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Clasificado como líder

Atlético-Austria de Viena: Póker en Europa (4-0)

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Ficha técnica
4-Atlético de Madrid: Courtois (3); Juanfran (3), Miranda (3), Godín (3), Filipe Luis (3); Gabi (2), Tiago (3); Raul García (3), Adrián (2), Koke (3); Diego Costa (3).

0-Austria de Viena: Lindner (0); Koch (1), Ortlechner (0), Ramsebner (0), Leovac (1); Holland (1); Royer (0), Mader (0), Simkovic (1), Murg (0); Kienast (0).

Cambios: En el Atlético de Madrid Oliver Torres (3) por Adrián (min.45), Guilavogui (2) por Tiago (min.62) y Cebolla (2) por Koke (min.65); y en el Austria de Viena Suttner (0) por Murg (min.52), Hosiner (1) por Simkovic (min.52) y Dilaver (0) por Mader (min.68).

Árbitro: Itsvan Vad (húngaro) (3). En los visitantes amonestó a Ramsebner (70’) y Ortlechner (75’).

Incidencias: 35.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón. Terreno de juego en buenas condiciones. Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liguilla de grupos.

Datos destacables
Lo mejor: Oliver Torres
El canterazo cuajó una segunda parte sobresaliente demostrando que tiene un talento innato.

Lo peor: Esguince de Adrián
El asturiano tuvo que retirarse al descanso por un esguince en el tobillo izquierdo. No le salen las cosas.

El dato: Clasificados
Tras el empate entre el Zenit y el Oporto en Rusia el Atlético queda clasificado como primero del grupo G.

 

Nunca un resultado fue tan previsible en una noche europea en el Manzanares. Como el traidor de la corte que subía a la guillotina sabiendo el desenlace final, llegó el Austria de Viena al Calderón. El Atlético empezó el encuentro sabiendo que, tras el empate del Zenit y el Oporto, ganando se aseguraba el pase a octavos como primero de grupo. Y no tardó demasiado en hacer los deberes. 

A los veinte minutos el encuentro ya estaba sentenciado. Se esperaban más rotaciones en el once inicial del Cholo ante un rival débil que lucharía por no descender a segunda en la liga española. Pero el técnico rojiblanco sacó a su once de gala a excepción de Turan (lesionado) y Villa (en el banco), dando la enésima oportunidad a Adrián y premiando la buena temporada de Raúl García. 

Los goles empezaron a llover en cuanto el Atlético metió tercera. Miranda, el eterno ídolo de la hinchada colchonera por su gol en la final de Copa, aprovechó un balón rechazado tras un saque de esquina. Lo que suele hacer con la cabeza lo hizo con el pie. Y el Calderón volvió a rendirse ante él, un futbolista silencioso, del que nadie habla y que saca sus partidos con matrícula de honor. Siempre. 

El segundo tanto no tardaría en llegar. En una de sus apariciones por banda Diego Costa la pica al punto de penalti y Raúl García hizo lo único que sabe hacer como futbolista: cabecear. Le sirve para seguir siendo el jugador número doce de Simeone. El navarro es torpe como un pingüino con el balón en los pies pero un auténtico depredador en el juego aéreo. De todo hace falta en un equipo. 

Antes del descanso, Filipe Luis se sumaría a la fiesta. Internada de Juanfran hasta la cocina, fallo de Adrián al rematar (otro más) y el brasileño, con el balón franco, fusila la portería. Al guardameta austriaco tampoco le costó sangre, sudor y lágrimas despejar la pelota. 

La segunda parte fue como el patio del colegio. El que más se divirtió fue Oliver Torres, que salió desde el banquillo para hacer un prólogo de lo que puede ser su carrera deportiva: mandó sobre el campo, movió al equipo, jugó e hizo jugar. Es como una especie de Iniesta pero con las pulsaciones a 220. De sus botas nació la jugada del cuarto gol, obra de Diego Costa, quien previamente falló su segundo penalti en apenas tres partidos. 

De haber necesitado ocho goles el Atlético para ganar el partido, los habría metido. El bolo ante el Austria de Viena sirvió también para ver durante unos minutos a Guilavogui, un negro patilargo y elástico que recuerda mucho a Yaya Touré. 

Con dos jornadas todavía por disputarse, el Atlético ya está como cabeza de serie en el bombo de octavos. Los encuentros ante el Zenit en Rusia y Oporto en el Calderón solo servirán para engordar unas cifras históricas, también en Europa. Y este año el premio es el gordo.

Atlético-Austria de Viena: Póker en Europa (4-0)

Clasificado como líder
Daniel Sanabria
jueves, 7 de noviembre de 2013, 00:08 h (CET)

Ficha técnica
4-Atlético de Madrid: Courtois (3); Juanfran (3), Miranda (3), Godín (3), Filipe Luis (3); Gabi (2), Tiago (3); Raul García (3), Adrián (2), Koke (3); Diego Costa (3).

0-Austria de Viena: Lindner (0); Koch (1), Ortlechner (0), Ramsebner (0), Leovac (1); Holland (1); Royer (0), Mader (0), Simkovic (1), Murg (0); Kienast (0).

Cambios: En el Atlético de Madrid Oliver Torres (3) por Adrián (min.45), Guilavogui (2) por Tiago (min.62) y Cebolla (2) por Koke (min.65); y en el Austria de Viena Suttner (0) por Murg (min.52), Hosiner (1) por Simkovic (min.52) y Dilaver (0) por Mader (min.68).

Árbitro: Itsvan Vad (húngaro) (3). En los visitantes amonestó a Ramsebner (70’) y Ortlechner (75’).

Incidencias: 35.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón. Terreno de juego en buenas condiciones. Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liguilla de grupos.

Datos destacables
Lo mejor: Oliver Torres
El canterazo cuajó una segunda parte sobresaliente demostrando que tiene un talento innato.

Lo peor: Esguince de Adrián
El asturiano tuvo que retirarse al descanso por un esguince en el tobillo izquierdo. No le salen las cosas.

El dato: Clasificados
Tras el empate entre el Zenit y el Oporto en Rusia el Atlético queda clasificado como primero del grupo G.

 

Nunca un resultado fue tan previsible en una noche europea en el Manzanares. Como el traidor de la corte que subía a la guillotina sabiendo el desenlace final, llegó el Austria de Viena al Calderón. El Atlético empezó el encuentro sabiendo que, tras el empate del Zenit y el Oporto, ganando se aseguraba el pase a octavos como primero de grupo. Y no tardó demasiado en hacer los deberes. 

A los veinte minutos el encuentro ya estaba sentenciado. Se esperaban más rotaciones en el once inicial del Cholo ante un rival débil que lucharía por no descender a segunda en la liga española. Pero el técnico rojiblanco sacó a su once de gala a excepción de Turan (lesionado) y Villa (en el banco), dando la enésima oportunidad a Adrián y premiando la buena temporada de Raúl García. 

Los goles empezaron a llover en cuanto el Atlético metió tercera. Miranda, el eterno ídolo de la hinchada colchonera por su gol en la final de Copa, aprovechó un balón rechazado tras un saque de esquina. Lo que suele hacer con la cabeza lo hizo con el pie. Y el Calderón volvió a rendirse ante él, un futbolista silencioso, del que nadie habla y que saca sus partidos con matrícula de honor. Siempre. 

El segundo tanto no tardaría en llegar. En una de sus apariciones por banda Diego Costa la pica al punto de penalti y Raúl García hizo lo único que sabe hacer como futbolista: cabecear. Le sirve para seguir siendo el jugador número doce de Simeone. El navarro es torpe como un pingüino con el balón en los pies pero un auténtico depredador en el juego aéreo. De todo hace falta en un equipo. 

Antes del descanso, Filipe Luis se sumaría a la fiesta. Internada de Juanfran hasta la cocina, fallo de Adrián al rematar (otro más) y el brasileño, con el balón franco, fusila la portería. Al guardameta austriaco tampoco le costó sangre, sudor y lágrimas despejar la pelota. 

La segunda parte fue como el patio del colegio. El que más se divirtió fue Oliver Torres, que salió desde el banquillo para hacer un prólogo de lo que puede ser su carrera deportiva: mandó sobre el campo, movió al equipo, jugó e hizo jugar. Es como una especie de Iniesta pero con las pulsaciones a 220. De sus botas nació la jugada del cuarto gol, obra de Diego Costa, quien previamente falló su segundo penalti en apenas tres partidos. 

De haber necesitado ocho goles el Atlético para ganar el partido, los habría metido. El bolo ante el Austria de Viena sirvió también para ver durante unos minutos a Guilavogui, un negro patilargo y elástico que recuerda mucho a Yaya Touré. 

Con dos jornadas todavía por disputarse, el Atlético ya está como cabeza de serie en el bombo de octavos. Los encuentros ante el Zenit en Rusia y Oporto en el Calderón solo servirán para engordar unas cifras históricas, también en Europa. Y este año el premio es el gordo.

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