El pasado jueves cientos de personas, se supone que todas ellas militantes o simpatizantes del PP, se reunían en un hotel madrileño, cuya cadena me cuentan no está pagando las nóminas de sus empleados, para, bajo la dirección de Alejo Vidal Quadras y Santiago Abascal (“quiero volver a estar orgulloso de tener el carnet del PP”), poner -y con razón- de chupa de dómine al actual Partido Popular de Mariano Rajoy. Aseguraron ambos políticos que los descontentos con el PP, que son decenas de miles y muchos más en País Vasco y Cataluña en donde los dirigentes de la formación han llevado a ésta casi al borde de la extinción, van a pasar a la acción.
Lo cierto es que son muchas las personas de centro-derecha expectantes ante la posibilidad de que finalmente se materialice una escisión del PP, al modo y manera en que UPyD y su lideresa –que dirige la formación con mano de hierro- representan lo que hubiera sido el PSOE si Rosa Díez hubiera ganado aquél malhadado Congreso que supuso el advenimiento del nihilista e intelectualmente vacuo Rodríguez Zapatero, ahora metido a escritor. En este país ya escribe cualquiera. Si esta vez la cosa volviera a quedar, como ya sucediera con Reconversión y menda barrunta podría volver a suceder, en nada, la decepción de la mayoría de los que se acercaron a la calle Princesa con respecto a los políticos profesionales podría ser definitiva.
Horas antes de que lo hiciera la “disidencia” del PP, Albert Rivera se adelantaba anunciando una vez más, y van unas cuantas, la intención de su joven formación de salir de Cataluña. Y lo hacía presentado la Plataforma Movimiento Ciudadano, que en pocas horas tenía ya miles de seguidores en Twitter. Y es que Ciudadanos es el partido de moda entre los llamados constitucionalistas, que son los que defienden la unidad de la nación española, muy anterior a 1978. Ya lo decíamos algunos hace años cuando C´s parecía, según algunos analistas, abocado a la desaparición y algunos de sus militantes huían hacia UPyD: estos chicos tienen futuro. Y lo tienen porque no son políticos profesionales de esos que llevan décadas ocupando cargos públicos, porque tienen principios y van sin prisa pero sin pausa. Me alegro por ellos. Se lo han ganado con mucho esfuerzo y a golpe de disgustos.
En cuanto a las elecciones, dicen las encuestas que el 30% de los tradiciones votantes de PP y PSOE andan en busca de opción electoral para las próximas europeas. Y ahí, justo ahí, podría estar la opción de una alternativa. Si finalmente se concreta, es algo que sólo el tiempo dirá. Me da que unos no darán el paso y los otros tienen su vista puesta en 2015. Y que quizá otros sean quienes se decidan. Esperaremos.