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Etiquetas | Greta Thunberg | CDR | Reflexión
“El odio ha causado muchos problemas en el mundo, pero no ha ayudado a solucionar ninguno.” Maya Angelou

Las regañinas de la Thumberg y el odio entre españoles

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Por principio desconfío de todos estos presuntos salvadores de la humanidad, aquellos que de pronto se dan cuenta de que han sido puestos en este mundo para dedicarse a defender a los necesitados, quizá pensando que el primer necesitado que precisa salvarse es uno mismo. Personas que, en lugar de conformarse con llevar una vida como la de los demás, de desempeñar aquellos roles que corresponde a cada etapa de la vida de un ser humano, encuentran facilidades para explotar facetas de su personalidad a una edad demasiado temprana para poderlas desempeñar con conocimiento de causa y, lo suficientemente madura para no incurrir en exageraciones, no pretender convertirse en alguien que está por encima del resto de mortales o, al menos, tener la suficiente modestia y sentido de la realidad para evitar dejarse manipular, endiosar, utilizar o conducir por el control remoto de otros que esperan sacar beneficios personales, políticos, materiales o ideológicos de la persona que piensan utilizar para sus fines.

Ya hace algún tiempo que esta niñata, Greta Thunberg, con apenas 16 años, mucha fatuidad y escasa educación, decidió dejar lo que debería ser su oficio principal y más adecuado para su edad, como es el estudiar para aprender, para dedicarse a aleccionar a todos aquellos que, según ella, no han sabido calibrar suficientemente lo que es el cambio climático, los peligros que ello entraña y la necesidad de que todas las naciones tomen conciencia de los esfuerzos que es preciso realizar para evitar que los efectos negativos del cambio pudieran llegar a constituir un problema irresoluble para la humanidad. Presupone la pizpireta sueca que sólo ella se ha dado cuenta de los posibles peligros que entraña el cambio climático y, es muy probable que la culpa no sea todo suya y se deba a que, varios estamentos interesados en hacer propaganda de este tema, hayan encontrado en esta activista el modelo adecuado para utilizarla como señuelo en beneficio de su causa.

Ya empezamos por discrepar de aquellos que decidieron darle a una niña de 15 años, sin otros méritos que llevar un cartel de protesta, como tantos cientos de miles que lo han venido haciendo y los otros cientos de miles que lo harán en lo sucesivo, se le concediera un premio Right Livelihood por su lucha en la defensa del medio ambiente. Unos pocos años de salir a protestar, dejando sus estudios para convertirse en activista del cambio climática y ya tenemos a la gran heroína que, por cierto, no ha conseguido más que, algunos políticos y jefes de Estado que desean congraciarse con sus ciudadanos, la acojan como la salvadora del mundo aunque, luego, no hagan nada para justificar sus aparente preocupación por el medio ambiente. Personalmente he de decir que, cada vez que veo el rostro inquietante, congestionado, colérico y de niña enrabietada y mal criada me recuerda, y mucho aquella, cara contraída, endiablada y traumatizada de aquella niña de la película Poltergeist, producida por Steven Spielberg, que representaba a las mil maravillas el papel de una niña endemoniada que necesitaba, urgentemente, que alguien la desexorcizara.

Como siempre, nuestros actuales gobernantes en funciones, han encontrado una mina propagandística cuando esta niña repipi ha dicho que no quiere viajar en avión porque “contamina” y, por ello, busca un medio adecuado que no sea nocivo para el ambiente con el que poder cruzar el charco y venir a la Cumbre del Clima en Madrid por la lucha en la defensa del medio que se celebrará del 2 al 13 de diciembre. La señora ministra española de Transición Ecológica, señora Teresa Ribera, al tener noticia del problema de Greta, ha perdido, con perdón, el trasero para ofrecerse a ayudarla para que pueda llegar a tiempo al evento. Lo curioso es que parece que la Thunberg no ha contestado a la propuesta, lo que ha motivado el siguiente comentario de la ministra: “Seguramente lo está valorando”. Lo que no se sabe o al menos no ha llegado al gran público, es qué transporte sucedáneo está previsto utilizar porque si hablamos de barcos a motor mucho nos tememos que también contaminan con sus vertidos de combustibles al mar y nos cuesta pensar que piensan utilizar una balsa kontiki, como la del noruego Thor Heyerdahl, para que la intrépida defensora del medio ambiente no pueda quejarse de causar estragos irreparables. Estamos en tiempos de promociones mundiales y algunos, unos más que otros, saben cómo aprovechar los modernos medios de comunicación para hacer su Agosto. Quizá a esta niña prodigio, al fin y al cabo, no le sea necesario estudiar para sacarse una carrera, ya que es muy posible que, como tantos otros, consiga enriquecerse sin dar palo al agua, como se han convertido ya en algo habitual para aquellos que han hecho de sus martingalas un instrumento para vivir del cuento.

