Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Filosofía | Economía | Política
Si los partidos de izquierdas y de centroderecha estuvieran de acuerdo en aplicar la renta básica las cosas cambiarían

Filosofía de la economía

|

Se puede pensar que es utópico mejorar las condiciones de vida de las personas que lo necesitan, pero está a nuestro alcance. La sociedad debe tomar conciencia de que es posible y realmente lo es.


La aplicación de procedimientos redistributivos justos es algo realizable. Lo que es preciso es una voluntad decidida y firme para hacer las cosas que demanda una sociedad que dispone de más medios que nunca para afrontar los retos actuales.


Lo que propone en su libro sobre la renta básica el catedrático de Economía profesor Juan Torres López son diversas posibilidades existentes y efectivas fundamentadas o apoyadas en las investigaciones económicas más profundas y sólidas para acabar con la injusticia social existente en las sociedades neocapitalistas actuales. En realidad, la economía debe estar al servicio de las personas y no al revés como sucede actualmente.


Una subida de impuestos a las grandes empresas y bancos que logran unos beneficios enormes es algo de justicia, sin duda. La imposición de tasas a una parte de las actividades económica es otra medida posible y que redundaría en beneficio del Estado del bienestar en el que supuestamente estamos.


En definitiva, una mucho mejor distribución de las cargas impositivas y del gasto social sería lo deseable para que no haya una parte considerable de la sociedad que viva en el desamparo económico y social, sin protección del Estado. Mientras toda la ciudadanía no tome conciencia de esta problemática me parece que será difícil que las políticas sociales cambien en el sentido ya explicado.


Si los partidos de izquierdas y de centroderecha estuvieran de acuerdo en aplicar la renta básica en las diferentes modalidades que son aplicables a la realidad social española las cosas cambiarían.


El problema es que los enfoques de varias formaciones políticas en relación con las soluciones a los problemas económicos graves de una parte de los ciudadanos son claramente diferentes y no permiten la puesta en marcha de medidas comunes.


Con la inteligencia artificial, así como con las investigaciones de la microeconomía y la macroeconomía se puede ajustar y reajustar la política económica en un país como España para que desaparezca la pobreza y toda la gente que lo necesite pueda disponer de algún ingreso mínimo para no caer en la exclusión social. Y esto no es algo imposible, porque los economistas saben que se puede lograr, pero hace falta también que se transformen las mentalidades a corto plazo de muchas personas y que se valore la solidaridad intergeneracional y la justicia social.


En una sociedad todo el mundo se merece vivir satisfactoriamente desde el punto de vista material y con dignidad. Así lo afirma el texto constitucional que habla de suficiencia económica. Algo que está recogido con otros términos en los Derechos Humanos.


Desde las formaciones políticas españolas, especialmente desde algunas, estoy convencido de que debe replantearse que políticas económicas muy generales no sirven. Hace falta pensar en los más desfavorecidos y ayudarlos económicamente.


Y esto no puede quedar condicionado por el enriquecimiento exagerado de las grandes corporaciones o empresas de todo tipo. La riqueza de una sociedad es como una tarta y es preciso repartir las porciones de una forma justa y no de una manera que aumenta la desigualdad hasta niveles desproporcionados.


Por supuesto, la iniciativa privada es perfectamente legítima y se puede decir que necesaria. Ningún país puede salir adelante únicamente con el sector público desde una perspectiva económica, pero esto no quiere decir tampoco que esté permitido todo en el ámbito de las actividades empresariales.


Luchar contra la economía sumergida, contra el fraude a la Agencia Tributaria, y contra el incumplimiento de la legislación laboral vigente son tareas que corresponden a los organismos competentes del Estado, pero que también dan una idea de todo lo que se está haciendo y de lo queda por realizar para una mejor redistribución de la riqueza que producen todos los ciudadanos. Esto no conviene olvidarlo.


En conclusión, se puede hacer mucho más de lo que se cree. De lo que se trata, desde un planteamiento puramente técnico, es de valorar las mejores medidas para garantizar, de una manera inmediata, que nadie pase necesidad económica grave en ninguna etapa de su vida. Esto es lo esencial. Lo demás ya es menos importante y puede estar abierto a debates y polémicas, pero las matemáticas de la renta básica o social son precisas y claras.




