigue en pie, ahora en la plaza del Dr. Collado, pero Canal 9, nuestra televisión de aquellos momentos, ha desaparecido bajo la inculta y rígida batuta de Alberto Fabra, presidente interino de la Generalitat valenciana.

La televisión valenciana nació viciada, en la Ley de creación del ente en Julio de 1984 se decía que tenía que ser un instrumento para impulsar el valenciano y que debía servir para unir el país al amparo de su programación. Es verdad que durante la época socialista algunos de los programas que se crearon sirvieron para dar a conocer la lengua de los valencianos y también para dignificarla, pero pronto comenzó el castellano a hacerse presente en pantalla además de crearse por parte de la dirección de la RTVV un listado de palabras impronunciables en aquella santa casa por sonar “demasiado a catalán”, y es que el PSPV cada vez era más PSOE y miedoso ante las amenazas de la derecha más cerril del Estado iba cediendo cada día más y más a los imperativos de ésta.

Canal 9 ha muerto en Noviembre del 2013 pero su lenta muerte comenzó en Julio de 1995 cuando llega a la Presidencia de la Generalitat Eduardo Zaplana, en aquellos momentos las pérdidas de RTVV eran de 32 millones de euros, su plantilla de 653 trabajadores y el share de un 20 %. El PP en estos años ha aumentado la deuda hasta los 1.300 millones de euros, ha triplicado la plantilla y con su manipulación de la programación ha reducido el share de la cadena televisiva al 4 %. La debacle comenzó con Eduardo Zaplana, siguió con Olivas y Camps y ha finalizado con Fabra. La muchachada de la gaviota carroñera convirtió la televisión de los valencianos en un pesebre en el que colocar amigos, conocidos, saludados, hijas de políticos del PP y falleras mayores de Valencia que, en algunos casos, después de acompañar a Rita Barberá durante las mascletaes en el balcón municipal pasaban a tener un puesto fijo en la cadena televisiva que el Partido Popular ha gobernado durante años como su cortijo particular.

El PP, cuyos dirigentes se llenan la boca de valenciania, desde que llegó al poder tuvo como objetivo cumplir la primera frase de ese himno zarzuelero que aquello de “ofrendar nuevas glorias a España” y a fe que lo han hecho a la perfección con la mirada puesta en Madrid donde han acudido, genuflexos, a solicitar ordenes de sus superiores en la calle Génova. Primero el PSOE desmanteló la industria, recuerden la desaparición de los Altos Hornos de Sagunto, y la poca que quedaba la remató el PP para dar alas al boom del ladrillo y esa burbuja inmobiliaria que nos ha llevado al desastre económico, después entraron a saco en la banca autóctona para hundir en la miseria Bancaixa, la CAM y el Banco de València y ahora asesinan a golpe de decreto el único medio de comunicación que emitía, poco pero emitía, en valenciano. Y todo para quedar bien con sus amos de Madrid, ahora las noticias del País Valencià llegarán manipuladas por la prensa afín madrileña.

El Ere de la radio y televisión fue el capítulo final de esta muerte anunciada, al PP, como a otros partidos, les interesan los medios de comunicación oficiales mientras puedan hacer de ellos su aparato de agitación y propaganda y ahora, a la vista de las encuestas, a un PP perdedor de las próximas elecciones lo único que le interesa es desmantelar una radio y una televisión que podría caer en manos de sus adversarios políticos, han hecho suya la frase de “la mate porque era mía”, pero no era suya era de todos los valencianos que con nuestros impuestos hemos estado pagándola, lo mismo que hemos pagado todos los delirios de grandeza de los dirigentes del PP: Formula-1, America’s Cup, un aeropuerto sin aviones en Castelló y todo el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias entre otras cosas. Para esto Fabra y sus antecesores han tenido y dilapidado todo el dinero del mundo, ese dinero que ahora falta en sanidad, educación y bienestar social y que ha desaparecido en las arcas de Gürtel y otros golfos de similar calaña.

Para seguir con un medio de comunicación necesario en el País Valencià no hay dinero, que lo busquen en algunos bolsillos porque seguro que lo encuentran entre todos los que se han beneficiado de la borrachera de poder que el PP lleva entre pecho y espalda desde aquel día aciago en el que los valencianos les comenzaron a votar masivamente. También una gran parte de los valencianos, esa mayoría de votantes del PP, debería ahora hacer una autocrítica y asumir su parte de culpa en todos los desaguisados que la muchachada de la gaviota ha perpetrado amparándose en sus votos. Y otros que deberían haber criticado antes al poder son muchos de esos periodistas de Nou que al día siguiente del anuncio del cierre destaparon el tarro de las esencias contando todo lo que habían estado ocultando hasta el momento de ver que su puesto de trabajo estaba en peligro, algunos de los que ayer criticaban al PP llegaron a la televisión y escalaron puestos en ella de la mano de los dirigentes del Partido Popular, pero esto será objeto de otro artículo según se sucedan los acontecimientos.

El Partido Popular rompe su juguete

Cierran inopinadamente la televisión valenciana
Rafa Esteve-Casanova
jueves, 7 de noviembre de 2013, 09:53 h (CET)
El 9 d’Octubre de 1989 éramos muchos los que estábamos esperando con un cierto grado de ilusión que se encendiera la pantalla del televisor para poder ver y escuchar una televisión pública hecha en Valencia y para los valencianos. Ya habíamos tenido una cata de cómo se quería que fuera aquella televisión que nacía de la mano del todavía PSPV-PSOE pero consensuada con el resto de fuerzas políticas, unos días antes del día del estreno oficial Canal 9 en sus emisiones en prueba tuvo que mojarse el culo, y nunca mejor traída la metáfora, con motivo de la “pantanada de Tous” que inundó, llevando el desastre, a pueblos y campos de La Ribera. Los profesionales de aquel incipiente medio de comunicación dieron la talla, informaron sin tapujos desde todos los rincones del desastre y, por primera vez, vimos el rostro de Xelo Miralles, que con su acento de la Safor, mostró a los valencianos que su lengua también servía para poder dar toda clase de noticias y que no era un simple objeto de risión en manos de malos humoristas al uso.