Pero en España parece que estamos empeñados en regresar a unos tiempos que muchos ya habíamos pensado que nunca volverían y, sin embargo, los acontecimientos que vienen teniendo lugar durante los últimos tiempos a cargo de los comunistas, socialistas y con especial intensidad y dureza a causa de los separatistas catalanes, que no desaprovechan ocasión alguna para insistir tercamente en convertir las calles en centro de sus quejas, manifestaciones, alborotos, agresiones a las fuerzas del orden y destrozos de mobiliario urbano y escaparates, lugares públicos convertidos en terreno abonado para que, los descerebrados que componen estos comandos catalanistas, denominados CDR, puedan actuar con plena indemnidad, completamente a sus anchas y sin temor a ser importunados por las fuerzas del orden que, a duras penas, se las ven y se las desean para poder contener a la multitud de descontrolados que intentan asaltar sedes oficiales, como ha sido el caso de los que se han portado como salvajes intentando boicotear los actos que los reyes de España han celebrado con motivo de la entrega de los premios de la Princesa Leonor, a personalidades destacadas en la promoción de negocios.

Y es que, señores, mucho nos tememos que aquellas simientes que vascos y catalanes, especialmente estos últimos, han ido sembrando en sus escuelas, desde parvularios hasta la misma universidad, infundiendo en la juventud ideas identitarias contrarias a la integración de Cataluña como una comunidad más de la nación española; adoctrinándolos en un rechazo hacia todo lo que viniera del resto de España e infundiéndoles el convencimiento de que el resto de españoles han venido siendo los culpables de todo lo malo que hoy en día sucede en esta comunidad, achacando a los gobiernos centrales y al resto de autonomías, la errada idea de que todos viven a costa del trabajo y las industrias catalanas.

Ahora, ya no se trata de meras simpatía o antipatías; de puntuales desencuentros entre unos y otros; de piques deportivos o diferencias por cuestiones territoriales; no señores ahora nos encontramos ante un rebrote de unos sentimientos que fueron los mismos que provocaron la Guerra Civil española y el enfrentamiento entre familias y entre miembros de una misma familia. Hemos llegado, debido a la incompetencia de nuestros políticos y a la cabezonería de una parte de los catalanes que no han sabido entender que a base de presionar, de amenazar, de coaccionar o de chantajear una parte de una región, no se puede hacer doblar la cerviz a todo un Estado y, menos aún, cuando se utilizan medios anticonstitucionales para pretender conseguir un fin espurio e irrazonable, como es el de pretender que Cataluña, una parte de España, pudiera independizarse de ella por el simple hecho de que, una parte que no es mayoritaria, pretenda imponer a la fuerza su criterio al resto de españoles y catalanes.

Y, por encima de todo, en las miradas de todos estos que han convertido las calles de Barcelona , Gerona, Tarragona o Lérida en lugares en los que se enarbolan banderas separatistas, en los que se abomina de España, se ataca y se pretende que abandonen Cataluña las fuerzas de orden público y se ponen en cuestión resoluciones de los más altos tribunales de la nación española; ha aparecido aquella pérfida mirada que fue la misma con la que los sicarios de la CNT, ERC, FAI y Juventudes Socialistas irrumpían en las iglesias, en las casas de los jueces, en las viviendas de las personas pudientes y familias católicas para amenazar, asesinar, conducir a las chekas para que fueran torturados y desvalijar a todos aquellos con los que, multitudes de desalmados, tenían cuentas pendientes o, simplemente, querían hacerles pagar con la vida el haber sido favorecidos por la fortuna o pertenecer a la iglesia católica. Hablamos, señores de las miradas de odio. Este odio que lleva a las personas a convertirse en verdaderos desalmados a los que no les importa llegar a la máxima crueldad para satisfacer sus instintos primarios sin que la moderación, la caridad o el sentido común, sean paliativos capaces de evitar que, impulsados por este inhumano sentimiento destructivo, se cometan los más horribles crímenes contra la humanidad.