Filosofía de la economía

Si los partidos de izquierdas y de centroderecha estuvieran de acuerdo en aplicar la renta básica las cosas cambiarían
José Manuel López García
viernes, 1 de noviembre de 2019, 09:48 h (CET)

Se puede pensar que es utópico mejorar las condiciones de vida de las personas que lo necesitan, pero está a nuestro alcance. La sociedad debe tomar conciencia de que es posible y realmente lo es.


La aplicación de procedimientos redistributivos justos es algo realizable. Lo que es preciso es una voluntad decidida y firme para hacer las cosas que demanda una sociedad que dispone de más medios que nunca para afrontar los retos actuales.


Lo que propone en su libro sobre la renta básica el catedrático de Economía profesor Juan Torres López son diversas posibilidades existentes y efectivas fundamentadas o apoyadas en las investigaciones económicas más profundas y sólidas para acabar con la injusticia social existente en las sociedades neocapitalistas actuales. En realidad, la economía debe estar al servicio de las personas y no al revés como sucede actualmente.


Una subida de impuestos a las grandes empresas y bancos que logran unos beneficios enormes es algo de justicia, sin duda. La imposición de tasas a una parte de las actividades económica es otra medida posible y que redundaría en beneficio del Estado del bienestar en el que supuestamente estamos.


En definitiva, una mucho mejor distribución de las cargas impositivas y del gasto social sería lo deseable para que no haya una parte considerable de la sociedad que viva en el desamparo económico y social, sin protección del Estado. Mientras toda la ciudadanía no tome conciencia de esta problemática me parece que será difícil que las políticas sociales cambien en el sentido ya explicado.


Si los partidos de izquierdas y de centroderecha estuvieran de acuerdo en aplicar la renta básica en las diferentes modalidades que son aplicables a la realidad social española las cosas cambiarían.


El problema es que los enfoques de varias formaciones políticas en relación con las soluciones a los problemas económicos graves de una parte de los ciudadanos son claramente diferentes y no permiten la puesta en marcha de medidas comunes.


Con la inteligencia artificial, así como con las investigaciones de la microeconomía y la macroeconomía se puede ajustar y reajustar la política económica en un país como España para que desaparezca la pobreza y toda la gente que lo necesite pueda disponer de algún ingreso mínimo para no caer en la exclusión social. Y esto no es algo imposible, porque los economistas saben que se puede lograr, pero hace falta también que se transformen las mentalidades a corto plazo de muchas personas y que se valore la solidaridad intergeneracional y la justicia social.


En una sociedad todo el mundo se merece vivir satisfactoriamente desde el punto de vista material y con dignidad. Así lo afirma el texto constitucional que habla de suficiencia económica. Algo que está recogido con otros términos en los Derechos Humanos.


Desde las formaciones políticas españolas, especialmente desde algunas, estoy convencido de que debe replantearse que políticas económicas muy generales no sirven. Hace falta pensar en los más desfavorecidos y ayudarlos económicamente.


Y esto no puede quedar condicionado por el enriquecimiento exagerado de las grandes corporaciones o empresas de todo tipo. La riqueza de una sociedad es como una tarta y es preciso repartir las porciones de una forma justa y no de una manera que aumenta la desigualdad hasta niveles desproporcionados.


Por supuesto, la iniciativa privada es perfectamente legítima y se puede decir que necesaria. Ningún país puede salir adelante únicamente con el sector público desde una perspectiva económica, pero esto no quiere decir tampoco que esté permitido todo en el ámbito de las actividades empresariales.


Luchar contra la economía sumergida, contra el fraude a la Agencia Tributaria, y contra el incumplimiento de la legislación laboral vigente son tareas que corresponden a los organismos competentes del Estado, pero que también dan una idea de todo lo que se está haciendo y de lo queda por realizar para una mejor redistribución de la riqueza que producen todos los ciudadanos. Esto no conviene olvidarlo.


En conclusión, se puede hacer mucho más de lo que se cree. De lo que se trata, desde un planteamiento puramente técnico, es de valorar las mejores medidas para garantizar, de una manera inmediata, que nadie pase necesidad económica grave en ninguna etapa de su vida. Esto es lo esencial. Lo demás ya es menos importante y puede estar abierto a debates y polémicas, pero las matemáticas de la renta básica o social son precisas y claras.




Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto