En Ferraz van levantando cabeza. Creen haber alejado la hecatombe italiana que supuso la desaparición al unísono de la socialdemocracia y la democracia cristiana. Yerran. Un sondeo encargado por los socialistas arroja por fin un resultado aceptable para los de Pérez Rubalcaba. Y es que, según dicho sondeo, el PSOE ganaría, a costa de un desplome brutal de la formación de Mariano Rajoy, las próximas elecciones europeas. Ello pese a bajar en votos y seguir sin más discurso que el del siglo pasado. Batacazo que a nadie sorprende y que en Génova no acaban de comprender. Viven en un universo paralelo. El universo del Sistema, en donde la plebe, el populacho, no importan aunque el gobierno tenga a todo el mundo furioso contra él.
La historia no nos resulta desconocida. Sucedió décadas atrás con la UCD de Adolfo Suárez, cuando éste se empeñó en pasar al PSOE de Felipe González por la izquierda. Fue el fin de esa amalgama de intereses, que no partido, llamado UCD. En ese mismo viaje hacia la nada se encuentra en estos momentos el PP. Comenzaba la cosa con el llamamiento de Rajoy a los liberales a abandonar la formación, allá por el abril del año 2008. Ahora lo entendemos. Basta con ver las políticas económicas del PP para darnos cuenta que la formación, antaño la más liberal, ha devenido en una especie de PSOE de 1982. El PP es ya el gran partido socialdemócrata español. Desde hace años la traición de los dirigentes, ansiosos por pasar a formar parte del consenso –en el que ahora mismo se afanan por incluir a los terroristas de ETA- no ha cesado.
Los pro-vida están enfadados por el retraso sine die de una ley del aborto que derogue la de Rodríguez Zapatero que permitía a las niñas de 16 años abortar sin conocimiento de sus padres. Los dueños de locales andan mosca no sólo por los impuestos del keynesiano Montoro, sino también porque el PP –ahora enfrascado en la tarea de estropear la llegada a España de la millonaria inversión de Eurovegas- no ha dado marcha atrás en la totalitaria ley antitabaco. La clase media enfurece a causa del saqueo a que se ve sometida para seguir manteniendo a la casta. Y las víctimas del terrorismo andan que no se lo creen al tener que asistir a patochadas complacientes con los malos, como las habituales en Iñaki Oyarzábal, presunto secretario de libertades de los populares, empeñado en lograr para el PP nacional los mismos resultados que ya ha conseguido obtener para el PP vasco. Su última hazaña, manosear la memoria del asesinado Gregorio Ordóñez.
Por otra parte, la burda operación sorayesca, así mato dos pájaros de un tiro, de colocar al frente de la candidatura popular a Esperanza Aguirre, de los pocos líderes del centro-derecha que mantiene el favor de sus bases, tampoco tiene visos de prosperar.
Así pues a nadie extrañe si en las próximas elecciones europeas, tan dadas al voto de castigo debido a que el parlamento europeo es un cementerio de elefantes sin apenas relevancia, el PP sacase los peores resultados de su historia. Se ve venir.