Muchas personas que han quedado atrapadas por estos tumultos organizados por los CDR coinciden en afirmar que, lo que más les impresionó de dicha experiencia fue que, estos jóvenes que cubiertos con máscaras o tapados con medias o capuchones que les ocultaban el rostro, proferían gritos de amenaza, amenazaban con los puños o lanzaban miradas en las que relucía la llama de la insania y el odio en el que se escondían los más bajos instintos de los que tienen por único objetivo el acabar con la civilización, sin reparar en minucias para conseguir sus objetivos revolucionarios.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, a pocos días de que las urnas hablen una vez más, muchos estamos convencidos de que, sean cuales fueren los resultados que salgan de ellas, el problema más urgente, inaplazable y que entraña más peligro para la unidad y la estabilidad de España, será sin duda, el que hace referencia a devolver la paz a Cataluña. Lo que no vemos con claridad es que, según sean los que salgan elegidos en esta votación, sean capaces, tengan agallas o sepan conservar la vigencia de la Constitución para poner, por los medios que fueren necesarios, tope a esta sublevación larvada y sostenido desafío de los políticos catalanes en contra del Estado español, que no puede permitirse el seguir siendo cautivo de lo que unos cientos de miles de revolucionarios intenta hacer tragar al resto de españoles. Pudiera ser que, este odio que han venido almacenando en su interior todos estos terroristas catalanes y que, curiosamente, no parece ser compartido por el resto de españoles, a copia de exteriorizarlo, de insistir en ejercitarlo y de sobrepasar los límites que deben existir en cuanto a determinados sentimientos irracionales; llegara a contagiarse al resto de españoles pero, en esta ocasión, de signo contrario al de quienes han buscado la confrontación. Sólo queremos recordar una fecha que se ha convertido en tabú para la izquierda, pero que para los que resultaron vencedores de la contienda y fueron capaces de ceder, en lo que fue la transición, para que en España hubiera paz, hasta el punto de permitir que partidos, como el comunista y el socialista, se reinstauraran en España e, incluso, más adelante se les permitiera tener un estatuto de autonomía a todas las comunidades autónomas, que les ha venido confiriendo un poder que ni los länder alemanes tienen. Hubo un 18 de julio que acabó con las veleidades comunistas y separatistas en España, hubo una reconciliación entre los españoles de ambos bandos; nadie debe tensar tanto la soga que volvamos a repetir la jugada. ¡Sería un desastre que algunos pensaran que la historia no se repite!

Las regañinas de la Thumberg y el odio entre españoles

“El odio ha causado muchos problemas en el mundo, pero no ha ayudado a solucionar ninguno.” Maya Angelou
Miguel Massanet
miércoles, 6 de noviembre de 2019, 08:26 h (CET)

Por principio desconfío de todos estos presuntos salvadores de la humanidad, aquellos que de pronto se dan cuenta de que han sido puestos en este mundo para dedicarse a defender a los necesitados, quizá pensando que el primer necesitado que precisa salvarse es uno mismo. Personas que, en lugar de conformarse con llevar una vida como la de los demás, de desempeñar aquellos roles que corresponde a cada etapa de la vida de un ser humano, encuentran facilidades para explotar facetas de su personalidad a una edad demasiado temprana para poderlas desempeñar con conocimiento de causa y, lo suficientemente madura para no incurrir en exageraciones, no pretender convertirse en alguien que está por encima del resto de mortales o, al menos, tener la suficiente modestia y sentido de la realidad para evitar dejarse manipular, endiosar, utilizar o conducir por el control remoto de otros que esperan sacar beneficios personales, políticos, materiales o ideológicos de la persona que piensan utilizar para sus fines.

Ya hace algún tiempo que esta niñata, Greta Thunberg, con apenas 16 años, mucha fatuidad y escasa educación, decidió dejar lo que debería ser su oficio principal y más adecuado para su edad, como es el estudiar para aprender, para dedicarse a aleccionar a todos aquellos que, según ella, no han sabido calibrar suficientemente lo que es el cambio climático, los peligros que ello entraña y la necesidad de que todas las naciones tomen conciencia de los esfuerzos que es preciso realizar para evitar que los efectos negativos del cambio pudieran llegar a constituir un problema irresoluble para la humanidad. Presupone la pizpireta sueca que sólo ella se ha dado cuenta de los posibles peligros que entraña el cambio climático y, es muy probable que la culpa no sea todo suya y se deba a que, varios estamentos interesados en hacer propaganda de este tema, hayan encontrado en esta activista el modelo adecuado para utilizarla como señuelo en beneficio de su causa.