Los amigos, junto con algunos de los profesionales de aquella televisión, la noche del estreno lo celebramos, después de escuchar pro primera vez la película “Casablanca” doblada a nuestra lengua y oír la voz de Ovidi Montllor encarnando a ese pianista Sam al que Bogart le pedía que tocara otra vez la canción, y lo celebramos tomando copas en el viejo café Lisboa de la calle Cavallers, hoy el Lisboa sigue en pie, ahora en la plaza del Dr. Collado, pero Canal 9, nuestra televisión de aquellos momentos, ha desaparecido bajo la inculta y rígida batuta de Alberto Fabra, presidente interino de la Generalitat valenciana.

La televisión valenciana nació viciada, en la Ley de creación del ente en Julio de 1984 se decía que tenía que ser un instrumento para impulsar el valenciano y que debía servir para unir el país al amparo de su programación. Es verdad que durante la época socialista algunos de los programas que se crearon sirvieron para dar a conocer la lengua de los valencianos y también para dignificarla, pero pronto comenzó el castellano a hacerse presente en pantalla además de crearse por parte de la dirección de la RTVV un listado de palabras impronunciables en aquella santa casa por sonar “demasiado a catalán”, y es que el PSPV cada vez era más PSOE y miedoso ante las amenazas de la derecha más cerril del Estado iba cediendo cada día más y más a los imperativos de ésta.

Canal 9 ha muerto en Noviembre del 2013 pero su lenta muerte comenzó en Julio de 1995 cuando llega a la Presidencia de la Generalitat Eduardo Zaplana, en aquellos momentos las pérdidas de RTVV eran de 32 millones de euros, su plantilla de 653 trabajadores y el share de un 20 %. El PP en estos años ha aumentado la deuda hasta los 1.300 millones de euros, ha triplicado la plantilla y con su manipulación de la programación ha reducido el share de la cadena televisiva al 4 %. La debacle comenzó con Eduardo Zaplana, siguió con Olivas y Camps y ha finalizado con Fabra. La muchachada de la gaviota carroñera convirtió la televisión de los valencianos en un pesebre en el que colocar amigos, conocidos, saludados, hijas de políticos del PP y falleras mayores de Valencia que, en algunos casos, después de acompañar a Rita Barberá durante las mascletaes en el balcón municipal pasaban a tener un puesto fijo en la cadena televisiva que el Partido Popular ha gobernado durante años como su cortijo particular.

El PP, cuyos dirigentes se llenan la boca de valenciania, desde que llegó al poder tuvo como objetivo cumplir la primera frase de ese himno zarzuelero que aquello de “ofrendar nuevas glorias a España” y a fe que lo han hecho a la perfección con la mirada puesta en Madrid donde han acudido, genuflexos, a solicitar ordenes de sus superiores en la calle Génova. Primero el PSOE desmanteló la industria, recuerden la desaparición de los Altos Hornos de Sagunto, y la poca que quedaba la remató el PP para dar alas al boom del ladrillo y esa burbuja inmobiliaria que nos ha llevado al desastre económico, después entraron a saco en la banca autóctona para hundir en la miseria Bancaixa, la CAM y el Banco de València y ahora asesinan a golpe de decreto el único medio de comunicación que emitía, poco pero emitía, en valenciano. Y todo para quedar bien con sus amos de Madrid, ahora las noticias del País Valencià llegarán manipuladas por la prensa afín madrileña.

El Ere de la radio y televisión fue el capítulo final de esta muerte anunciada, al PP, como a otros partidos, les interesan los medios de comunicación oficiales mientras puedan hacer de ellos su aparato de agitación y propaganda y ahora, a la vista de las encuestas, a un PP perdedor de las próximas elecciones lo único que le interesa es desmantelar una radio y una televisión que podría caer en manos de sus adversarios políticos, han hecho suya la frase de “la mate porque era mía”, pero no era suya era de todos los valencianos que con nuestros impuestos hemos estado pagándola, lo mismo que hemos pagado todos los delirios de grandeza de los dirigentes del PP: Formula-1, America’s Cup, un aeropuerto sin aviones en Castelló y todo el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias entre otras cosas. Para esto Fabra y sus antecesores han tenido y dilapidado todo el dinero del mundo, ese dinero que ahora falta en sanidad, educación y bienestar social y que ha desaparecido en las arcas de Gürtel y otros golfos de similar calaña.

Para seguir con un medio de comunicación necesario en el País Valencià no hay dinero, que lo busquen en algunos bolsillos porque seguro que lo encuentran entre todos los que se han beneficiado de la borrachera de poder que el PP lleva entre pecho y espalda desde aquel día aciago en el que los valencianos les comenzaron a votar masivamente. También una gran parte de los valencianos, esa mayoría de votantes del PP, debería ahora hacer una autocrítica y asumir su parte de culpa en todos los desaguisados que la muchachada de la gaviota ha perpetrado amparándose en sus votos. Y otros que deberían haber criticado antes al poder son muchos de esos periodistas de Nou que al día siguiente del anuncio del cierre destaparon el tarro de las esencias contando todo lo que habían estado ocultando hasta el momento de ver que su puesto de trabajo estaba en peligro, algunos de los que ayer criticaban al PP llegaron a la televisión y escalaron puestos en ella de la mano de los dirigentes del Partido Popular, pero esto será objeto de otro artículo según se sucedan los acontecimientos.

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