Ya empezamos por discrepar de aquellos que decidieron darle a una niña de 15 años, sin otros méritos que llevar un cartel de protesta, como tantos cientos de miles que lo han venido haciendo y los otros cientos de miles que lo harán en lo sucesivo, se le concediera un premio Right Livelihood por su lucha en la defensa del medio ambiente. Unos pocos años de salir a protestar, dejando sus estudios para convertirse en activista del cambio climática y ya tenemos a la gran heroína que, por cierto, no ha conseguido más que, algunos políticos y jefes de Estado que desean congraciarse con sus ciudadanos, la acojan como la salvadora del mundo aunque, luego, no hagan nada para justificar sus aparente preocupación por el medio ambiente. Personalmente he de decir que, cada vez que veo el rostro inquietante, congestionado, colérico y de niña enrabietada y mal criada me recuerda, y mucho aquella, cara contraída, endiablada y traumatizada de aquella niña de la película Poltergeist, producida por Steven Spielberg, que representaba a las mil maravillas el papel de una niña endemoniada que necesitaba, urgentemente, que alguien la desexorcizara.

Como siempre, nuestros actuales gobernantes en funciones, han encontrado una mina propagandística cuando esta niña repipi ha dicho que no quiere viajar en avión porque “contamina” y, por ello, busca un medio adecuado que no sea nocivo para el ambiente con el que poder cruzar el charco y venir a la Cumbre del Clima en Madrid por la lucha en la defensa del medio que se celebrará del 2 al 13 de diciembre. La señora ministra española de Transición Ecológica, señora Teresa Ribera, al tener noticia del problema de Greta, ha perdido, con perdón, el trasero para ofrecerse a ayudarla para que pueda llegar a tiempo al evento. Lo curioso es que parece que la Thunberg no ha contestado a la propuesta, lo que ha motivado el siguiente comentario de la ministra: “Seguramente lo está valorando”. Lo que no se sabe o al menos no ha llegado al gran público, es qué transporte sucedáneo está previsto utilizar porque si hablamos de barcos a motor mucho nos tememos que también contaminan con sus vertidos de combustibles al mar y nos cuesta pensar que piensan utilizar una balsa kontiki, como la del noruego Thor Heyerdahl, para que la intrépida defensora del medio ambiente no pueda quejarse de causar estragos irreparables. Estamos en tiempos de promociones mundiales y algunos, unos más que otros, saben cómo aprovechar los modernos medios de comunicación para hacer su Agosto. Quizá a esta niña prodigio, al fin y al cabo, no le sea necesario estudiar para sacarse una carrera, ya que es muy posible que, como tantos otros, consiga enriquecerse sin dar palo al agua, como se han convertido ya en algo habitual para aquellos que han hecho de sus martingalas un instrumento para vivir del cuento.

Pero en España parece que estamos empeñados en regresar a unos tiempos que muchos ya habíamos pensado que nunca volverían y, sin embargo, los acontecimientos que vienen teniendo lugar durante los últimos tiempos a cargo de los comunistas, socialistas y con especial intensidad y dureza a causa de los separatistas catalanes, que no desaprovechan ocasión alguna para insistir tercamente en convertir las calles en centro de sus quejas, manifestaciones, alborotos, agresiones a las fuerzas del orden y destrozos de mobiliario urbano y escaparates, lugares públicos convertidos en terreno abonado para que, los descerebrados que componen estos comandos catalanistas, denominados CDR, puedan actuar con plena indemnidad, completamente a sus anchas y sin temor a ser importunados por las fuerzas del orden que, a duras penas, se las ven y se las desean para poder contener a la multitud de descontrolados que intentan asaltar sedes oficiales, como ha sido el caso de los que se han portado como salvajes intentando boicotear los actos que los reyes de España han celebrado con motivo de la entrega de los premios de la Princesa Leonor, a personalidades destacadas en la promoción de negocios.

Y es que, señores, mucho nos tememos que aquellas simientes que vascos y catalanes, especialmente estos últimos, han ido sembrando en sus escuelas, desde parvularios hasta la misma universidad, infundiendo en la juventud ideas identitarias contrarias a la integración de Cataluña como una comunidad más de la nación española; adoctrinándolos en un rechazo hacia todo lo que viniera del resto de España e infundiéndoles el convencimiento de que el resto de españoles han venido siendo los culpables de todo lo malo que hoy en día sucede en esta comunidad, achacando a los gobiernos centrales y al resto de autonomías, la errada idea de que todos viven a costa del trabajo y las industrias catalanas.

Ahora, ya no se trata de meras simpatía o antipatías; de puntuales desencuentros entre unos y otros; de piques deportivos o diferencias por cuestiones territoriales; no señores ahora nos encontramos ante un rebrote de unos sentimientos que fueron los mismos que provocaron la Guerra Civil española y el enfrentamiento entre familias y entre miembros de una misma familia. Hemos llegado, debido a la incompetencia de nuestros políticos y a la cabezonería de una parte de los catalanes que no han sabido entender que a base de presionar, de amenazar, de coaccionar o de chantajear una parte de una región, no se puede hacer doblar la cerviz a todo un Estado y, menos aún, cuando se utilizan medios anticonstitucionales para pretender conseguir un fin espurio e irrazonable, como es el de pretender que Cataluña, una parte de España, pudiera independizarse de ella por el simple hecho de que, una parte que no es mayoritaria, pretenda imponer a la fuerza su criterio al resto de españoles y catalanes.

Y, por encima de todo, en las miradas de todos estos que han convertido las calles de Barcelona , Gerona, Tarragona o Lérida en lugares en los que se enarbolan banderas separatistas, en los que se abomina de España, se ataca y se pretende que abandonen Cataluña las fuerzas de orden público y se ponen en cuestión resoluciones de los más altos tribunales de la nación española; ha aparecido aquella pérfida mirada que fue la misma con la que los sicarios de la CNT, ERC, FAI y Juventudes Socialistas irrumpían en las iglesias, en las casas de los jueces, en las viviendas de las personas pudientes y familias católicas para amenazar, asesinar, conducir a las chekas para que fueran torturados y desvalijar a todos aquellos con los que, multitudes de desalmados, tenían cuentas pendientes o, simplemente, querían hacerles pagar con la vida el haber sido favorecidos por la fortuna o pertenecer a la iglesia católica. Hablamos, señores de las miradas de odio. Este odio que lleva a las personas a convertirse en verdaderos desalmados a los que no les importa llegar a la máxima crueldad para satisfacer sus instintos primarios sin que la moderación, la caridad o el sentido común, sean paliativos capaces de evitar que, impulsados por este inhumano sentimiento destructivo, se cometan los más horribles crímenes contra la humanidad.

Muchas personas que han quedado atrapadas por estos tumultos organizados por los CDR coinciden en afirmar que, lo que más les impresionó de dicha experiencia fue que, estos jóvenes que cubiertos con máscaras o tapados con medias o capuchones que les ocultaban el rostro, proferían gritos de amenaza, amenazaban con los puños o lanzaban miradas en las que relucía la llama de la insania y el odio en el que se escondían los más bajos instintos de los que tienen por único objetivo el acabar con la civilización, sin reparar en minucias para conseguir sus objetivos revolucionarios.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, a pocos días de que las urnas hablen una vez más, muchos estamos convencidos de que, sean cuales fueren los resultados que salgan de ellas, el problema más urgente, inaplazable y que entraña más peligro para la unidad y la estabilidad de España, será sin duda, el que hace referencia a devolver la paz a Cataluña. Lo que no vemos con claridad es que, según sean los que salgan elegidos en esta votación, sean capaces, tengan agallas o sepan conservar la vigencia de la Constitución para poner, por los medios que fueren necesarios, tope a esta sublevación larvada y sostenido desafío de los políticos catalanes en contra del Estado español, que no puede permitirse el seguir siendo cautivo de lo que unos cientos de miles de revolucionarios intenta hacer tragar al resto de españoles. Pudiera ser que, este odio que han venido almacenando en su interior todos estos terroristas catalanes y que, curiosamente, no parece ser compartido por el resto de españoles, a copia de exteriorizarlo, de insistir en ejercitarlo y de sobrepasar los límites que deben existir en cuanto a determinados sentimientos irracionales; llegara a contagiarse al resto de españoles pero, en esta ocasión, de signo contrario al de quienes han buscado la confrontación. Sólo queremos recordar una fecha que se ha convertido en tabú para la izquierda, pero que para los que resultaron vencedores de la contienda y fueron capaces de ceder, en lo que fue la transición, para que en España hubiera paz, hasta el punto de permitir que partidos, como el comunista y el socialista, se reinstauraran en España e, incluso, más adelante se les permitiera tener un estatuto de autonomía a todas las comunidades autónomas, que les ha venido confiriendo un poder que ni los länder alemanes tienen. Hubo un 18 de julio que acabó con las veleidades comunistas y separatistas en España, hubo una reconciliación entre los españoles de ambos bandos; nadie debe tensar tanto la soga que volvamos a repetir la jugada. ¡Sería un desastre que algunos pensaran que la historia no se repite!

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